Fernando miranda. Director de Producciones y Mercados del Ministerio de Agricultura

"El filtro de agricultor activo ha eliminado más de 70.000 perceptores"

  • Asegura que el importe de las ayudas en Andalucía va a ser similar al de 2014. Advierte de que hay peligro de que se abra una nueva reforma de la PAC que perjudique a España.

El director general de Producciones y Mercados Agrarios del Magrama, Fernando Miranda, es un político conocido para los empresarios del sector agrario andaluz. Lleva nueve años viniendo a Sevilla a explicar los entresijos de la PAC, primero de la mano del Barclays y ahora de Caixabank. Y así lo hizo de nuevo el pasado viernes ante más de 500 personas. Allí dijo -y así nos lo ha relatado también en esta entrevista- que, en su opinión, Andalucía ha sido una de las regiones que mejor parada ha salido en la reforma de la PAC que ahora se está aplicando por primera vez.

-Muchos agricultores -aunque no todos- acaban de recibir un adelanto del 70% de la PAC. Esto quiere decir que ya se sabe lo que va a cobrar cada uno y cada Comunidad. ¿Cuál es la cantidad global que viene a Andalucía como pagos directos?

-No puedo hacer el cálculo exacto, pero lo que puedo decir es que Andalucía va a seguir siendo la gran perceptora de la PAC con diferencia hasta el año 2020. Probablemente el reto al que se enfrente Andalucía -en el 2018 o 2019- será mantener la dotación que tiene ahora. Hay que tener en cuenta que buena parte de las ayudas que recibe Andalucía vienen de las que se dieron al olivar y también al trigo duro en los años 90 y con esta reforma lo que hemos hecho es conservar ese capital de fondos. Para conocer la cantidad concreta hay que esperar a que tengamos los cálculos totales, sobre todo de las ayudas acopladas. En lo que son pagos directos, el último ejercicio Andalucía tuvo algo más de 1.500 millones, y este año va a ser una magnitud similar. Un poco más o un poco menos, en función de cómo se desarrolle el ajuste final. Por ejemplo, la aplicación de la figura del agricultor activo está haciendo que se reduzca el número de solicitudes y el dinero que liberan esos beneficiarios va a ir a los demás. El importe medio va a subir. Eso compensará posibles reducciones. Pero en definitiva no va a haber ningún vuelco ni a a nivel de comunidad ni para cada agricultor o ganadero.

-En Europa no se para de hablar de simplificación de la PAC. ¿Qué es exactamente lo que se quiere simplificar?

-El primer objetivo de la simplificación es siempre disminuir las cargas administrativas para los agricultores. Y, en segundo lugar, rebajar las cargas administrativas para las administraciones y reducir así el coste. Es un objetivo que persigue todo el mundo. Pero hay que ser prudentes porque con este objetivo de la simplificación hay Estados que están intentando abrir brecha para una reforma de la PAC por la puerta de atrás. Y desde luego nosotros no apoyamos esto porque lo que queremos es darle estabilidad a los agricultores. No podemos estar cambiando todos los años. Hay que tener en cuenta que este año 2015 ha sido un año extraordinario, pero 2016 va a ser ya un año ordinario en el que todo va a ser mucho más fácil y así ya hasta 2020. Y siempre digo una cosa: cuando hacemos la declaración de la renta también nos lleva tiempo y es para pagar; y la PAC es para cobrar, así que perder unas horas en solicitar una ayuda -que en término medio es del 30% de la renta- es un tiempo bien empleado.

-Al comisario Phil Hogan parece que no le gusta cómo se está aplicando la PAC en conceptos básicos como el 'greening' o el agricultor activo. ¿Se esperan reformas?

-El comisario de Agricultura, en el último consejo de Ministros, dijo que no se cierra a ese proceso. Pero hay que tener en cuenta una cosa. Muchos de los procesos que habría que tocar en esa simplificación están definidos en lo que se llaman los "actos de base" de la PAC y para emprender esa simplificación habría que abrir esos "actos de base" y reformarlos. Eso, en sí mismo, es una reforma de la PAC. Y a esto España se opone. Nos oponemos a la apertura de una reforma de la PAC. Y lo que dice el comisario es que si en algún momento hay mayoría de países que están a favor de la reforma de la PAC para simplificar, él estaría a favor. Sobre los problemas concretos a los que él se refiere, como es el caso del agricultor activo, hay que decir que ese concepto en Europa no tiene mucho que ver con el de España. La percepción de ellos es que les ha servido para poco, pero en España la lectura es distinta. Aquí nos ha permitido que, por primera vez, muchos beneficiarios que no estaban ejerciendo una actividad agraria propiamente dicha estén empezando a salir del sistema. El cálculo que tenemos es que ha salido un 8% de solicitantes, entre 70.000 y 80.000, pero aún no tenemos datos definitivos. La cifra puede ser mayor.

