Política

"Sánchez es un felón, un déspota, un tipo sin moral ni escrúpulos"

  • El diputado Fran Carrillo, firme partidario de unas primarias en Ciudadanos Andalucía, denuncia la incomunicación que sufre con el líder regional y vicepresidente de la Junta

Fran Carrillo, en los pasillos del Parlamento de Andalucía

Fran Carrillo, en los pasillos del Parlamento de Andalucía / Juan Carlos Muñoz (Sevilla)

Es la voz más crítica de su partido en el Parlamento de Andalucía. Experto en comunicación política, partidario de las primarias en su formación, denuncia la situación actual de Ciudadanos. El diputado Fran Carrillo es Premio Excelencia 2012 de la Universidad Carlos III de Madrid y cuenta con Premios Victory Awards 2012 y 2013, los considerados Óscars de la comunicación política, como consultor del Año en la categoría de Comunicación. Recibió estos galardones en Estados Unidos (Washington DC y Nueva York). Premio Napolitan Victory Awards 2017 al Mejor Libro Político del Año por 'El porqué de los populismos'. Es autor de varios libros: Tus gestos te delatan. Las claves para ser un buen comunicador publicado en la editorial Espasa (Planeta) y El porqué de los populismos, publicado por Deusto (Planeta).

–¿Es Ciudadanos un proyecto agotado? 

–La marca está gravemente dañada, pero las ideas y el significado de los valores y principios que representa, no. Es evidente el desgaste y la confianza perdida de los votantes hacia Ciudadanos. Por eso abogo porque haya cambios profundos, y no sólo cosméticos, en nuestra organización. Debemos regresar al terreno de las ideas, de la defensa sin complejos de los valores que nos catapultaron como formación política, de la denuncia sin compasión a izquierda y derecha de corruptos, vividores y ladrones. De todo aquello que enamoraba y que hemos perdido por el camino o nos hemos dejado arrebatar por cálculos personalistas o por obtener el plácet de los medios de izquierdas. Si no volvemos a eso, será díficil sobrevivir. Si lo que representa Ciudadanos desaparece, España lo acabará pagando. Quizá no de inmediato, pero sí cuando se vea que nadie controlará ya a los mismos de siempre haciendo lo que mejor saben hacer: repartirse el país mientras la sociedad vive cada vez peor. Yo entré en política para ayudar a reformar el sistema, a transformarlo y mejorarlo, no a destruirlo ni a mantenerlo como está. Hoy, el liberalismo es la antítesis del socialismo y de su deriva aún más totalitaria, que es el sanchismo. Por eso, mantengo que a Sánchez hay que negarle todo, hasta que deje de gobernar este país. Es un felón, un déspota, un tipo sin moral ni escrúpulos que va a destrozar los cimientos sociales de esta nación si no lo evitamos. No hay que corregirle ni convencerle, sino echarle, por las buenas o por las urnas.

–¿Qué grado de culpa tienen Inés Arrimadas y Juan Marín de la situación de casi desaparición de Cs con esa bajada en las encuestas? La más favorecedora es la del Centra, organismo de la Junta, que lo mantiene con cierta vida. La última le da siete diputados a su partido.

–Hay decisiones que se han tomado equivocadas. Y responsabilidades que no han sido asumidas. O no del todo. Me preocupa un futuro en el que ya no seamos decisivos, que las ideas de libertad y ese carácter rebelde de denuncia desaparezcan, pero me preocupa más que no haya reflejos para evitar ese escenario, que no será catastrófico sólo para Ciudadanos, sino para la regeneración, transformación y modernización de Andalucía y de España. Entiendo que si llegamos al punto de no retorno en la confianza hacia esta marca, habrá que articular algo nuevo que permita reilusionarse a esos cientos de miles de españoles que, sin Ciudadanos, se quedan sin partido al que votar. Sobre las encuestas, veo, entiendo y extraigo conclusiones de cada una de ellas. No hay que ignorarlas, pero no pueden congelar tus principios ni tampoco condicionar tus decisiones. Debemos reflexionar y tomar medidas ya si queremos competir en las mejores condiciones y convencer al electorado andaluz de que somos la mejor opción para que Andalucía avance y olvide los nefastos tiempos de la pobreza y la corrupción. Quiero una Andalucía llena de empresarios y emprendedores, no esa Andalucía del paro subsidiado y la miseria cautiva, que es la Andalucía que desea el PSOE y la extrema izquierda. Nosotros representamos el equilibrio ante los extremos, la regeneración contra la degeneración, la garantía frente a la inacción. Pero también le digo algo: el próximo año, los ciudadanos tendrán que elegir entre dos opciones: o una Andalucía con Ciudadanos o una Andalucía con Vox. No habrá más sumas posibles de Gobierno. Es muy importante que se interiorice esto.

–La actual portavoz de su grupo parlamentario, Teresa Pardo, dice que Inés Arrimadas y Juan Marín siempre han tenido una relación fluida. ¿Qué le parece?

–Si ahora es así, me alegro. Un presidente debe hablar y tener una buena relación con todos. Se construye más y mejor desde la confianza mutua y no viendo en el compañero que destaca un enemigo, sino un activo para lo que representamos: la España moderna, la España de la defensa de las libertades, la España del futuro y no del pasado, la España de la sociedad civil. Me gustaría presumir también de esa fluidez pero, por desgracia, lleva dos años que no habla conmigo ni me coge el teléfono.

Fran Carrillo Fran Carrillo

Fran Carrillo / Juan Carlos Muñoz (Sevilla)

–Usted fue destituido como portavoz parlamentario. ¿Se siente orillado en el día a día en el Parlamento?

–Yo sigo trabajando por las personas que confiaron en mí y por el conjunto de los andaluces. Eso no ha cambiado. Muchos afiliados, compañeros de partido y de otras formaciones, también profesionales de los medios de comunicación (dentro y fuera de Andalucía) e incluso ciudadanos de a pie, me escribieron o llamaron para trasladarme que no entendían la decisión de apartarme, porque mi discurso ayudaba al partido, y en él se sentía identificada mucha gente de diferentes ideologías que ven en mí alguien que defiende sus convicciones sin complejos, que denuncia la impostura moral y la corrupción política y que además, habla claro. Creo que ese perfil ayudaba al partido, pero en la dirección nacional y andaluza no lo entendieron así. Respeto la decisión que se tomó, pero sigo pensando que se equivocaron. Dicho esto, no es sólo mi caso. Hemos perdido demasiado tiempo en apartar talento en vez de impulsarlo y ponerlo en valor. Y no nos podemos permitir eso. Aspiro a que ese talento interno se reconozca y podamos recuperar a los que se han ido, por no haber sido escuchados, atendidos y cuidados. Una organización no se mide por el ruido de las palmas, sino por el silencio del trabajo, el que cada día desarrollan cientos de concejales y militantes en los pueblos, barrios y sedes. Este es el camino a seguir. Ciudadanos es, ante todo, la resistencia.

–¿Echa de menos a Albert Rivera y su equipo?

–Yo entré en política por Albert Rivera. Él me convenció para unirme a este proyecto, primero a través de la plataforma civil Movimiento Ciudadano que originó la expansión nacional del partido, y años después, en sumar fuerzas para cambiar Andalucía y desalojar al PSOE corrupto de las instituciones, que ya hemos visto que las gestionaban como su cortijo de intereses particulares. Albert es un gran líder. Con sus aciertos y errores, levantó junto a otros valientes este bendito proyecto. Mi máximo respeto a todos esos arquitectos que construyeron Ciudadanos. Como liberal, respeto las decisiones individuales de cada uno y no me verá usted entrar en descalificaciones, censuras e intento de dar lecciones a los que, libremente, han decidido emprender otro camino. A los que estuvieron, están y estarán en estas ideas, mi agradecimiento y cariño.

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Fran Carrillo / Juan Carlos Muñoz (Sevilla)

–Macarena Olona (Vox) califica a Juan Marín de “flojo”.

–La señora Olona, a la que respeto y admiro como política, por su firmeza y determinación, debería a su vez respetar a los adversarios políticos, de cuyos votantes, en parte, se nutre. ¿Quién era la señora Olona hace tres años? Nadie. ¿Qué era Vox hace tres años? Nada. Y no vi a ningún compañero de Ciudadanos llamarle floja. No hace falta gritar para ser vehemente ni contundente. Se equivoca si cree que con el insulto va a ganar más adeptos.

–¿Cuántos afiliados quedan en Ciudadanos?

–Menos de los que me gustaría para construir una solidez estructural acorde a lo que necesita una organización política para sobrevivir. En Córdoba resistimos alrededor de trescientos espartanos. En el resto de provincias lo desconoco, pero estoy seguro de que la dirección autonómica estará encantada de facilitarle esos datos.

–Si concurre a las primarias, ¿a quién le gustaría tener en su equipo?

–No están convocadas y no he decidido presentarme. Eso sí, deberían convocarse ya. Todos los partidos las están haciendo porque se necesita tiempo para construir un proyecto con el que concurrir a los próximos comicios. Tiempo que no tenemos en Ciudadanos. Sobre el equipo, le diré que en mi vida siempre he preferido tener a mi lado a críticos leales que a palmeros acríticos. Así lo entendía en el sector privado (contar con los mejores) y así creo que debe funcionar toda organización si quiere tener éxito. Debemos salir de la cómoda burbuja de la palmadita y sustituirla por decisores que sepan lo que hacen en cada ámbito. Y lo quiero, para empezar, en mi propio partido.

Fran Carrillo Fran Carrillo

Fran Carrillo / Juan Carlos Muñoz (Sevilla)

–¿Cree que el denominado gobierno del cambio funciona? ¿Ve las consejerías de Cs fagocitadas por un PP en crecimiento?

–Que el Gobierno del cambio, del que Ciudadanos es parte esencial, funciona, es evidente. Que como partido en el Gobierno y como grupo parlamentario estamos haciendo una buena gestión que no sabemos vender, también es notorio. Y eso es algo que se arrastra desde hace mucho tiempo. Yo no dirijo la estrategia del partido, pero sí he trasladado que debe mejorarse.

–¿Usted se vería en otro partido, como el PP, el PSOE o Vox?

–Me veo defendiendo las ideas de libertad, de la economía libre de mercado, del liberalismo que marida la defensa del individuo y la existencia de un Estado pequeño pero fuerte que garantice seguridad, ley e igualdad de oportunidades para el acceso al bienestar. Me veo luchando contra dogmas impuestos a derecha e izquierda, contra el afán de la izquierda cool y el populismo retrógado en imponer a los demás una visión determinista y sectaria de la sociedad y la historia. A día de hoy, me siento orgulloso de defender las ideas liberales en Ciudadanos. Y las seguiré defendiendo siempre, y no tiene por qué ser necesariamente desde la política. Yo soy liberal por convicción, no porque el sueldo me obligue a serlo ni a decirlo.

–¿Hay afiliados que hablan de la falta de transparencia en Cs, es así?

–Yo animo a que denuncien cada caso que encuentren y que vaya en contra de nuestros estatutos o contra el más mínimo sentido de la ética y la decencia. Si hay fallos y errores, debemos solucionarlos. Pero me preocupa mucho la desbandada masiva de afiliados y votantes sin que haya reacción. Mucho es mucho.

–Dirigentes destacados de su partido como Imbroda piden que no haya primarias en Andalucía. ¿Cree que tienen miedo a este proceso? ¿Será porque Imbroda sólo sacó un 65% y Marín un 67%?

–No hay que tener miedo a las primarias, mientras sean libres, transparentes y ecuánimes. Yo no tengo miedo a presentarme a unas primarias. Porque los militantes tienen derecho a que se les escuche de verdad y tengan diferentes opciones para elegir lo que más les convenza, motive o ilusione.

–¿El modelo actual de la RTVA es válido, o cree que se debería haber apostado por un cambio más profundo?

–Lo diré para que se entienda: toda televisión pública que cueste dinero al ciudadano pero que no esté al servicio del ciudadano, mejor que se cierre.

–Yo he criticado la RTVA socialista porque era un cortijo de intereses y favores prestados al servicio de una causa política. No se informaba de lo que no interesaba al Gobierno. Los andaluces no sabían por ejemplo que, con su dinero, altos cargos socialistas se iban de putas. Y no lo sabían porque la Canal Sur del PSOE no informaba. Y eso era muy grave. Y si ahora se repiten esas prácticas, aunque gobernemos nosotros, lo denunciaré igual. De hecho, ya lo estoy haciendo en cada Comisión, donde exijo que se informe de todo y de todos. La RTVA, como cualquier otra televisión, debe regirse por criterios de eficiencia, transparencia, calidad y buen servicio. Si está para politiqueos y casa de acogida de enchufados, mejor destinar ese dinero a Sanidad o Educación. Soy y seré beligerante e intolerante contra los corruptos y saqueadores del dinero público, que no vienen a servir sino a servirse y que ven en la política un puente para satisfacer sus intereses privados. Los denunciaré siempre, estén donde estén y se llamen como se llamen. Aunque me cueste el escaño.

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