Caso maría esther Ayer se cumplían dos semanas de la desaparición de la menor

Día de alta tensión en Arriate

  • Rumores sobre posibles detenciones por el crimen congregan en la localidad a decenas de periodistas, cuya presencia causó una jornada de nervios entre los vecinos

Desde la desaparición de la joven María Esther Jiménez, el pasado miércoles 19 de enero, y la posterior aparición de su cadáver en la caseta de la depuradora de una piscina particular en una finca muy cercana al casco urbano, Arriate vivió ayer el día que sin duda se puede catalogar como el más tenso desde que se desencadenaron los trágicos acontecimientos que vive estos días la localidad. Se notó mucho más en un pueblo acostumbrado a vivir en la tranquilidad, pero que en estos momentos sólo está pendiente de la detención del presunto autor o autores del crimen. Una posibilidad que ayer se dio por hecha y provocó una avalancha de periodistas que tomaron la plaza del pueblo con un despliegue humano y de cámaras.

Fue la explosión descontrolada del rumor. El hecho de que algunos medios de comunicación anunciaran la detención inminente de alguna persona relacionada con el asesinato, provocó un desembarco de periodistas en la localidad. Informaciones que daban por hecho que ya se habían concluido en laboratorio las pruebas de ADN y que éstas habían identificado a gente relacionada con el crimen. Y también se habló de varios presuntos implicados. Falsa alarma.

Porque, además, fuentes próximas a la investigación apuntaron a que la Guardia Civil todavía no ha finalizado los interrogatorios, por lo que la resolución del caso no sería tan inminente como se había anunciado, aunque sí que se estaría en su fase final.

Involuntariamente, al revuelo contribuyó también el hecho de que un helicóptero de la Policía Nacional estuvo varias horas sobrevolando la zona, aunque se trataba de una operación no relacionada con el caso. Buscaban a un joven de Puerto Real desaparecido desde hace tres semanas y que fue visto por última vez en Ronda.

Este cúmulo de casualidades y rumores provocó que los profesionales de la información tuviesen una mañana ajetreada. Cualquier movimiento que un día normal no hubiera suscitado ningún interés provocaba un sinfín de carreras para nada.

Este nerviosismo se contagió a una población que tras aguantar con entereza las dos primeras semanas de un impresionante despliegue policial, empieza a vivir con tremendo agobio al ver que las horas pasan y el, o los responsables del horrible suceso siguen en libertad. Pese a las reiteradas llamadas a la paciencia realizadas por las autoridades para dejar discurrir la investigación en toda su extensión ya hay ansiedad y se esperan resultados que no llegan.

El ir y venir de cámaras de televisión y reporteros gráficos era seguido desde la lejanía por los vecinos de la localidad, que se acercaban a los periodistas para tratar de buscar confirmación a los numerosos rumores sobre posibles detenciones que corrieron durante toda la jornada. Dos de ellos fueron los más comentados. El primero apuntaba a la posible presencia de un joven en la parte trasera de un vehículo de la Guardia Civil cuando se dirigía hacia Ronda. Tras algún viaje a la ciudad del Tajo, todo quedaba en un rumor. Posteriormente, algunos vecinos apuntaron a que se habrían producido detenciones en el centro de la localidad en las proximidades de dos panaderías, una circunstancia que también quedó descartada con el paso de las horas.

Ahora, aparte del hastío y el cansancio ante la intromisión de personas de fuera, los vecinos de Arriate tienen mucho temor ante el hecho de que las detenciones puedan ser de residentes de la localidad. Un pensamiento expresado en público por el propio alcalde del municipio. Muchos empiezan a mentalizarse para asumir que esto sería una nueva tragedia para Arriate, y es que temen que les tocará asumir que el asesino era uno de ellos. Con efecto multiplicador, además, porque también comienza a calar en la localidad la idea de que puede existir más de una persona implicada.

Pero todo eran sentimientos y percepciones ayer en el pueblo. La realidad es que la jornada transcurrió sin novedades y con la noche ya bien entrada los periodistas pusieron rumbo a Málaga sin nada que contar sobre las detenciones que les habían empujado allí cuando apenas estaba comenzando el día.

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