Punto de encuentro

"Si ahora no hay razones para una huelga general, ¿cuándo se darán?"

  • Diego Valderas. "Los sindicatos están mostrando excesiva prudencia y pasividad". El coordinador andaluz y portavoz de IULV-CA opina que hace falta una gran movilización, un revulsivo ante la crisis. Critica la política fiscal del Gobierno, que estima negativa para los trabajadores, y dice que con el liderazgo de Cayo Lara, Izquierda Unida se consolidará como la izquierda alternativa "sin ser muleta de nadie"

ES mañana de ajetreo en el Parlamento de Andalucía. Hay sesión plenaria, una concentración de la Plataforma por la Dignidad Educativa y una manifestación del Metal que ha colapsado el tráfico en Sevilla. En el despacho del líder andaluz de IULV-CA hay tranquilidad. Allí insiste en que quieren estar a la izquierda del PSOE, con un proyecto claramente diferenciado.

-¿Cómo afronta Izquierda Unida este nuevo curso en Andalucía?

-Lo afrontamos con una gran preocupación social. La gravedad de la crisis hace que se resienta con más dureza en nuestra comunidad, que ha tenido un modelo especulativo. Eso lo notan ese casi millón de trabajadores, autónomos y pequeños y medianos empresarios que están en situación de frustración y desesperanza. Somos defensores de que se ponga en valor un modelo basado en dos eses: solidaridad y sostenibilidad. Queremos una Andalucía con más cohesión y menos desigualdades.

-¿Eso cómo se traduce en el Parlamento de Andalucía?

-En una gran cantidad de iniciativas. Por ejemplo, para la necesidad de una renta básica que permita a todos los andaluces vivir con una mínima dignidad. En segundo lugar, un cambio de modelo económico. En tercero, priorizar aquellas inversiones orientadas a crear más empleo, también con mayor implicación de la inversión pública de los ayuntamientos y la Junta. Y a partir de ahí, mientras no se recupere el empleo, es necesaria una política fiscal progresista, para que paguen más los que tienen más.

-¿Está a favor de la subida de impuestos?

-Me refiero a una reforma fiscal en profundidad. Estaría orientada a que pague más quien más tiene, para que se pueda atender a quien más lo necesita. No es sólo subir impuestos, sino distribuir con más justicia. Para ello deben aportar más los poderosos.

-¿Subiría los impuestos sólo a los ricos?

-La reforma que proponemos beneficia aproximadamente al 60% de la población que está por debajo de ciertos ratios económicos. Y aumentaría la presión con impuestos directos a los poderosos.

-¿Qué le parecen las medidas fiscales del Gobierno?

-Son claramente insuficientes. No cambian nada. A través de los impuestos indirectos, siguen dejando mayor presión fiscal a la mayoría social que tiene menos. Aumentar el IVA es un retroceso, más que un avance. No querer gravar las Sicav o las grandes fortunas, no querer restituir el Impuesto de Patrimonio, no afectar más a las rentas del capital que a las del trabajo es negativo, como han apuntado las centrales sindicales.

-A diferencia de los sindicatos, usted dijo que sí ve condiciones para una huelga general…

-La huelga general es un derecho de los sindicatos y los trabajadores para que se valoren sus alternativas. En un determinado momento, es como un zamarreo a la sociedad para que se movilice. En un escenario con casi cinco millones de parados y la economía en retroceso, cuando el FMI dice que la cosa en España va para largo, hay que buscar un revulsivo… Si las razones para una huelga general no se dan ahora, ¿cuándo se darán? Hay que crear conciencia para una gran movilización social.

-¿Los sindicatos están domesticados por el Gobierno?

-No me gusta la palabra domesticados. Los sindicatos están mostrando excesiva prudencia y pasividad. Quizá sea por lo de Virgencita al menos que me quede como estoy, ante la situación. Y ese no es el análisis. Lo que venga no puede ser peor; por eso hay que construir otro modelo económico. La salida a la crisis no es la reforma laboral que pide el PP; pero en manos de Zapatero y Griñán tampoco hay salida. Hace falta un giro a la izquierda, con programas de cambio.

-Volviendo a Andalucía. ¿Prefiere a Griñán o a Chaves ?

-Hay que hablar de las políticas, no de las personas. En Andalucía hay continuismo político, incluso un retroceso. Griñán es más social-liberal y Chaves era más socialdemócrata. Además Griñán es corresponsable de los últimos años, porque ya estaba en la Junta, no ha llegado ahora. Resultado de esa política son casi un millón de desempleados, centenares de empresas en cierre, multitud de Eres, pérdida de tejido productivo, autónomos que cierran… El equipo económico es el mismo.

