Relevo en la Junta

Copa popular frente a San Telmo

  • Todas las familias felices son iguales, defiende Tolstoi, y la del PP de Juanma Moreno no iba a ser menos

Juanma Moreno, con colaboradores y negociadores del PP este viernes en Sevilla.

Juanma Moreno, con colaboradores y negociadores del PP este viernes en Sevilla. / José Ángel García

Juanma Moreno recibe en el restaurante Río Grande, junto al Guadalquivir, y en la otra orilla donde el palacio de San Telmo alberga la sede de la Junta. Río Grande es un casa de interioridades políticas de Andalucía, el lugar donde Luis Pizarro presentó a José Antonio Griñán como verdadero delfín de Chaves; donde José María Aznar gustaba de saciar su débil apetito de asceta castellano, y donde el presidente del PP ha dado en estos días la copa de Navidad habitual de este partido.

Este viernes hubo más gente que nunca, Juanma Moreno será el próximo presidente de la Junta y hay mucho cortesano, aunque entre los habituales de este encuentro anual hay un grupo de jartibles que aprovecha la cita popular para cambiar el mundo. Con escaso éxito, hay que decirlo. Todas las familias felices son iguales, sostenía Tolstoi al inicio de Anna Karenina, y que razón guardaba el ruso: el reparto de consejerías entretiene, pero aplaca. Las otras, las atribuladas, lo son que cada una a su manera, pero aún no hay convocatoria de la copa socialista.  

El autor del mayor campanazo de la historia autonómica andaluza está muy acompañado. Moreno se fotografía con su equipo negociador, los hombres y mujeres que han estado en la mesa con Ciudadanos: el almeriense Pablo Venzal, la gaditana Ana Mestre, la sevillana Patricia del Pozo, la jiennense Maribel Lozano, la almeriense Carmen Crespo y el sevillano Toni Martín. Ninguno de estos nombres hay que perderle en los próximos días. Ni el de Elías Bendodo, que se marchó temprano a Málaga.

Moreno llegó hace sólo cuatro años a la presidencia del PP andaluz, y entre adversarios internos, escépticos fundados y francotiradores del folklorismo, al malagueño nadie le daba demasiadas legislatura de vida política. Pero Juanma es un tipo de fortuna, y el final del bipartidismo ha venido a verle: será el presidente del cambio, después de 37 años de gobiernos socialistas.

Con Moreno, aterrizaron dos incondicionales. Nacho Díez, su jefe de gabinete, castellano, y Pamela Hoyos, su sombra. Éste es el futuro núcleo duro de San Telmo, al que cabe añadir a Ana Vielba, funcionaria del Estado en grado máximo, vallisoletana que estuvo con Antonio Sanz en la Delegación del Gobierno y que el socialista Alfonso Gómez de Celis se quiso quedar.

Vielba será otro de los nombres de ese primer equipo de San Telmo; después estará, el del Gobierno y, entre ambos, el del PP. Moreno necesita fortalecer ese partido que le fue refractario en su llegada. Vienen las elecciones municipales de mayo, y es la oportunidad para prolongar en poder desde Sevilla hacia los municipios y diputaciones. El antiguo jefe de Vielba, Antonio Sanz, asiste al festejo, el gaditano fue la sombra de Javier Arenas cuando éste consiguió los 50 escaños, y ahora es senador por designación autonómica. 

Se echa de menos a la presidenta del PP de Sevilla, Virginia Pérez, que está de viaje, y a Javier Arenas, anterior vencedor al PSOE en las elecciones de 2012, que se ha situado en un discreto segundo plano.

Juanma Moreno toma arroz y chocos fritos en un ambiente parecido a los últimos días de su campaña electoral, cuando le dio por el humor, parecía que lo daba todo por perdido, y aún perdiendo, se apuntó un triunfo histórico.

En Río Grande alza la copa por 2019 y por Andalucía, frente a la Torre del Oro y San Telmo, esquinado.  

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios