Andalucía

Juanma Moreno marca distancias con el acuerdo de Gobierno de PP y Vox en Castilla y León

  • El presidente de la Junta confía en tener una mayoría suficiente que le permita gobernar sin Vox y en San Telmo recuerdan que en el PP hay "líneas rojas infranqueables"

Juanma Moreno, durante la sesión de control al Gobierno.

Juanma Moreno, durante la sesión de control al Gobierno. / Joaquín Corchero / EP

"Lo que ocurra en una comunidad no tiene por qué ocurrir en otra". Con esta frase Juanma Moreno ha intentado poner distancia con el acuerdo que PP y Vox han cerrado en Castilla y León y que permitirá que la formación de Santiago Abascal entre en un Ejecutivo por primera vez. El presidente de la Junta ha defendido, tras el Pleno del Parlamento, que la "realidad sociológica" de cada territorio es distinta y que el PP es un partido "descentralizado", por lo que cada barón territorial podrá decidir su política de pactos. 

Moreno ha comparecido tras la sesión de control para valorar el acuerdo cerrado por Alfonso Fernández Mañueco, que tendrá un vicepresidente y tres consejeros de Vox en su Ejecutivo. La independencia que el dirigente castellanoleonés ha tenido para cerrar su acuerdo es la misma a la que aspira Juanma Moreno, ha admitido. No obstante, su principal objetivo es lograr "una mayoría suficiente" que le permita gobernar "en solitario". Hay que recordar que eso era justo lo que pretendía conseguir Fernández Mañueco y que los sondeos le concedían esa posibilidad cuando decidió adelantar las elecciones, pero el resultado del 13 de febrero fue bien distinto. 

"Castilla y León es Castilla y León y Andalucía es Andalucía", ha dicho el presidente de la Junta durante la sesión de control, una frase que ha repetido después en su valoración del acuerdo de su compañero castellanoleonés, que se produce en plena transición entre la dirección del PP de Pablo Casado y el nuevo periodo de Alberto Núñez Feijóo, que es uno de los barones territoriales del PP que más alejado ha estado de Vox. Hay que recordar que la formación de Santiago Abascal no ha sido capaz de hacerse hueco en el Parlamento gallego a pesar de que es la tercera fuerza a nivel nacional.

Juanma Moreno ha recordado que "no estamos en momento electoral" y que serán los andaluces "quienes decidan el juego parlamentario". Esta insistencia hace pensar que cualquier posibilidad de un adelanto electoral queda definitivamente descartada, así que los comicios autonómicos están mucho más cerca de celebrarse cuando tocan, en otoño. El presidente, con este argumento, ha eludido pronunciarse sobre si, en caso de necesitarlo, dejaría entrar a Vox en su Gobierno.

En San Telmo están confiados en que Moreno no necesitará a Vox para gobernar, ya que esperan que las encuestas que le conceden entre 48 y 50 escaños al PP se hagan realidad. "No tenemos una bola de cristal" explican fuentes cercanas al Gobierno andaluz que, a mismo tiempo, recuerdan que Juanma Moreno tiene "líneas rojas infranqueables" que están marcadas por el Estatuto de Autonomía que Vox critica abiertamente. De hecho, en su intercambio con el portavoz de Vox, Manuel Gavira, el presidente de la Junta ha ironizado al afirmar que "cómo va a ser fuerte un Gobierno de Vox" si no cree en la autonomía. 

En el Gobierno andaluz son conscientes de que una coalición con la formación de Santiago Abascal sería mucho más convulsa que la que ha regido la Junta de Andalucía en los últimos tres años. La compenetración entre PP y Ciudadanos es un ejemplo a nivel nacional hasta el punto que son el único de los gobiernos regionales formados entre 2018 y 2019 por populares y naranjas que sigue funcionando. Tampoco hay que olvidar la diferencia que hay entre un perfil como Juan Marín, que venía de pactar con el PSOE, y el de Macarena Olona que representa quizás una de las versiones más incisivas de Vox, alejada, por ejemplo, del perfil que tenía el hasta hace poco portavoz de la formación, Alejandro Hernández. 

También durante la sesión de control, la portavoz del PSOE andaluz, Ángeles Férriz, le ha hecho la pregunta en dos ocasiones, lo que anticipa que los socialistas aprovecharán el acuerdo en Castilla y León para intentar erosionar a Juanma Moreno. Más tarde, el secretario general de los socialistas andaluces, Juan Espadas, ha confirmado esta sensación al defender que su formación será "la única alternativa" a la posibilidad de que Vox entre en el Gobierno andaluz tras las próximas elecciones.

En un comunicado, Espadas elevado la presión sobre Moreno al pedirle que sea "claro y sincero" sobre la entrada de Vox en la Junta y ha asegurado que el pacto de Fernández Mañueco "tendrá consecuencias, sin duda, a nivel europeo, donde estos pactos con la extrema derecha no se dan". Este será uno de los argumentos de los socialistas en los próximos meses, que utilizarán el espejo de Castilla y León en una estrategia similar a la que utilizó José Antonio Griñán entre noviembre de 2011 y marzo de 2012, cuando se celebraron las elecciones. En ese intervalo, el Gobierno recién elegido de Mariano Rajoy comenzó a aplicar recortes obligado por la UE en plena crisis financiera y económica, lo que erosionó al PP andaluz de Javier Arenas, que ganó las elecciones, pero no pudo gobernar tras el acuerdo del PSOE con IU. 

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