-¿Pactarían con Griñán en 2012, si le hicieran falta sus votos?

-Izquierda Unida sale en unas elecciones a defender un programa político de cambio y giro a la izquierda, para construir una Andalucía más equilibrada y vertebrada social y territorialmente, y con más intervención pública en la economía, y otro modelo laboral. Pondríamos en la mesa nuestro programa y no apoyaríamos políticas contrarias. Estaríamos abiertos al diálogo, pero nunca a dar un cheque en blanco.

-¿Y hay posibilidades de reeditar una pinza, pactando con el PP?

-Cualquier acuerdo con los que representan a la derecha tiene bastantes imposibilidades. No son totalmente descartables, pero sería muy difícil. Sólo se podrían dar en casos muy extraordinarios, que no son los que tenemos. Izquierda Unida confronta con los valores y la cultura de la derecha que representa el PP. Por eso, también nos cuesta pactar con el PSOE que frecuentemente practica esa misma política que le critica al PP.

-¿No le da la sensación de que en Izquierda Unida hay demasiados grupos que van a su aire?

-Tenemos la sensación contraria de querer ser aún más grupos. Izquierda Unida es un movimiento político y social en el que conviven muchas personas. En Andalucía un 50% son independientes, no adscritas a ningún partido más allá de la propia IU. A partir de ahí está el Partido Comunista, está la corriente más radical de izquierda de la CUT, está Iniciativa Socialista que no se ve en el PSOE, y gente de los movimientos verdes o ecologistas. Nos gustaría abrir más ese espacio a toda la izquierda alternativa. Por eso estamos convocando a una refundación de este proyecto en Andalucía.

-¿El PCE controla a IULV-CA?

-Yo diría que no, por lo que he comentado. En cualquier caso, el Partido Comunista tiene una larga historia en la lucha por la democracia, y eso pesa. No escondo que el PCE aporta cuadros muy valiosos, que muchas veces convencen a la militancia. Pero hoy por hoy quien domina en IULV-CA es el programa que hicimos en 2008.

-¿Qué le parecen las actuaciones de Sánchez Gordillo?

-Hay una fuerte sensibilidad social de movilización, ante las duras condiciones de la crisis. Yo eso no lo veo negativo. He estado en movilizaciones del SAT y la CUT y teníamos el mismo discurso para una salida progresista. Se debe respetar el derecho a la movilización.

-Pero las formas incluyen cortar el AVE, ocupar cajas de ahorros o Canal Sur. ¿Eso no les perjudica?

-Las formas a veces están condicionadas por la dureza de la crisis. En este sentido, las formas de la CUT y de Sanchez Gordillo en los últimos 30 años han sido siempre las mismas. No entiendo que ahora se le demonice, o se criminalice, o se considere más radical lo que antes parecía normal.

-¿Ha cambiado Izquierda Unida en España con Cayo Lara?

-Ha cambiado bastante. Sobre todo el perfil del discurso político. Izquierda Unida vuelve a recuperar ese sentido de fuerza política alternativa que defiende su proyecto con honestidad, sin ser muleta de nadie. Ha vuelto a poner en valor la ilusión y utilidad del proyecto para los trabajadores, ampliándolo a una mayoría social.

-¿Ahora son más de izquierdas?

-Ahora se pone de manifiesto que somos una fuerza anticapitalista, republicana y democrática. Con Cayo Lara esto se expresa con más nitidez. Es un hombre normal, que se expresa como tal, y eso supone un nuevo lenguaje político.

-En IU se quejan de la Ley Electoral. ¿Qué hacen para cambiarla?

-Es más fácil cambiar la Constitución que la Ley Electoral. El PSOE y el PP están contentos con esta Ley, así que para cambiarla se debería movilizar la ciudadanía. Somos la tercera fuerza en votos, pero no en escaños. Seguiremos insistiendo y plantearíamos una iniciativa popular legislativa para corregir lo que consideramos una desviación de la soberanía popular.

-¿Es más moderado que otros compañeros suyos con la III República?

-Conseguir la III República es un objetivo loable. Pero sólo será posible cuando se alcance una mayoría social que esté de acuerdo. Por eso, se debe plantear con serenidad y tranquilidad.

-¿Cree que Andalucía cambiará tras las elecciones de 2012?

-Nuestra intención es ser decisivos y conseguir representación en todas las provincias. Si cumplimos ese objetivo, acabaría la mayoría absoluta del PSOE. Pensamos que el desarrollo de Andalucía ganaría con ese nuevo escenario.

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