Aceituna de mesa

Se confirma la falta de rentabilidad de gran parte del olivar de verdeo

  • Un estudio del Ministerio calcula los costes entre 0,75 euros por kilo, en olivares de baja densidad con recolección manual, y 0,57, en los de regadío de alta densidad y mecanizados.

La Dirección General de Producciones y Mercados del Ministerio de Agricultura ha presentado un primer borrador del Diagnóstico de la aceituna de Mesa, un estudio que incluye una estimación de costes de producción por hectárea y por kilo de aceituna, según los distintos tipos de olivares existentes y que confirma lo que se venía diciendo entre los agricultores: que la mayor parte de los olivares que no son susceptibles de tener recolección mecanizada -tanto en regadío como en secano, pero sobre todo los de secano- no son rentables a los actuales precios de mercado de la aceituna de mesa.

El estudio cifra el coste de producción de un olivar de secano de baja densidad (de menos de 200 árboles por hectárea) y recolección manual, en 2.552 euros por hectárea, lo que calculan que supone un coste de 0,75 euros por kilo. Para un olivar similar, pero en regadío, el coste por hectárea sube a 3.117 euros, pero el del kilo de la aceituna baja a 0,69, por la mayor producción. En el secano de alta densidad mecanizado (a los de alta densidad se les supone mecanizados y por tanto de hojiblanca) el coste por hectárea desciende a 1.763 euros y el del kilo de aceituna a 0,59. Y por último, el coste de producción por hectárea en regadío de alta densidad y mecanizado es de 2.582 euros, pero el coste por kilo baja hasta los 0,57 euros. La media de estos valores da un coste para el productor por kilo de 0,67 euros.

Frente a estos costes, hay que recordar los precios que viene teniendo la aceituna para los productores, ya que este año -en el que los precios han estado bastante más altos de lo habitual- se ha pagado de media por la manzanilla 0,72, y por la hojiblanca entre 0,57 y 0,60, frente a los precios medios de años anteriores, que no han subido habitualmente para la manzanilla de una horquilla de entre 0,51 a 0,57 y para la hojiblanca de un entorno del 0,36. Como se ve, estos valores están en general muy por debajo de los costes de producción que estima este documento del Ministerio de Agricultura.

En resumen, el estudio señala que las explotaciones con mayor coste por hectárea son las de regadío con recolección manual, mientras que si se analiza el coste por kilo producido, los mayores costes son para las de secano con recolección manual.

Por el contrario, las explotaciones de regadío mecanizadas tienen el menor coste de producción por kilo (0,57 euros por kilo de aceituna), mientras que por unidad de superficie la de menor coste es el secano con recolección mecanizada (1.763 euros por hectárea).

Esto supone que el diferencial entre el sistema de menor coste de producción por kilo de aceituna (explotaciones de regadío con recolección mecanizada) y el de mayor (que comprende las explotaciones de secano con recolección manual) es del 31,5% (0,75 euros por kilo contra 0,57 euros por kilo).

Asimismo, se destaca que el cálculo de los costes para una explotación media revela que los relativos a la recolección suponen un 47% del total, por lo que son los principales en este cultivo, siendo la poda el segundo mayor gasto.

Los costes que tiene en cuenta el estudio se dividen entre directos e indirectos. Los directos son aquellos que se encuentran vinculados con el proceso de producción. El primero es la fertilización, cuyo coste se relaciona de una manera directa con la intensificación del cultivo, bien por aumento de la densidad o bien por el riego del cultivo. Este coste reduce su valor unitario por kilo, de forma que cuanto mayor rendimiento, menor es el impacto por kilo. En segundo lugar se tienen en cuenta los tratamientos fitosanitarios, y aquí se comprenden los costes de materia prima de fungicidas o insecticidas y los de su aplicación para el control de enfermedades y plagas. Este coste es superior en el caso de las explotaciones de regadío, porque se hacen más tratamientos. En tercer lugar figura el mantenimiento del suelo, que incluye el laboreo (si lo hubiera), tratamientos para mantener el suelo libre de malas hierbas -bien sea mediante herbicida o desbrozado- y por último, aquellas labores de preparación del suelo para la recolección. A nivel general, el estudio observa que si la explotación es de secano, el laboreo -bien sea total o reducido- es mayoritario, mientras que si la explotación es de regadío, por el contrario, lo más habitual es cubierta vegetal, bien sea sembrada o espontánea. A continuación se tiene en cuenta la poda, que engloba los costes de la propia poda, la limpia, la eliminación de restos y el desvareto. A este respecto, se indica que cada vez hay una mayor tendencia hacia la incorporación de residuos de poda en el suelo, aunque todavía no son mayoritarios en las plantaciones, "motivo por el cual no se ha incluido el coste de esta operación". Otro coste directo es el gasto de recolección, que se destaca como el más importante y que incluye las labores de recolección -mecanizada o manual, según las tipologías- y el transporte de la aceituna fuera de la explotación en remolques y jaulas. Sobre este apartado se subraya que "este coste, al igual que el anterior, tiene una gran importancia en el cultivo de la aceituna de mesa, porque depende de él que no haya importantes mermas en la calidad del producto, que influyen considerablemente en la disminución del valor final de la aceituna". Asimismo, se tiene en cuenta el coste del riego, que comprende ña impulsión y el mantenimiento de la instalación de riego y el agua.

