Sin anuncio previo, el presidente de la Junta de Andalucía, Manuel Chaves, intervino ayer en el debate general sobre la crisis económica celebrado en el Parlamento andaluz. Con su comparecencia, Chaves desactivó el papel protagonista que habían tomado en la sesión plenaria la primera cuantificación de la deuda histórica y el papel que jugará Andalucía en la enrevesada reforma del modelo de financiación autonómica.

Chaves defendió el papel activo de los gobiernos, aún siendo autonómicos, ante una crisis de dimensión internacional y denostó la "resignación" ante una situación que, previó, "irá a peor" en cuanto al empleo. Para apoyar su mensaje de confianza ante el futuro, el presidente andaluz anunció un paquete de nuevas medidas destinadas a paliar los efectos perniciosos de la "grave" crisis, el cuarto en lo que va de año.

Chaves contabilizó más de 40 medidas, "más que ninguna otra comunidad", centradas en el acceso de vivienda protegida, la agilización del desarrollo urbanístico y ayudas a la empresas, aunque muchas pertenecen a varios bloques de acciones.

Novedad en esta ocasión, la concreción de las deducciones fiscales anunciadas la pasada semana por el presidente de la Junta tras entrevistarse con los líderes de los grupos políticos andaluces. Los beneficiarios de las rebajas de impuestos serán los adjudicatarios de VPO y los empleadores de servicio doméstico, este último compromiso electoral del PSOE-A.

Para replicar, el presidente del PP-A, Javier Arenas, calificó de "discriminatorias" las acciones anticrisis de la Junta "para quienes más lo necesitan y menos ingresos tienen", y acabó catalogándolas como "ridículas".

La foto de la reunión del pasado viernes se rompió así en pedazos al volver la confrontación entre los líderes de los principales partidos en el primer pleno del estrenado curso político. A sus discrepancias en el modelo para afrontar la crisis, volvieron a escena antiguas acusaciones, "rey del despilfarro", "prepotente" o "arrogante", por un lado; de otro, "habilidoso", o "siempre dices medias verdades".

Para concluir, Chaves volvió a tender la mano para encontrar una "zona de coincidencia". Habrá ocasión de comprobarlo hoy en el cierre del debate.

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