Accidente aéreo

Defensa prohíbe volar a los A400M que están listos en la planta de montaje de Sevilla

  • Retira el permiso de vuelo hasta aclarar las causas del accidente. En la factoría hay 20 aeronaves en fase de ensamblaje, tres ya terminadas. Los vuelos sí se permiten para tres aviones de ensayo.

Día de claroscuros para el A400M. La jornada en la que Airbus realizó con éxito el primer vuelo de un A400M tras el siniestro del pasado fin de semana, el Gobierno español dio un paso atrás en su confianza en el programa al ordenar dejar en tierra a todas aquellas aeronaves que están en fase de producción y montaje. La medida tendrá un efecto temporal, hasta que se esclarezcan las causas del accidente, y se debe, según el ministro de Defensa, Pedro Morenés, a una cuestión de "prudencia objetiva", puesto que aún se investiga el suceso y "no se puede descartar ninguna hipótesis". 

Morenés concretó que el INTA (Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial) retiró temporalmente el permiso de vuelo a los A400M de producción, es decir, a aquéllos que salen de la cadena de fabricación en serie y tienen como destino su entrega a los países clientes. Sin embargo, los tres aviones de desarrollo o prototipos con los que cuenta Airbus sí podrán seguir realizando sus vuelos de ensayo sin ninguna limitación -a este grupo pertenece la aeronave que este martes voló desde Toulouse a Sevilla con el presidente de Airbus en España, Fernando Alonso, a bordo-. 

El efecto inmediato de la medida del INTA se traduce en que los 20 aviones militares que están en distintas fases de montaje en la factoría de San Pablo en Sevilla no podrán volar hasta próximo aviso. De ellos, tres ya están finalizados y listos para realizar su primer vuelo industrial -en uno igual se produjo el sábado pasado el fatal desenlace-, algo que ahora queda en stand by, al igual que las entregas a los países compradores, paralizadas hasta que se conozcan las causas del accidente. 

Para contrarrestar la mala imagen proyectada por el A400M a raíz del siniestro mortal ocurrido en Sevilla, Airbus decidió este martes, apenas tres días después, realizar un vuelo de ensayo del avión militar con el objetivo de demostrar su confianza plena en el aparato y lanzar un mensaje de tranquilidad a los países clientes. El presidente del grupo en España, Fernando Alonso, actuó como ingeniero de ensayos en vuelo durante un viaje en el que estuvo acompañado por otros tres tripulantes, entre ellos, Ignacio Lombo, jefe de pilotos de la división Airbus Defence and Space, quien en su día llevó los mandos del avión cuando realizó su vuelo inaugural en diciembre de 2009. 

La aeronave partió desde Toulouse a las dos y media de la tarde y llegó a Sevilla -aterrizó en el aeropuerto de San Pablo- una hora y 50 minutos después, en un periplo que transcurrió con "total normalidad" y en el que se completaron "satisfactoriamente" todos los test programados. Así lo aseguró Alonso, director de Aviones Militares de Airbus Defence and Space y, por ende, jefe del programa del A400M, en su cuenta oficial de Twitter una vez finalizado el trayecto. "La tripulación del MSN23 habría querido que los ensayos del A400M continuaran. El vuelo se ha hecho. Es nuestro homenaje", añadió Alonso, refiriéndose a los cuatro trabajadores de Airbus fallecidos en el siniestro del sábado, que también dejó otros dos heridos graves. 

El aparato en el que realizaron el vuelo era el MSN4, un avión propio de Airbus que se emplea para realizar los ensayos, esto es, que no corresponde a ningún pedido comercial. La compañía tiene tres aeronaves de este tipo, que se denominan aviones de desarrollo o prototipos. En un principio eran cinco las unidades destinadas a este fin, aunque, entre 2013 y 2014, dos de ellas (la número 1 y la 3) se jubilaron al concluir la función para la que se habían programado: comprobar la capacidad de vuelo del A400M, su velocidad máxima y mínima, así como la altura que era capaz de alcanzar. Las que están activas a día de hoy son la 2, la 4 y la 6 (puesto que la número 5 nunca llegó a existir). 

Entre los cinco aviones de desarrollo suman 2.730 periplos y más de 7.500 horas de vuelo. Los tres que siguen activos tendrán una vida indefinida dentro de la empresa, puesto que siempre existirá la necesidad de contar con ellos para probar cualquier mejora que se quiera implementar en el modelo. Su papel, además, será clave a la hora de incorporar las capacidades, características o prestaciones que soliciten los Ejércitos del Aire que compren la aeronave. 

De momento, son ocho países los clientes del programa del A400M: Alemania, Francia, España, Reino Unido, Turquía, Bélgica, Luxemburgo y Malasia, que han realizado encargos de 174 aparatos. Hasta el momento, se han entregado 12 -cuatro en 2013 y ocho en 2014-. En lo que llevamos de año, dos clientes han recibido sendas aeronaves de manos de Airbus y la compañía espera poder cumplir el objetivo que se fijó de llegar a las 14. El grupo se negó a facilitar los datos sobre las 12 entregas que restan para este ejercicio, puesto que tal como están las cosas deberán renegociar el calendario con los Estados compradores, con lo que, con toda probabilidad, se incrementarán los retrasos y sobrecostes que ya acumula el programa y que superan los 4.500 millones de euros.

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