-¿Y el tema del greening?

-También está dispuesto a tocarlo si hay mayoría. El asunto es que muchos Estados de la UE han optado por una modalidad de aplicación muy compleja. En España decidimos desde el principio simplificarlo mucho. De hecho, aquí los requisitos del greening están al alcance de todo el mundo, casi con las prácticas normales que se venían haciendo. Realmente, la negociación fue muy buena y la aplicación muy prudente y esto nos ha permitido que sea fácil para los agricultores. Si Europa lo quiere cambiar es para simplificar.

-¿Hay peligro de que Europa cambie el marco financiero y recorte el presupuesto agrícola?

-No hay nada seguro en la vida. Nosotros no estamos por la labor de que se cambie a medio camino ni lo vamos a defender. Es cierto que en 2016 se preveía una revisión cuyas conclusiones se tendrían para 2017. Per creo que esa revisión no va a entrar en los sobres financieros. No obstante, igual que decíamos antes sobre la reforma de la PAC, va a haber países cuya posición sí va ser la de renegociación y otros, como España, se van a oponer a un nuevo reparto. España es uno de los Estados miembros que más se benefició en el reparto de 2013, el tercero en concreto, en términos de saldos netos, tras Polonia y Grecia. Nos interesa mantener esa posición hasta el año 2020.

-Pero incluso con la crisis de los refugiados se habló de tirar del presupuesto de la PAC…

-Cada vez que hay una emergencia se intenta coger dinero de donde más hay, y la PAC es una de las políticas que más tienen. Nosotros lo que defendemos es que antes de coger dinero de una política concreta hay que ir a ver donde hay partidas en el presupuesto comunitario que no se acaban de consumir. Es de ahí de donde se tiene que disponer para estas crisis coyunturales.

-Hace poco Bruselas advertía de que había mil millones del anterior Plan del Desarrollo Rural que se podían perder. Andalucía ha reconocido que tiene en riesgo 62 de los 420 millones que le adjudicaban de esa cifra. ¿Hay regiones que gestionan mejor sus fondos que otras? ¿En qué nivel está Andalucía?

-Todos los años la CE avisa del dinero que se puede quedar sin ejecutar. En Andalucía es una cantidad voluminosa y van a tener que poner todos los medios para lograr una ejecución digna. Le puede pasar como el año pasado, cuando dejaron sin ejecutar 38 millones. Esto indica una falta de capacidad de la Comunidad. Y deberá revisar que es lo que está fallando para no poder poner a disposición del ciudadano todo el dinero que se les ha asignado. Tengo que decir que no todas las Comunidades Autónomas dejan dinero sin ejecutar. La mayoría ejecuta el 100%. Incluso las hay que tienen capacidad para más y están pidiendo algo que se pondrá en marcha en 2016, un posible trasvase de fondos de comunidades que no ejecutan a las que si tienen capacidad de hacerlo. Será un sistema de incentivo de la eficiencia.

-¿Es suficiente la ayuda prevista para jóvenes agricultores?

-Con la reforma se ha puesto un importante paquete económico a disposición de los jóvenes. En el primer pilar de la PAC se les da derechos de la reserva nacional de pago básico. Además, para el año 2016 se van a flexibilizar las condiciones para acceder al complemento de pago del 25 % de estos derechos. Es decir les damos los derechos y el 25% adicional durante cinco años . Además tienen, en los programas de desarrollo rural, las ayudas a la primera incorporación. En cualquier caso, esto por sí sólo no soluciona el problema. En España tenemos un problema de acceso a la tierra: se vende poco y los arrendamientos son complicados y este es el mayor freno que tienen los agricultores jóvenes. Es un tema que tendremos que abordar. Lo cierto es que la mayor parte de los agricultores jóvenes que tenemos son hijos de agricultores. Tenemos que ver la manera de que haya otras vías de entrada en la actividad agraria.

