Jerónimo Molina, presidente de Faeca

Cooperativas que "requieren cambios"

  • El nuevo presidente de Faeca analiza el modelo del cooperativismo y asegura que deben ganar dimensión e integrarse en grandes grupos de comercialización para seguir hacia delante en los tiempos que corren

El almeriense Jerónimo Molina ha sido elegido nuevo presidente de la Federación Andaluza de Empresas Cooperativas Agrarias (Faeca).  Lo avala una amplia trayectoria: ha desempeñado funciones docentes en diversas universidades españolas y extranjeras, ha ostentado el cargo de gerente de Coexphal, director del Servicio de Estudios de la Cámara Oficial de Comercio de Almería, director del Instituto de Estudios de la Fundación Cajamar o presidente de los Comités Sectoriales para la Exportación de Tomates y Pepinos y vicepresidente y fundador de Fepex, entre otros.

-¿Cómo afronta este nuevo cargo en Faeca?

-Es un privilegio y también una enorme responsabilidad. Sólo desde la satisfacción que produce que se acuerden de ti para representar al sector, salen las fuerzas para asumir esta responsabilidad. No obstante no voy a poner en marcha un organismo nuevo, sino que me incorporo a una federación muy bien organizada y que funciona a plena satisfacción.

-¿Qué novedades aportará a la Federación?

-Antes de nada, hay que tomar posesión y ver detenidamente la actual situación de la Federación en el contexto general del sector, con todos los cambios que se están produciendo, aunque más que cambiar creo que lo más lógico es continuar avanzando en la línea de trabajo que se viene realizando. En la situación general de crisis por la que atraviesa el sector, las cooperativas son más necesarias que nunca para captar valores para los socios a través de la industrialización y la comercialización de sus productos. Sólo así la agricultura y la ganadería podrán ser rentables y, de este modo, dar estabilidad a las producciones, motivando a los jóvenes a que permanezcan en la actividad y posibiliten el relevo generacional. No podemos olvidar que nuestro objetivo es atender a los consumidores y que estos cada vez demandan alimentos más elaborados. Hoy día, de los alimentos que se compran en un supermercado, cada vez es mayor la parte del precio incorporada por la cooperativa, ya sea en los procesos de transformación o comercialización y menos lo incorporado en la producción agrícola o ganadera. Esta tendencia es la que tenemos que tener en cuenta para convertir nuestras cooperativas en modernas empresas agroalimentarias y así asegurar nuestra presencia en los mercados.

-¿De qué modo?

-Para ello es necesario no sólo que las cooperativas recepcionen el producto y, a lo sumo, hagan una primera transformación, sino también que ganen dimensión y se integren en grandes grupos de comercialización con capacidad suficiente para industrializar y poner los productos a disposición del consumidor, con todo lo que lleva consigo. Sólo así conseguiremos mayor competitividad para nuestras cooperativas. Sin embargo, este modelo de cooperativismo, ya emprendido por Faeca, requiere cambios profundos de visión empresarial, responsabilidad social, formación, etcétera. Precisamente, éstas serán las líneas de trabajo de este nuevo período de Faeca que yo presidiré.

-¿Cómo se podría reivindicar el papel del cooperativismo en la sociedad? ¿Prevé acciones en este sentido?

-Más allá de los datos concretos que son importantes, el cooperativismo y en especial el agroalimentaria ha contribuido a forjar nuestra propia cultura y nuestra identidad. En el caso concreto de Almería, su papel ha sido determinante en el despegue económico de los años '70 y '80. Hay que recordar que las cooperativas fueron la vanguardia de eso que hoy está tan de moda: la internacionalización de la empresa, y que esa salida al exterior fue el motor que tiro de toda la economía de la provincia.

-¿Cómo definiría el papel de Faeca en el tejido empresarial andaluz?

-Su papel es importantísimo ya que el modelo cooperativo se ha convertido en eje de cohesión encargado de vertebrar la sociedad mediante valores como el compromiso, la responsabilidad social y la transparencia. En cuanto a cifras, tal y como se presentó en la reciente Asamblea de Faeca, las 679 cooperativas agroalimentarias de Andalucía en 2010 facturaron 4.312 millones de euros y tienen 278.226 socios.

-Cuando se habla del futuro de la agricultura se mencionan palabras como concentración, productividad, I+D... ¿por qué no se lleva a cabo sino en contados casos? ¿son realmente rentables las cooperativas de segundo grado o son una utopía?

-En este sentido las cooperativas son empresas que están en los mercados y han de adaptarse a las exigencias de los mismos. Las que lo hagan subsistirán, y las que no están abocadas a desaparecer. La rentabilidad no la da la calificación jurídica de la empresa sino su adaptación a los mercados. Las cooperativas de segundo grado son una fórmula tan buena como otra cualquiera, lo importante es la integración cooperativa en cualquiera de sus fórmulas para tener un tamaño de empresa que se adapte a los mercados.

-¿Considera que la Ley de Cooperativas es suficiente o cree que se ha podido quedar algo en el tintero?

-En general la nueva Ley va en el sentido adecuado. Nuestro objetivo es disponer de una ley que nos permita dar mayor flexibilidad al modelo en sus actuaciones, líneas de actividad, operaciones con terceros, toma de decisiones... asimismo, debe incluir modificaciones en cuanto a la estructura del capital social y dotación de fondos sociales para facilitarnos ganar mayor competitividad. Por otra parte, creemos que sería bueno establecer alguna exigencia o compromiso a los rectores de cooperativas, como podría ser participar de alguna formación básica del modelo cooperativo y de sus responsabilidades como consejero, sobre todo teniendo en cuenta que asumen un puesto para administrar un patrimonio de terceras personas.

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