Andalucía

Lújar, un pueblo desolado en mitad de las llamas

  • El municipio busca la forma de salir adelante tras ver cómo sus aspiraciones y bienes han sido pasto de las llamas Piden ayuda a todas las instituciones y la declaración de zona catastrófica.

Una ardilla intentaba ayer encontrar el lugar donde moraba antes de huir de las llamas, sin embargo, sólo encontró naturaleza muerta. Más suerte tuvieron los habitantes de Lújar, que ayer por fin volvieron a sus casas, pues este municipio se convirtió en un pequeño oasis en medio de 45 kilómetros cuadrados calcinados. A pesar de los miedos y la incertidumbre, lograron ver sus casas de nuevo.

"Muy enfadados" y "con rabia contenida". Así resumió ayer el alcalde de Lújar, Mariano González, el sentir de sus vecinos. Estos sentimientos descritos obedecían a que están convencidos de que no se ha gestionado bien la extinción del fuego. Sin embargo, ahora es momento de mirar hacia adelante, para lo que el alcalde, que fue el último en abandonar el pueblo cuando era sitiado por las llamas, se reunió ayer con sus concejales para realizar una primera valoración de daños y la posibilidad de pedir la declaración de zona catastrófica.

"No estamos acostumbrados a esto, pues jamás en la vida hemos visto nada igual", exclamó el regidor, que reconocía que su alcornocal y la Sierra de Lújar se habían quemado totalmente, por lo que su futuro también se había destruido. Existían proyectos que generarían riqueza económica en la comarca, como su declaración como parque natural, y los visitantes que llegaban hasta este lugar eran amantes del turismo de naturaleza. Pero ahora esos reclamos se caerán, por lo que están muy preocupados. De ahí que vayan a pedir a todas las administraciones que les ayuden en estos difíciles momentos.

González apareció ayer arropado por sus compañeros de partido, entre ellos José García Fuentes, presidente de la Mancomunidad de Municipios de la Costa Tropical (que engloba 3 de los municipios afectados: Gualchos-Castell de Ferro, Lújar y Rubite). Desde Diputación, Junta y Mancomunidad les van a asesorar en este sentido. Se estudia realizar alguna tramitación conjunta y la Mancomunidad va a aportar una partida presupuestaria para los gastos ocasionados.

El portavoz parlamentario del PP, Carlos Rojas, habló de "una pérdida ecológica irreparable" y del "drama" para más de 600 familias. Por eso va a llevar al Parlamento la petición de ayudas para los afectados. También pidió "urgencia" en la atención a los vecinos y en la aclaración de los hechos y de la gestión de la extinción del fuego.

A diferencia de sus vecinos, que desde el primer momento están convencidos de que el incendio fue provocado, Mariano González prefirió mostrar "cautela", pues "se barajan varias hipótesis" y espera que las fuerzas de seguridad, encargadas de investigar el origen del fuego, hagan su trabajo para esclarecer los hechos.

En las caras de los vecinos, en estado de shock, se refleja tristeza entremezclada con alegría. También las marcas de las duras últimas horas vividas, donde lo poco que habían descansado en un polideportivo en Castell de Ferro había sido mirando las llamas que esa noche mostraban un color rojo visible en toda la comarca manteniendo en vilo a toda la Costa.

Sin embargo, algo de alivio sintieron cuando vieron sus casas en pie, pues había trascendido que algunas viviendas habían sido pasto de las llamas y la información la siguieron minuto a minuto a través de sus móviles.

Después de poner un pie en su casa, lo que tocaba, para los más valientes, era el choque con la cruda realidad: En vez de vivir en un lugar privilegiado, en un vergel verde, ahora habitarán en medio de un escenario teñido de negro, como sacado de una película futurista.

Una pareja se dio un paseo por los alrededores; el hombre cabizbajo, los dos en silencio. "¿Cuántos años harán falta para recuperar esto?", decían algunos. Otros todavía no se lo podían creer: "los viejos del pueblo murieron y siempre habían conocido el alcornocal. Pero esto nunca pensamos que pasaría". Sin embargo, una mujer sí reconoció que lo esperaba: "Tarde o temprano tenía que pasar. Siempre, cuando había incendios, decíamos que se había librado de momento".

Por los alrededores, aparte de la ardilla que posiblemente morirá, junto a otros muchos miembros de especies que vivían en este maravilloso lugar, algunos curiosos que subían sólo para ver el desastre, aparte de vehículos del Infoca, del Ejército y los participantes en el dispositivo de extinción.

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