-Fijar precios está prohibido, aunque sean unos mínimos que se acerquen a los costes de producción. ¿Está usted de acuerdo con esta norma?

-Tenemos que tener en cuenta que con la reforma de la PAC hemos conseguido que los productores se puedan agrupar en organizaciones de productores y estas organizaciones de productores pueden concertar precios, cosa que no pueden hacer las industrias. A las organizaciones de productores se les exime de la normativa de competencia en la fijación de precios. Pero ojo, para poder hacer eso tienes que tener volumen… Una organización pequeñita no puede aspirar a tener capacidad de fijar precio. Por ejemplo, Irlanda que produce menos leche que nosotros pero comercializa toda su leche a través de dos cooperativas. Y en España hay al menos 76 cooperativas comprando leche y no para transformarla sino para vendérsela a otro. Con la normativa de integración cooperativa y de organización de productores hay marco legal para crecer en organización.

-El caso de la leche, con el fin de las cuotas se ha puesto en evidencia el peligro de perder sectores básicos. ¿Se soluciona el tema dando una ayuda por vaca?

-Cuando se habla del peligro del sector de la leche, yo siempre digo que en los años 90 nadie daba nada por el futuro sector porcino español y ahora mismo somos el segundo productor de Europa y el cuarto del mundo. Y eso ha sido a base de innovación y reestructuración. En vacuno de leche en 2005 producíamos 6 millones de toneladas y ahora estamos en más de 6,6 millones. Estamos produciendo más y exportando más. Nuestro sector está creciendo. Lo que ocurre que este crecimiento probablemente no lo van a protagonizar los mismos actores de ahora. España puede ser competitiva en leche. En leche de oveja lo somos y tenemos una posición muy buena a nivel europeo. El sector lácteo de vaca también lo puede conseguir.

-Finalmente los productores de leche andaluces no han tenido acceso a esas ayudas al no haberse tenido en cuenta el coste de producción...

-Los ganaderos de leche de Andalucía van a tener ayuda. De hecho, el viernes se aprobó en el Consejo de Ministros el Real Decreto de Ayudas Liquidez. Se han refundido las dos ayudas que hay, la que salió en septiembre y la de la Comisión de ahora. Es decir, va a haber 25,5 millones de euros que se van a repartir linealmente entre todos los ganaderos en función de su producción de los meses de abril, mayo, junio y julio. Y esa parte la van a recibir los ganaderos andaluces. Hay que tener en cuenta que los ganaderos andaluces están ahora mismo en una condición de competitividad mejor que la de los gallegos. En definitiva, ese primer tramo es para todos y luego hay otro tramo de 20 millones que sólo la van a recibir los que en esos meses sus liquidaciones hayan estado por debajo de determinados precios.

-Es ese precio fijo el que aquí se ha considerado injusto...

-Ya. Pero hay que tener en cuenta una cosa: si yo fuera ganadero andaluz no me cambiaba por uno gallego por esta ayuda. Aquí hay un modelo de producción diferente. Esta es una ayuda momentánea. Si esas explotaciones en un breve plazo no logran ser eficientes no tendrán futuro mientras que probablemente el sector ganadero de Andalucía está en mucha mejor situación organizativa y productiva.

-Quizás sólo se esté viendo la situación de COVAP y no todos los ganaderos están ahí…

-Pero Covap -y también la OPL del Sur- han hecho de paraguas de todos. Están en otras circunstancias. Yo he estado con la gente de Covap y da gusto porque están orientados al futuro. Están hablando de un crecimiento de 100.000 toneladas y esto es algo que en el norte se mira con temor.

-La competitividad es una norma a veces peligrosa cuando se habla de soberanía alimentaria. ¿Cuáles son los sectores claves que no se pueden dejar caer ?

-La premisa fundamental es no perder ningún tipo de actividad. Y voy a empezar por el azúcar porque aquí hay remolacha...

-Un sector que casi se da por perdido…

-Yo creo que no. Italia, por ejemplo, está pidiendo un plan de reestructuración para desmantelar producción y nosotros, sin embargo, no queremos eso. Queremos mantener producción e incluso aumentar producción en España. Como no renunciamos al algodón, ni al arroz ni a cultivos herbáceos ni a frutas ni a leche, a ningún sector. Tenemos una potencialidad muy grande para producir y para exportar y nuestros sectores están ahora más internacionalizados de lo que la gente pueda imaginar.

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