El abogado defensor de José Bretón, José María Sánchez de Puerta, consideró ayer "nimios" los indicios expuestos por el juez instructor para argumentar la prisión preventiva del padre de los niños desaparecidos, y calificó el auto judicial de "demoledor". La resolución del titular del Juzgado de Instrucción número 4, José Luis Rodríguez Laín, concluye que una puesta en libertad del sospechoso "podría dar al traste cualquier intento de encontrar a los niños" y, lo que es más grave, apunta a que la presión a la que se vería sometido el progenitor "por el seguro seguimiento policial" podría impulsarlo "a acabar definitivamente con la vida de sus hijos, de estar vivos, o a abandonarlos a su suerte ante el riesgo de no poder contar seguramente con el apoyo de terceras personas".

Sánchez de Puerta visitó ayer a su cliente en el centro penitenciario de Alcolea tras presentar ante el juzgado de instrucción su recurso contra el auto de prisión preventiva, un documento que no quiso desvelar. Sí insistió en que José Bretón se encuentra "muy mal", con una "pérdida de peso alarmante". Dijo, además, que Bretón conoce ya el auto de prisión preventiva, que el letrado consideró "de una dureza total". "Mi única intención ahora es impugnarlo", aseveró. El recurso será resuelto por la Sección Segunda de la Audiencia Provincial en los próximos días.

Para Sánchez de Puerta, el magistrado le da "importancia" como "prueba probatoria" a detalles que "de ninguna manera tienen", por lo que confió "plenamente" en que la Audiencia ponga en libertad al imputado. En el auto, de 40 páginas, el abogado intenta "echar por tierra una a una" las motivaciones del juez, como el hecho de que el Cuerpo Nacional de Policía encontrara bajo un asiento del Opel Zafira de Bretón un peluche que, al parecer, la pequeña Ruth llevaba a todas partes. "Bretón no fue capaz de dar una explicación mínimamente convincente de los hechos", recoge el auto, según desveló ayer El programa de Ana Rosa de Tele5. Sánchez de Puerta se cuestionó que este detalle apunte a la culpabilidad de Bretón: "Para unos niños que van a un parque como la Ciudad de los Niños el peluche sería un motivo de estorbo para jugar", explicó escueto.

La resolución judicial recoge hasta éste y otros 16 indicios para argumentar que Bretón siga en prisión preventiva. El juez argumenta, por ejemplo, que Bretón reconoció que no había cambiado de pañales a su hijo José, de sólo 2 años, desde las 13:00 hasta que se lo llevó al Parque Cruz Conde. Este dato "sólo nos puede servir de nueva conformación sobre la falta de realidad e que hubiera llegado a llevar a sus hijos a la Ciudad de los Niños", razona el juez. Sánchez de Puerta expresó la estupefacción que sintió al leer este punto de la resolución: "Si no le cambió los pañales, es lógicamente porque el niño no se había hecho pipí. Hasta estos momentos, José Bretón había sido un padre modelo", zanjó.

El auto saca a relucir detalles hasta ahora no conocidos de la investigación, como que el Cuerpo Nacional de Policía encontró junto al río una sábana que podría pertenecer al sospechoso junto a una pisada humana, unas pistas que hicieron pensar a los investigadores que Bretón jugaba al despiste. El juez también lo deja claro: "No tiene explicación racional por su ubicación, el surco dejado y la ausencia de huellas similares sobre el barro".

Otros de los indicios expuestos por Rodríguez Laín eran de sobra conocidos y han centrado la labor de la Policía durante días. Es el caso de la hoguera que Bretón encendió en la parcela de Las Quemadillas propiedad de su familia el mismo día de la desaparición. El imputado no supo aclarar durante su declaración por qué prendió fuego a varios objetos personales de su todavía mujer que guardaba en la finca. Detalló que encendió la hoguera mientras los niños dormían la siesta dentro de su vehículo y dijo que él mismo se metió en el coche a descansar durante unos minutos. Cuando los niños se despertaron -según su versión-, puso en marcha el coche y se dirigió al Parque Cruz Conde. El juez instructor insiste en que en este intervalo horario está la clave del suceso. La Agencia de Medio Ambiente avistó la fogata por primera vez a las 17:07, durante el tiempo que Bretón habría aprovechado para "hacer desaparecer a sus hijos". "No es creíble bajo ningún concepto que prendiendo fuego se vaya a dormir la siesta sin preocuparse y que sobre las 17:25, cuando sale de la parcela, se desentienda", argumenta el juez.

El magistrado también considera clave el hecho de que Bretón tuviera el teléfono desconectado durante cuatro horas aquella tarde, uno de los asuntos que genera mayores sospechas para el instructor: "No sólo conseguiría aislarse de la posible presión familiar, sino que también desaparece del espacio radioeléctrico, facilitándole un amplio margen de movimientos". Entre las 13:00 y las 17:00 de aquel día, Bretón recibió varias llamadas y mensajes al móvil, todos al parecer fallidos.

Hay más datos desoncertantes para el investigador, como que en la tarde del día 7, tras llegar a Córdoba con sus hijos, fuera a la parcela a buscar el número de teléfono de una amiga; que no haya ni rastro del grupo de 20 personas a los que, según su versión, se dirigió en el Parque Cruz Conde para preguntarle por Ruth y José o que, supuestamente, ocultara a su familia que había visitado la vivienda de Las Quemadillas en reiteradas ocasiones aquellos días.

"Estuvo con los padres para regar los naranjos y hacer labores agrícolas", excusó ayer el abogado, quien fue preguntado sobre si Bretón le está diciendo toda la verdad. "Esa opinión es totalmente mía y privada", calló. Sánchez de Puerta confió en que el recurso "no sea en vano" y dijo que, contra el riesgo de fuga argumentado por el juez, hay mecanismos previstos en la legislación.