En cuanto a los costes indirectos, el estudio incluye los gastos generales de la explotación y los impuestos, diferenciándolos en función de la intensificación de la plantación. Por lo que respecta a las amortizaciones, se ha estimado dicho concepto como el 3% de los costes anteriores.

En cualquier caso, el estudio dice que "el coste directo más importante para la aceituna de mesa, independientemente de la tipología, es la recolección, seguido de la poda, la cual representa un porcentaje mayor en el caso de las explotaciones de secano, porque el resto de los costes son menores". En el caso de las de regadío, obviamente el riego supone un coste importante (entre el 9% y el 12%) y los tratamientos fitosanitarios también se incrementan. En el caso de la recolección, se observa que en los tipos de explotación donde la recolección es mecanizada ésta supone un menor porcentaje, y por kilo obviamente también sale más económico cuanto mayor es el rendimiento y mayor la densidad.

El estudio concluye con un análisis del sector en el que se señalan las debilidades y las fortalezas, las oportunidades y las amenazas.

La primera de las debilidades es la regresión en la superficie de cultivo, seguida por la dificultad de mecanizar la recolección en determinadas tipologías de explotación, con gran incidencia en los costes de producción. A continuación, la lista negativa cita el nivel de existencias de enlace por encima de las necesidades teóricas y la fuerte concentración de las exportaciones en cinco destinos, que absorben el 60%, para terminar con la pérdida de cuota de mercado en EEUU, el principal destino. También se señala, en este apartado de debilidades, la "gran variabilidad de valor unitario de nuestras exportaciones en función del país objetivo, tendentes a la baja en determinados mercados". Y por último, la "insuficiente información de precios".

Frente a esta debilidades, el estudio señala las siguientes fortalezas: la primera, que España se configura como principal actor productor y exportador mundial de aceituna de mesa en el mundo. En segundo lugar, "la menor variabilidad de las producciones garantiza, de una forma estable" que se cubran las necesidades de los mercados. También se anota en este apartado el positivo el incremento de los rendimientos productivos y el liderazgo en los principales mercados importadores del mundo, con la presencia de la aceituna española en más de 160 países. Asimismo se considera una fortaleza, el incremento del valor unitario de las exportaciones -un 30% en los últimos 15 años-, al igual que el posicionamiento de la aceituna española en los mercados de las principales economías mundiales e incremento de nuestra presencia en los países emergentes.

En cuanto a las amenazas que se ciernen sobre el sector, el estudio hace el siguiente listado: baja diferenciación de la aceituna de mesa española y riesgo de posicionarse en segmentos de mercado de menor calidad; importaciones de determinados orígenes y tipos de aceituna, que, de consolidarse, podrían poner en peligro el cultivo de determinadas variedades tradicionales; la entrada en el mercado mundial de nuevos actores con una estrategia muy centrada en la aceituna de mesa y con valores unitarios más competitivos; gran sensibilidad del mercado exterior a parámetros macroeconómicos, por ejemplo el tipo de cambio euro-dólar.

Y por último, las oportunidades resaltadas son: identificación del origen español de la aceituna de mesa y reconocimiento de su calidad en los mercados internacionales en los que nuestra presencia es mayoritaria; ante el incremento del consumo mundial en los últimos años, posibilidad de aumentar la comercialización exterior, tanto en nuevos mercados, como en los países consumidores tradicionales.

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