Una vez elegido al líder en elecciones primarias, el congreso del PSOE de Valencia se parece más a una convención de los demócratas norteamericanos que a un cónclave socialista de tensión y negociaciones. Pedro Sánchez es el secretario general y el presidente del Gobierno, y este congreso es un congreso de unidad, donde hasta quienes fueron barones díscolos, como el valenciano Ximo Puig, forman parte de la gran mayoría. Poco a poco se van conociendo los nombres que formarán la nueva dirección: el sevillano Alfonso Rodríguez Gómez de Celis, que ya estaba en la anterior dirección, sería el secretario de Política Municipal ahora, uno de los grandes cargos de la Ejecutiva.

Es la primera vez que en un congreso socialistas se programan conciertos, y a la entrada de las salas del plenario y de las comisiones hay varias filas de caravanas de comida callejera que dan al entorno un aspecto muy festivo. No se esperan tensiones, sólo que Sánchez reparta.

Juan Espadas ha tenido un lugar para el protagonismo este viernes en Valencia. Ha presidido el Consejo de Política Federal, que es un organismo que reúne a los presidentes autonómicos y a los líderes territoriales en la oposición. No es un puesto de importancia, pero le permitirá asistir a las reuniones de la Ejecutiva como miembro nato. Espadas ha intervenido en una mesa sobre medio ambiente con la presidenta del PSOE, Cristina Narbona, y la actual ministra del área, Teresa Ribera.

Espadas, secretario general de la federación más numerosa del congreso, es un especialista en medio ambiente; de hecho, comenzó a trabajar en lo que fue el germen de la Consejería de Medio Ambiente en los años noventa, cuando la dirigía Tomás Azcárate. Espadas ha sostenido en esta mesa que la ecología ha dejado de ser una "política sectorial" en el PSOE, para convertirse en uno de sus pilares ideológicos. La ponencia marco define al partido como ecologista y feminista en términos ideológicos.

En esa misma mesa iba a intervenir la alcaldesa de París, la gaditana Anne Hidalgo, que ha estado en Valencia con Pedro Sánchez, pero tuvo que marcharse a la capital francesa, debido a que fue nominada el jueves candidata a las presidenciales de los socialistas galos.

De la nueva Ejecutiva, ya se conoce que Cristina Narbona seguirá siendo la presidenta federal; que Adriana Lastra será la vicesecretaria general con mando y tiempo para dedicarse a los asuntos de Ferraz, y que el navarro Santos Cerdán será el secretario de Organización. Cerdán será quien lea el sábado el informe de la Ejecutiva saliente, porque José Luis Ábalos dimitió, de modo sorpresivo, este verano. 

Gómez de Celis se ocupará de una de las tres o cuatro secretarías importantes del partido. Ahora lo era de Política Institucional, que es un área indefinida; todo lo contrario de la de municipal, que ocupará ahora. En 2023 se celebran elecciones locales en toda España y en las comunidades que no tienen capacidad de fijar la fecha de las urnas. Con esto se demuestra que Pedro Sánchez mantiene en su círculo de confianza, al menos, en el partido, a uno de los pocos andaluces que le respaldó desde el principio.

La cordobesa Carmen Calvo sí sale de la dirección, y es posible que entre, aunque esto está sin confirmar, la sevillana Lina Gálvez, eurodiputada y que ha sido la coordinadora de la ponencia marco del 40º congreso.

Juan Espadas se reúne la tarde del viernes con todos los delegados andaluces en un hotel cercano a la Feria de Valencia, será ahí cuando marque los objetivos comunes de Andalucía en este cónclave, que pasa por una defensa de un sistema de financiación autonómico más justo. 

El PSOE deja, de este modo, atrás, dos últimos congresos muy convulsos. Susana Díaz, que ha sido la gran perdedora de esta proceso, no asiste como delegada andaluza al congreso, aunque sí estará este sábado como invitada. 

A modo de broche de este congreso de unidad, este sábado intervienen en el congreso todos los ex secretarios generales y ex presidentes: Felipe González, José Luis Rodríguez Zapatero y Joaquín Almunia. Los dos primeros apoyaron a Susana Díaz en las primarias que jugó contra Pedro Sánchez, pero las relaciones del actual presidente del Gobierno con sus antecesores se ha reestablecido. El 39º congreso y el anterior, que fue extraordinario, fueron los de la elección de Sánchez como secretario general. Y antes, el 38º de Sevilla, donde se enfrentaron Alfredo Pérez Rubalcaba y Carmen Chacón.

Pedro Sánchez, que ha sido una suerte de outsider en su partido, llega a Valencia con la intención de cerrar las amplias brechas de este último decenio, tan convulso para el PSOE.