LA acreditación para la exportación de productos a Indonesia es el último logro de Labcolor, el laboratorio de Coexphal, del que acaba de ser nombrado director Antonio Belmonte. Labcolor, creado en 1988, es actualmente una punta de lanza para la exportación de productos hortofrutícolas de Almería. Antonio Belmonte se hace cargo de su dirección justo cuando está en competencia con las grandes multinacionales, pero está dispuesto a imprimirle su sello para consolidarlo como referencia del sector.

-¿Qué es lo que le piden a su laboratorio los cooperativistas de las 60 empresas hortofrutícolas que forman Coexphal?

-Las demandas son siempre las mismas, lo mejor, lo más barato y lo antes posible. Pero además, Labcolor quiere ofrecer asesoramiento y soporte en cuestiones técnicas a sus asociados. Labcolor siempre ofrecerá un trato más personalizado y puede ayudar a los asociados de Coexphal a dar informes técnicos y ayuda en caso de necesitarlo.

-Se han dado casos de importantes problemas de seguridad alimentaria en las últimas décadas, pero ahora parece que todo está tranquilo. ¿A qué se debe principalmente? ¿Al esfuerzo de los productores?

-Principalmente se debe al trabajo que se ha realizado por hacer unas buenas prácticas agrícolas, mediante formación, concienciación, lucha integrada, etc. Y sobre todo, al esfuerzo de los productores por adaptarse a las exigencias de los mercados.

-¿Cómo se conjuga la operatividad de los procesos y la viabilidad de las explotaciones con la normativa cada vez más rígida en seguridad alimentaria?

-Principalmente con buenas prácticas agrícolas, es decir, la presión en seguridad alimentaria es un control estadístico que aumenta o disminuye según el riesgo. Además, debe ser sostenible, por ello, los laboratorios trabajamos en realizar los controles mediante técnicas y protocolos que se ajusten a las necesidades y a la sostenibilidad.

-La incorporación de nuevas tecnologías debe haber ayudado al desarrollo de un laboratorio que vela por la calidad agroalimentaria.

-Labcolor no sólo es un laboratorio, sino que también es un centro tecnológico, lo que le obliga a estar constantemente invirtiendo en tecnología. Esto le ha hecho mantenerse en sus más de 30 años que lleva ya de existencia.

-En un momento de gran expectación en el sector agrícola por la aceptación o no del glifosato, ¿qué opina? ¿Está a favor de que se siga usando? ¿Comporta algún riesgo?

-Sobre esto hay organismos que se han pronunciado con más datos que pueda tener yo, pero si se ha aprobado su utilización será porque hay suficientes garantías para su uso. De todas formas, a nivel general, la exposición a daños por pesticidas es provocada por un uso constante y prolongado de ellos, o por una ingesta masiva. Quiero decir, que el control que se realiza de los pesticidas en alimentos en muy alta, por lo que debemos estar tranquilos.

-¿Están los consumidores bien informados a la hora de exigir calidad?

-Calidad y seguridad no son lo mismo y probablemente confundimos calidad con apariencia. Normalmente el consumidor lo primero que busca es apariencia, la cual no significa que sea más saludable. En cuanto a seguridad, el consumidor final, en España, no se preocupa demasiado de la seguridad alimentaria, da por hecho que si lo compra en establecimientos es saludable. Quizás el tema ecológico ha impactado más en este aspecto.

-En el tema de los transgénicos, organismos genéticamente modificados, corren muchos bulos. ¿Debe tener el consumidor alguna precaución?

-Sinceramente, es difícil que el consumidor tome precaución. Deberían más bien tomar precauciones los organismos competentes de seguridad alimentaria y establecer métodos y controles de etiquetados.

-Dicen que no existe el "riesgo cero" en seguridad alimentaria. ¿Estamos cerca?

-Efectivamente en mi opinión el riesgo cero no existe, y si se está cerca es porque se realiza un trabajo de control y seguimiento, que sin él no sería posible. Por otro lado, la investigación y estudios hacen que cada vez se controlen y detecten mejor los posibles contaminantes perjudiciales para el consumidor.

-En un momento en el que se está negociando el tratado entre la UE y Estados Unidos, el TTIP, en el que se ponen encima de la mesa las exportaciones a EEUU, ¿cómo puede contribuir un centro de innovación y tecnología como Labcolor?

-El tratado debe garantizar el cumplimiento de las normas de seguridad alimentaria de ambos países, aunque Europa es más restrictiva que EEUU, por lo que Labcolor puede garantizar el cumplimiento en dicha materia.

-Se incorpora usted cuando Labcolor está cerca de cumplir 30 años de existencia. ¿Cómo está posicionado actualmente este laboratorio? ¿Está a la altura de las grandes multinacionales?

-La posición de Labcolor, actualmente, se ha visto un poco perjudicada por el gran desembarco de las grandes multinacionales de laboratorios (Eurofins, Tentamus, Carso, Silliker, etc.), ya que su potencial de inversiones y adquisiciones es muy fuerte. Sin embargo, Labcolor ha comenzado con un proceso de mejora, con inversiones en capital humano y científico-técnico y apoyado por la dirección de Coexphal, con el objetivo de ser nuevamente, como fue en el pasado, la referencia del sector.

-Ha dicho que sus proyectos se dirigen en una parte importante a conseguir una versión 2.0 de Labcolor. ¿Puede concretarnos sus planes en este aspecto?

-El plan de Labcolor es introducir tecnologías de la información en sus procesos de análisis y de reporte de resultados, con dos objetivos claros, mejoras de productividad interna y mejora en el asesoramiento y valor añadido a sus resultados de análisis.

-¿Qué sello va a imprimir Antonio Belmonte a Labcolor?

-Bueno, intentaré que Labcolor sea reconocido como un centro competente, y con resultados fiables y de calidad, con tiempos de respuesta cortos y sobre todo un centro tecnológico donde acudir para gestionar o resolver problemas.

-¿Cuáles son sus proyectos a corto, medio y largo plazo?

-A corto plazo, vamos a mejorar y ampliar nuestras acreditaciones y certificaciones y a introducir herramientas on line, para web y smartphone. A medio, dotar al centro de proyectos interesantes a los asociados, a la sociedad o la comunidad científica. A largo, ser un centro referencia a nivel nacional.