Andalucía

Fomento controló al 'New Flame' 6 horas antes de dejárselo a Gibraltar

  • Salvamento Marítimo intentó estabilizarlo y trasvasar fuel hasta que le dieron la orden de retirarse para que se hiciera cargo el Peñón · Un ingeniero de la Capitanía de Algeciras evaluó los daños a bordo

El buque New Flame estuvo bajo el control del Gobierno español durante al menos las primeras seis horas desde que se produjo el accidente el pasado 12 de agosto en la Bahía de Algeciras, según han confirmado a este periódico hasta tres fuentes distintas de Salvamento Marítimo. El barco chatarrero salió sin permiso del puerto de Gibraltar y chocó a las 5.54 con el petrolero Torm Gertrud a una milla de Punta Europa. Salvamento Marítimo de Algeciras puso en marcha de inmediato un dispositivo con todos los medios disponibles. Los barcos de este organismo, dependiente del Ministerio de Fomento, rescataron a la tripulación del New Flame y, posteriormente, intentaron estabilizarlo. Varios buques de Salvamento, incluso, estuvieron abarloados -con el costado casi en contacto- entre seis y ocho horas al chatarrero e intentaron bombear combustible de éste al Miguel de Cervantes. Unos datos que fueron ayer corroborados por el responsable de la Capitanía Marítima de Algeciras, Alfonso Marquina.

Los medios de Salvamento Marítimo permanecieron cerca del New Flame -que quedó semihundido con la proa asentada en un arrecife- varias horas más, hasta que recibieron órdenes de retirarse de la zona, ya que desde ese momento se hacía cargo del rescate el Gobierno de Gibraltar.

Fuentes de Salvamento señalaron que el Ejecutivo del Peñón no puso ninguna objeción cuando salvaron a los tripulantes y un remolcador comenzó las labores de rescate del buque. Una intervención que, según dijeron, contaba con la conformidad del armador y del capitán del New Flame. Asimismo, aseguraron que la orden de abandonar el chatarrero la recibieron del Gobierno español, después de que el Ministerio de Asuntos Exteriores informara al de Fomento de que Gibraltar se hacía cargo de la crisis.

La orden fue cumplida, según las mismas fuentes, pese a que Fomento había desplegado todos los medios en la zona, con el coste que ello supone. Además, resaltaron que dejaron el barco en una posición que evitó que se hundiera por completo. "Allí continúa desde entonces, pero ahora más hundido tras el último temporal. No sabemos si la propia compañía armadora y el capitán del buque estaban de acuerdo con que Salvamento Marítimo dejara sus labores. El hecho cierto es que el capitán y buena parte de la tripulación fueron salvados por una de nuestras embarcaciones y, más tarde, entregados en aguas de la Bahía claramente españolas a la Policía de Gibraltar", afirmó.

Alfonso Marquina confirmó no sólo la intervención de Salvamento, sino que un ingeniero de la Capitanía Marítima de Algeciras llegó a subirse al New Flame las primeras horas del accidente para inspeccionar los daños, ya que el barco presentaba un boquete en el costado de estribor y dos de las bodegas se habían inundado. Sin embargo, afirmó que fueron las autoridades gibraltareñas las que les dijeron que hicieran "el favor" de retirarse. "La decisión la adopté yo, una vez que informé a mis superiores. Hubo comunicaciones a todos los niveles, al estar inmersa una colonia de un país extranjero", dijo.

El capitán marítimo de Algeciras declinó hacer valoraciones sobre la gestión de Gibraltar en el rescate. Marquina se limitó a decir que "no es normal que un barco se hunda a los seis meses de haber encallado".

Días después del accidente, el armador del barco contrató para su rescate a Tsalviris Salvage Group que, a su vez, subcontrató los servicios de la compañía holandesa Wijsmuller Slavege. Tras retirar las 750 toneladas de fuel que contenía el New Flame -operación que, según el Ejecutivo del Peñón, se completó con éxito-, empezó a estudiarse el modo de rescate. Los responsables intentaron varias fórmulas, entre ellas cortar el buque en dos, sin obtener resultados; hasta que el pasado 10 de febrero el temporal de levante hundió más el buque y comenzaron a llegar los vertidos a las playas de Algeciras.

El Gobierno español ha insistido, durante estos seis meses, en que el Ejecutivo del Peñón ha desestimado su ayuda para proceder al rescate del buque. Pero lo cierto es que España sí intervino y luego optó por retirar los medios de Salvamento Marítimo.

El presidente de la Junta, Manuel Chaves, ha manifestado en varias ocasiones que si las labores dependieran del Gobierno autonómico, "el New Flame ya no estaría en la Bahía".

Sin embargo, Gibraltar ha dado síntomas de no poder hacer frente a la crisis. Una percepción que se ha acentuado a raíz de la llegada de los vertidos -desde el 10 de febrero ya se han recogido 65,5 toneladas de residuos contaminados- a las playas.

Ante esta situación, el Gobierno español decidió el pasado 11 de febrero convocar a la embajadora británica, Denise Holt, para trasladarle su "queja" ante la falta de reacción del Reino Unido en esta crisis. El director general para Europa del Ministerio de Asuntos Exteriores, José Pons, instó a Londres a actuar en el rescate ante la "incapacidad" manifiesta de Gibraltar. Unas peticiones de las que la embajadora británica, según dijo, "tomó nota".

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