La constitución de los ayuntamientos

El PP pierde el poder territorial andaluz

  • El PSOE se ha aliado con quien ha podido, con las marcas de Podemos, con Ciudadanos y con independientes, para desalojar a los populares.

LAS elecciones municipales se juegan en dos tiempos. El primero fue el del 24 de mayo, el día que se acudió a las urnas. El PP perdió por puntos. El segundo, que se decide hoy con la formación de los plenos, ha supuesto la derrota por goleada de los populares. El poder territorial que Javier Arenas fue forjando elección tras elección y con el que llegó a conseguir las ocho capitales andaluzas y cinco diputaciones se ha esfumado. Después de dos derrotas electorales, en las europeas y en las autonómicas, el PP de Juan Manuel Moreno Bonilla encaja el peor de los resultados, apenas contará ya con grandes alcaldes en Andalucía. De las 29 ciudades de más de 50.000 habitantes, el PP apenas conservará siete cuando hoy gobernaba en 23. De las ocho capitales, sólo retendrá tres después de que Almería cayera de modo imprevisto en manos del socialista Juan Carlos Pérez Navas gracias a un acuerdo con Ciudadanos. Y en la Costa del Sol, que fue la primera comarca andaluza en vestirse de azul en los años noventa, sólo le queda Estepona y Fuengirola. Marbella, Benalmádena, Vélez-Málaga, Torremolinos y, previsiblemente, Mijas serán gobernada por los socialistas gracias a acuerdos a varias bandas, porque ésa es la geometría que explica estos pactos: el PSOE ha pactado en contra del PP allá donde ha podido y se ha aliado con Ciudadanos, con las marcas de Podemos y con los partidos independientes en bipartitos, tripartitos y cuatripartitos municipales que adelantan mandatos muy inestables.

El PSOE mantuvo en un principio que su política de alianzas se vería "caso a caso" y que, de ningún modo, se echaría en manos de Podemos para arrancar alcaldías a cualquier precio. Según la secretaria general, Susana Díaz, su partido sabría oír la voz de los ciudadanos expresada en las urnas. Pero la realidad es que los socialistas se han aliado con quienes han podido incluso en ciudades como Almería donde al actual alcalde popular, Luis Rogelio Rodríguez Comendador, sólo le faltaba un concejal para alcanzar la mayoría absoluta. En Jerez, donde la candidata Mamen Sánchez tenía reticencias a coger la Alcaldía si Ganemos no entraba en su equipo, el PSOE se hará con el ayuntamiento y gobernará con sólo siete de los 27 concejales del pleno. Y en Cádiz, los socialistas darán hoy el Ayuntamiento a José María González, Kichi, de Podemos, y pondrán fin a 20 de mayoría absolutas de Teófila Martínez.

El vuelco territorial se ha debido a tres factores. El primero, que era el conocido, es que IU y Podemos y las diversas marcas a las que apoya se habían marcado como prioridad expulsar al PP de los ayuntamientos. Sin más. Quedó claro ayer en Sevilla, donde la candidata podemita Susana Serrano se negó a darle la mano a Juan Espadas en el acto donde escenificaban el apoyo a la investidura del socialista. Serrano, que fue apoyada expresamente por Teresa Rodríguez a pesar de la oposición inicial de Podemos, se hacía eco, quizás, de los sucedido el día anterior en el Parlamento andaluz, donde el saludo entre Susana Díaz y su jefa fue más bien parco.

El segundo factor ha sido la incapacidad de la dirección nacional, regional y local del PP para amarrar aquellos municipios donde no habían conseguido la mayoría absoluta, pero sí habían ganado en número de concejales. De las grandes ciudades, el PP sólo ha conseguido forjar acuerdos en Málaga y a duras penas en Granada, donde la alianza supondrá la salida del alcalde popular José Torres Hurtado cuando lleguen las elecciones generales. El candidato de Ciudadanos, Luis Salvador, muy enemistado con Torres Hurtado, de quien recibió duros ataques en la campaña electoral, ha conseguido su deseo de quitar a este alcalde, a quien posiblemente sustituirá Sebastián Pérez. Motivos personales son también los que han producido el cambio almeriense. El cabeza de lista de Ciudadanos, Miguel Cazorla, había pertenecido al Gial, un grupo escindido del PP con el que llegó a gobernar en algunos municipios. Más que el PSOE, ha sido Ciudadanos el que ha aplicado una estrategia de geometría variable en su política de pactos.

La diputada almeriense del PP Carmen Crespo cargó ayer contra Ciudadanos, de cuyo líder Albert Rivera, dijo que había traicionado el sentido del voto de los electores andaluces. La secretaria general, Dolores López, mantuvo que Susana Díaz y Albert Rivera habían firmado un pacto secreto para quedarse con municipios. Nada lo respalda porque Ciudadanos, por ejemplo, sí ha mantenido al PP en Málaga o en Granada y no votará hoy a Espadas en Sevilla.

La estrategia de Juan Manuel Moreno y su dirección para sacar partido municipal de la investidura de Susana Díaz ha fracasado de modo estrepitoso. El PP no quiso abstenerse en la investidura de Díaz pero amagó con concedérsela si el PSOE respetaba, al menos, algunas de las grandes alcaldías donde había ganado, caso de Cádiz, Jerez o Marbella. Finalmente, la presidenta no abrió esta negociación, si no que se anticipó con un acuerdo con Ciudadanos y dejó al PP en la oposición con Podemos en el Parlamento y en la oposición de muchos ayuntamientos con Podemos en su contra.

Aunque la situación del PP nacional tampoco es mejor que el del andaluz, esta sucesión de derrotas agrava de modo casi definitivo el liderazgo de Moreno Bonilla y sus colaboradores.

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