Juicio Gabriel Cruz

La acusación: "Si es un accidente se llama al 061, no se pinta una puerta después de matar"

Ana Julia Quezada junto a sus abogados

Ana Julia Quezada junto a sus abogados / Rafael González (Almería)

Ana Julia Quezada ya está sentada en la sala de la Audiencia Provincial de Almería para proceder a la vista oral ante la jueza Alejandra Dodero. Esta es la primera de las ocho sesiones del juicio por el crimen del pequeño Gabriel Cruz.

Ana Julia Quezada durante la primera sesión del juicio. Ana Julia Quezada durante la primera sesión del juicio.

Ana Julia Quezada durante la primera sesión del juicio. / Rafael González (Almería)

La acusada ha permanecido sin las esposas con las que llegó desde la cárcel de El Acebuche en compañía de varios agentes de la Policía Nacional. El juez se lo ha solicitado a la jueza, esta le ha preguntado a Ana Julia si iba a estar tranquila y ella, entre lágrimas, ha respondido que sí.

Ana Julia ha escuchado las acusaciones que se realizan por parte de la Fiscalía, quien sentencia que Gabriel Cruz "murió por sofocación y que posteriormente escondió el cuerpo".

El letrado Francisco Torres, abogado que ejerce la acusación particular en la causa contra Ana Julia Quezada, autora confesa de la muerte de Gabriel Cruz, ha reiterado este lunes que el pequeño estuvo "cerca de una hora con posibilidad de salvarse de haber habido una simple llamada".

Durante su intervención en el inicio de la vista con jurado popular, ha mantenido que la muerte del niño no fue un accidente, como mantiene la defensa de Quezada.

De haberlo sido -ha argumentado al respecto- la mujer pudo haber llamado al 061, a la Guardia Civil o a cualquier servicio de emergencias para socorrerlo, pero no lo hizo.

"No cabe tanta maldad, hacer tanto daño a un niño", ha dicho Torres, quien ha apuntado a que el móvil de Quezada fue doble, "económico" y porque "Gabriel le estorbaba. Jamás he visto escenas de tanta maldad", ha reiterado.

Además ha sostenido que aprovechó que el padre del menor, Ángel Cruz, trabajaba el 27 de septiembre del año pasado para llevarse al pequeño a una finca de Rodalquilar, con cualquier "pretexto", un lugar "donde nadie te va a escuchar, apartada del mundo".

"En esa finca mata al niño", ha dicho Torres, quien ha negado que Gabriel muriese por asfixia directamente, sino que primero sufrió diversas lesiones y que cuando Quezada iba a enterrarlo se dio cuenta de que respiraba y lo asfixió.

En su opinión, "se le fue de las manos" porque no esperaba que hubiese tanta afluencia de personas en un pueblo con unos cincuenta habitantes.

Alejandra Dodero, jueza del caso de la muerte de Gabriel Cruz. Alejandra Dodero, jueza del caso de la muerte de Gabriel Cruz.

Alejandra Dodero, jueza del caso de la muerte de Gabriel Cruz. / Rafael González (Almería)

Acusación particular y fiscalía piden para Quezada prisión permanente revisable. Será juzgada por delito de asesinato y contra la integridad moral, descartando, finalmente, la detención ilegal. En el auto elaborado por el juez de instrucción se apunta a una actuación “meditada y reflexiva” de la acusada el día de los hechos, una vez que el niño abandonó la casa de su abuela paterna para irse a jugar con unos primos e “inmediatamente después” salió ella, quien se montó en un vehículo e interceptó al menor “instándole a que le acompañara a la finca” de Rodalquilar.

Alegaciones de la defensa

El letrado Esteban Hernández Thiel, letrado de Ana Julia Quezada, ha sostenido hoy que si el pequeño falleció porque "todo estaba planeado" como sostienen acusación particular y Fiscalía, "parece una chapuza enorme".

"Matarle en la vivienda de su padre; quedarse allí con el revuelo mediático que se forma; seguir con ellos -con los familiares-... Un móvil que tiene poco sentido", ha mantenido ante los miembros del jurado, insistiendo en que su intención no era provocar unas lesiones al niño, ni añadir un sufrimiento añadido a los padres sino que "no se descubriese lo que había hecho" posteriormente.

Ha apuntado que la acusación particular mantiene que le dio una "somanta de palos" a Gabriel antes de matarlo, algo que no prevé la Fiscalía y que Hernández Thiel niega rotundamente, sino que provocó su muerte de forma accidental para acallarlo.

"Nuestro relato se realiza en función de la declaración -de Quezada- ante la Guardia Civil. Cuando la detienen dice que el niño le comenzó a gritar, a insultar, que le tapó la boca, le puso la mano en la boca y que cuando se vino a dar cuenta no respiraba", ha señalado.

Ha apostillado que esta versión es compatible además con los informes de los médicos forenses y con las lesiones que presentaba el niño. "No murió estrangulado, no hubo una sucesión de golpes por ninguna parte", ha precisado.

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