JERÓNIMO MOLINA. Presidente de la Federación Andaluza de Cooperativas Agroalimentarias

"Si hay subida de costes hay que trasladarla al consumidor final"

  • El dirigente agrario apuesta por que "en cada sector haya dos o tres cooperativas de referencia" "Es un poco ridículo que el medio ambiente no sea un complemento de lo sustancial, que es la agricultura y el individuo"

Jerónimo Molina, almeriense, uno de los fundadores del Observatorio Económico de Andalucía, asegura haber aceptado la presidencia de Faeca por la calidad humana y las convicciones en defensa del sector del cooperativismo agroalimentario de algunos de sus dirigentes actuales. En la conversación para AGR con el telón de fondo del tamaño de las cooperativas y los precios de los alimentos y los márgenes para el productor se manifiesta el economista experto que es y el rigor científico que se deduce de sus palabras.

-En el reciente congreso de cooperativas abrió el debate sobre la necesidad de transferir el precio de los alimentos al consumidor.

-No es una cuestión polémica en sí misma, es la pura teoría económica. Toda la cuestión de costes se trasladan a precio y las actividades que no pueden hacerlo pues desaparecen y se crean otras nuevas. Si cuando hay un aumento de costes en vez de trasladarlo al precio nos dedicamos a pedir el apoyo de la Administración o cualquier tipo de mecanismos que alteren el funcionamiento del mercado estamos desviando el proceso lógico y llegamos a la situación de sectores que están anquilosados, que viven en el pasado, y que no están en la vida real. El objetivo es que se den respuestas al problema, si hay subida de costes hay que trasladarlo al consumidor final.

-Desde la distribución parece que no se ve así.

-Desde algunas cadenas dicen que no se puede trasladar al consumidor final. Ante eso yo digo que cuando alguno de sus responsables suba a un avión no pague el precio de la subida del carburante que le han puesto en el billete. Eso lo paga todo el mundo. Lo que nos pasa es que no tenemos la fuerza, ni el tamaño, ni el volumen para decirle al señor de la distribución: "Oye, que los precios hay que trasladarlos y no me digas que me van a subvencionar porque yo no quiero subvenciones, lo que quiero es el precio según lo que vale".

-¿La crisis ha agudizado la situación con la demanda de la población de alimentos baratos?

-Más que la crisis económica lo que nos perjudica es la rémora que traemos. La inflación concentra la atención mundial de toda la política económica desde la II Guerra Mundial y en ese contexto de contención de la inflación todos los gobiernos han intentado controlarla y han regulado aquellos sectores que eran más débiles y no eran capaces de controlarla. Las eléctricas tienen subida de sus costes y tienen la fuerza suficiente ante el Gobierno para trasladar las subidas, el petróleo igual, y en el automóvil pasa lo mismo. El sector agroalimentario no tiene la organización ni la fuerza precisa para hacer llegar a la Administración su necesidad en el mercado y entonces es cuando se buscan mecanismos intermedios. Lo que tenemos que hacer es tener la misma fuerza que el sector del automóvil, el eléctrico y demás con la normalidad que requiere el mercado.

-La necesidad que las cooperativas adquieran un mayor tamaño es la asignatura pendiente, el mantra que se repite cada vez que hay un debate o un encuentro del sector. Incluso cooperativas como Covap, Dcoop o Unica insisten en que hay que crecer.

-Si las tres cooperativas más grandes de Andalucía concluyen cada una de ellas que son muy pequeñas, la lección resulta bastante evidente. Todos los demás deben tener claro que tienen muy poco futuro si no alcanzan más tamaño para poder competir en el mercado.

-¿Sería posible incluso una fusión entre las 'grandes' para conseguir una gran cooperativa andaluza, un proyecto que parece aparcado?

-Primero hay que resolver problemas sectoriales, fusiones dentro de cada sector y luego puede haber integraciones transversales. El objetivo de Faeca es que en cada sector haya dos o tres cooperativas de referencia. Más adelante podría darse el salto a otras comunidades.

-¿Cómo se valora desde Faeca la nueva Ley de Cooperativas?

-La Ley de Cooperativas va precisamente en el sentido de aumentar el tamaño y el volumen pero habrá que ver. Si somos capaces de aplicarla y no paralizarla con cuestiones que no son de mercado pues sí puede ser muy interesante. La mayor dificultad de su desarrollo es que tienen que ser de ámbito supraautonómico, una imposición que va en contra de la lógica del mercado. Si lo salvamos será efectivo, pero siempre son las instituciones las que van en contra del mercado y la efectividad.

-Todavía hay gente que tiene una mala imagen de las cooperativas y ahora crisis como la de Fagor no ayuda a mejorarla.

-Es la idea tradicional que subyace de que cuando una empresa no puede funcionar se crea una cooperativa. Debe ser un objetivo central que se sepa que quien genera productos de valor añadido, quien se preocupa de la salud, son las cooperativas y que somos el sector más moderno e innovador de la sociedad, y esa imagen hay que darla.

-También ha sido muy crítico con la separación de las consejerías de Agricultura y de Medio Ambiente.

-Lo importante es la alimentación y lo secundario las medidas que hay que tomar para preservar la tierra para que no se agote, la ganadería no se acabe, en definitiva lo que es la sostenibilidad. Pero la sostenibilidad del sector agrario el agricultor la hace desde que existe, los barbechos se hacen desde siempre, la rotación de cultivos, y que venga la gente de la ciudad a decir al agricultor y al ganadero cómo tiene que ser sostenible pues suena a broma. Separar agricultura de medio ambiente y que medio ambiente no sea un complemento de lo sustancial que es la agricultura y el individuo es un poco ridículo. Está muy bien preocuparse por el bienestar animal y por el medio ambiente pero es mucho más importante la estabilidad del hombre y que pueda vivir de su trabajo.

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