Andalucía

Dos años de dolor

  • Hoy se cumple el segundo aniversario de la desaparición de los pequeños Ruth y José, mientras su madre aún espera poder enterrar sus restos para poner fin a este terrible drama

8 de octubre de 2011. Una fecha imborrable. Ese día José Bretón denunciaba la desaparición de sus hijos, Ruth y José, mientras pasaba con ellos el fin de semana en Córdoba. Dos años después, él está condenado a 40 años de prisión por asesinar a los dos pequeños movido por el ánimo de venganza a su exmujer, Ruth Ortiz, después de que ella decidiera poner fin a su relación matrimonial.

Durante los últimos 24 meses, el caso, que comenzó siendo todo un rompecabezas, se ha transformado en un puzzle en el que han encajado poco a poco todas sus piezas. Aunque Ruth Ortiz lo tuvo claro desde un principio. Sabía sin ningún atisbo de duda que detrás de la desaparición de sus hijos se encontraba José Bretón. Ella, que siempre se ha querido mantener en un segundo plano manteniendo su dolor en la más absoluta intimidad, ha luchado contra viento y marea por hacer justicia y desenmascarar al hombre con el que compartió varios años de su vida sin darse cuenta de su extrema maldad.

Fue el pasado mes de junio cuando, después de una larga fase de instrucción, se descubrió al fin qué fue lo que pasó aquel fatídico 8 de octubre después de concluir el juicio contra José Bretón, que se alargó durante casi un mes. Durante las sesiones testificaron más de un centenar de personas, entre ellas Ruth Ortiz, que emocionó a la sala cuando entre lágrimas reconoció que siempre supo que su exmarido mató a sus hijos. "Es un asesino en potencia", reconoció ante el jurado popular.

Ese día (19 de junio) ella, al igual que durante los últimos dos años, tuvo el valor y el coraje de mantener su entereza por sus hijos. La misma entereza que mostró durante los registros en la finca de Las Quemadillas donde no dudó ser partícipe para comprobar si había algún elemento extraño que condujera hasta el paradero de sus hijos. Desde el balcón de la segunda planta de la vivienda principal, acompañada por su hermano, Estanislao, y por el juez instructor, José Luis Rodríguez, Lainz, señaló hacia el punto en el que Bretón hizo la hoguera el 8 de octubre de 2011. Ruth sabía que allí, en aquella finca y en aquel lugar exacto, él había acabado con la vida de sus hijos de una forma grotesca e irracional para la mente humana, guiado por la sed de venganza.

Ruth también ha sido todo un ejemplo en todas las manifestaciones que se han celebrado tanto en Córdoba como en Huelva en las que ha pedido, siempre acompañada por su círculo más cercano, que se hiciera justicia. Para conseguir este objetivo la madre de los pequeños Ruth y José ha contado con el apoyo de su abogada, María del Reposo Carrero. La letrada, que era la primera vez que se enfrentaba a un proceso penal, ha sabido en todo momento qué pasos dar para demostrar la culpabilidad de Bretón y hacer ver su verdadera personalidad, que él siempre ha querido mantener oculta detrás de su armadura.

Carrero sabía que no se enfrentaba a un caso cualquiera y que llegar hasta la verdad no sería nada fácil. Pero, finalmente, ese día llegó cuando el juez Pedro Vela, después del veredicto del jurado que declaraba culpable a Bretón, emitió una sentencia en la que lo condenaba a 40 años de prisión por dos delitos de asesinato.

Ahora la lucha de Ruth y de su letrada está centrada en conseguir poder dar sepultura a los restos de sus dos hijos. El titular de la Sección Tercera de la Audiencia ya desestimó la petición realizada por la familia materna, argumentando que la sentencia no era firme por los recursos presentados. Ahora la solicitud está en manos del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) al que la letrada presentó un recurso de apelación a comienzos de septiembre contra la sentencia emitida por la Audiencia Provincial. El alto órgano judicial aún no se ha pronunciado al respecto, ya que aún se tiene que celebrar una vista para la resolución de dicho recurso y el presentado por la defensa, ejercida por José María Sánchez de Puerta, que sostiene que se han vulnerado derechos de su cliente y reitera la petición de absolución para Bretón.

Ruth quiere poder enterrar los restos de sus hijos y celebrar una misa. Quiere, después de dos años de angustia y de dolor, poder acudir hasta un lugar en el que poder velar a sus hijos y saber que están allí, cerca de ella. Un lugar en el que, aunque no pueda tocarlos y abrazarlos, podrá saber que de una vez por todas descansan en paz.

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