Cádiz Oculto

30 años del “Caso Conil”

  • El 29 de septiembre de 1989 cinco jóvenes vieron algo que les cambiaría la vida: la aparición de seres presuntamente alienígenas

Recreación del marciano de Los Bateles en la Casa del Terror de Cádiz.

Recreación del marciano de Los Bateles en la Casa del Terror de Cádiz. / Joaquín Hernández 'Kiki'

En septiembre se cumplirán treinta años del llamado “Caso Conil”, uno de los acontecimientos más señalados de la ufología gaditana. Sobre este asunto han corrido ríos de tinta, se ha hablado y discutido mucho y el caso sigue recordándose en distintos foros, como el programa ¿Extraterrestres?, que dirige el periodista especializado Lorenzo Fernández Bueno y que se ha podido ver hace muy poco en el canal DMAX. No es para menos. La historia tiene su miga.

La noche del 29 de septiembre de 1989, cinco jóvenes (Isabel Sánchez, Lázaro Sánchez, Loli Bermúdez, Pedro González y Pedro Sánchez) vieron en la playa conileña de Los Bateles algo que les marcaría de por vida: la aparición de unos seres presuntamente alienígenas. Primero observaron a dos humanoides que se pasaban una esfera de luz y eran capaces de transformarse en seres humanos. ¿Viven entre nosotros? ¿Serían ciertas las teorías que defienden la infiltración alienígena en la Tierra? ¡Qué de cuplés se podrían sacar con esto! ¡Qué de tipos carnavalescos! “Hoy los platillos volantes se ven volando por todas partes, yo no sé qué significa ese tiesto, aseguran que del planeta Marte…” cantaba antaño el coro Los bichitos de luz con retintín… Dejando a un lado la guasa, es cierto que, en Cádiz, provincia considerada zona caliente en cuanto a avistamientos ovni se refiere, se han visto (o al menos así lo refleja la casuística) platillos volantes y alienígenas por muchas partes: la propia Cádiz, Algeciras, La Línea de la Concepción, San Roque, Barbate, Conil, Rota… Los cinco chavales de Conil de la Frontera afirmaron, y aún alguno afirma hoy, que lo que vieron se encontraba fuera de toda duda. A las dos primeras figuras antes mencionadas se unió una tercera, distinta, muy alta, con el cuerpo negro, una franja blanca y peluda en la espalda, y la cabeza en forma de pera invertida, también blanca, con grandes ojos y rasgos apenas perceptibles en la lejanía.

Se dijo que los alienígenas eran operarios británicos instalando telefonía

La noticia saltó a los medios, con los nombres y apellidos de los testigos, cosa poco habitual, y partidarios o no del fenómeno, crédulos y escépticos, analizaron como pudieron aquel llamativo avistamiento. El popular J.J. Benítez fue uno de los hombres que investigó el caso de Los Bateles, y contradijo con sus pesquisas a aquellos que concluyeron que los alienígenas no eran sino operarios británicos que instalaban un cable de telefonía. Esto es lo que dictaminó el Grupo Español de Investigación del Fenómeno Ovni (GEIFO): “Desde el pasado 10 de junio y hasta el dos de octubre, los buques de bandera inglesa British Enterprise Two y C.S. Monarch (cableros), han realizado trabajos encaminados a colocar un nuevo cable de Telefónica en el litoral que nos ocupa”. Pero ni a Benítez ni a otros estudiosos les convenció el estudio de GEIFO Cádiz. Nombres como Jesús Borrego, el desaparecido Andrés Gómez Serrano o José Antonio Caravaca, amantes e investigadores del misterio de nuestra provincia, también han prestado atención en algún momento a lo que ese grupo de Goonies andaluces aseguraban haber visto.

Treinta años después, una de las testigos, Isabel Sánchez, ha sido capaz de reproducir lo que vio aquella noche en un cuadro que exponemos en exclusiva en la Casa del Terror y lo Fantástico Cádiz oculto. Es una obra magnifica, onírica, de una belleza extraña, que ilustra cada detalle: las dos primeras figuras, el ser de cabeza blanca, la esfera de luz, la iluminación del mar en la noche, el pueblo al fondo y a los propios testigos del fenómeno, de espaldas al espectador, pendientes de aquella escena extraordinaria que estaban teniendo el privilegio de contemplar.

Curiosamente, lo que Isabel representa en su cuadro no parece ser un caso aislado. Por fecha cercana al avistamiento de Conil, en la playa de la Caleta de Cádiz sucedió algo idéntico si damos por verídico el relato transmitido a este escribiente por uno de los dos testigos: “Estaba con mi novia y vi exactamente lo mismo a lo que se describe en Conil. Puedo asegurar que lo que se ve en ese cuadro es cierto, y se me ponen los vellos de punta, porque mi novia y yo contemplamos exactamente lo mismo en la Caleta”. No cito el nombre del confesor porque desconozco si querría (si me lee y quiere salir del anonimato, le invito a que tratemos el tema con mayor atención).

El “Caso Conil” es uno de los más famosos, pero hay más, muchos más, que iremos desvelando, como a fantasmas, monstruos y otros seres imposibles, en próximas entregas de este Cádiz Oculto que ahora se inicia en Diario de Cádiz.

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