Tres tristes tuits

2-D, 4-D, 6-D… Vaya semanita, ¡será por efemérides!

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Naturalmente desde la derecha celebran el 2-D, con la previsible retórica triunfalista. Se trata, claro está, de un triunfalismo más o menos impostado. Ahí coinciden todas las derechas, Vox exhibe más euforia que nadie con el lema de “Un año de Reconquista”. Ahí es nada. La imagen de Abascal a caballo, y la palabra Reconquista, le equipara al Cid. Lo que es tener mucha autoestima y poco sentido del ridículo. En el imaginario de Vox aquí se ha iniciado el proceso inverso a lo sucedido trece siglos atrás: entonces fue de norte a sur, de la Batalla de Covadonga a la Toma de Granada, y ahora es de sur a norte a partir del 2-D. Todo así de loco.

Tuit de Vox Tuit de Vox

Tuit de Vox

Los partidos del Gobierno no abusan de la hipérbole, pero no evitan el ventajismo. Moreno Bonilla, más institucional, a veces hasta lo sotanoide, habla del “camino correcto” y tira de la semántica de la estabilidad, confianza, moderación y eficacia. Desde el partido, van más a calzón quitado. Ahí está siempre Loles López al quite: “Por primera vez Andalucía no está a la cola en crecimiento económico sino a la cabeza”. En Ciudadanos, más que hablar de logros, dan rienda suelta a su aversión obsesiva contra el PSOE en cada mensaje: “Hoy se cumple un año desde que Andalucía pasó a estar en manos de los andaluces y no maniatada por el PSOE” o “La cruz fueron 37 años socialistas. La cara hoy son 10 meses de Gobierno”. Para eso seguramente haya alguna clase de medicación.

Si la derecha abusa del triunfalismo, la izquierda lo hace con un derrotismo igualmente impostado. O más bien el PSOE, porque Adelante Andalucía prefiere ignorar la efeméride en la que entienden que no perdió la izquierda el poder, sino el PSOE. Pasan de largo, aunque para ellos fue también un gran fracaso. El PSOE opta por la brocha gorda: “El balance del Gobierno andaluz no es realista porque no responde a la realidad: Más parados. #Sanidad en llamas. Caos en #Educación. Inestabilidad con muchas dimisiones. LA REALIDAD ES QUE NO HAN SABIDO GESTIONAR #1AñoTrifachito”. Y así todo.

Unos creen vivir en el paraíso, y otros en el infierno. No se permiten matices racionales, sólo consignas de trinchera. Esto, salvo para las militancias fieles, casi siempre resulta ridículo. O siempre

2

El 4-D, en Ciudadanos no faltaron a la cita. Tanto Juan Marín como Marta Bosquet, presidenta del Parlamento, o Sergio Romero, portavoz, estuvieron ahí para acordarse de felicitar… a Malú y a Rivera por su paternidad. Al 4-D no le dedicaron una línea en la cuenta de Cs Andalucía. Nanay. Tampoco Vox, claro, pero eso era de esperar. Ciudadanos, de hecho, se volcaba con Cataluña y Euskadi para variar. Tampoco el PP se detuvo en la fecha mientras dedicaba no menos de cinco tuits al marido de la ex presidenta. Cada cual a lo suyo.

El tuit del PSOE El tuit del PSOE

El tuit del PSOE

En fin, en cierto modo la derecha es coherente mostrando su indiferencia por Andalucía. Claro que eso contribuye a que la izquierda pueda apropiarse no ya de la memoria sino del sentimiento andaluz con una declaración de orgullo frente a quienes amenazan: ¡el Trifachito! que reaparece como hashtag. “42 años después la #ultraderecha quiere acabar con nuestra Autonomía NO LO PERMITIREMOS. VIVA ANDALUCÍA LIBRE” clama uno de sus barones. Más de diez tuits dedica el PSOE.

Teresa Rodríguez, por cierto, admite no haber vivido las manifestaciones históricas del 4-D de 1977. Pero, para no quedar fuera del relato, acaba confesando que “siempre que veo las imágenes de archivo tengo la sensación de haberlas soñado. Es una sensación extraña, como un déjà vu raro, onírico”. Es fácil: basta un poco parapsicología, o de cronestesia, y todo arreglado para volver a 1977. Quizá sea su verdadero tiempo. Ella sigue aspirando a una marca andaluza, aunque su radicalidad dogmática haga inviable un liderazgo andalucista transversal.

3

En víspera del 6-D, los bloques se disputan el constitucionalismo sin entender que disputarse éste ya es un modo de debilitarlo. Llevan tiempo abusando del reparto de carnés de constitucionalistas: el PP a veces incluye a Vox y a veces excluye al PSOE; el PSOE puede salvar a sus socios de moción pero no a Vox; Cs se considera depositario de las esencias y excluye a veces a más de la mitad de la clase política, metiendo y sacando incluso al PSOE según le conviene… No hay nada menos constitucionalista que esa farsa constitucional.

El tuit de Adelante El tuit de Adelante

El tuit de Adelante

Los consensos están muy deteriorados. Los usos parlamentarios están empobrecido, con portavoces montaraces que compiten por el exabrupto. Esta semana Ángela Aguilera, de Adelante Andalucía, dictaba sentencia sobre la granada en un centro de menores: “la extrema derecha es culpable”. Entiéndase, Vox. Pero va más allá y mete en esa culpabilidad a “quienes pactan con ella” en calidad de cómplices. Por supuesto, lo que Aguilera llama “odiadores profesionales” son los otros. Se entiende que ella razona con respeto cariñoso.

No es que Vox contribuya a otra cosa, claro. Esta semana tuiteaban “que dice el mangante de Manuel Chaves…”. El lenguaje nunca es inocente, y los campos semánticos del odio, de la exclusión, del descrédito emponzoñado del rival, van erosionando el juego democrático. Hoy elogiarán la Constitución, previsiblemente excluyendo a los otros, que es un modo de negar la Constitución. Esto es lo que hay

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