Salud

El desabastecimiento de fármacos se mantiene sin la subasta andaluza

Trabajadores de una planta de desarrollo de medicamentos.

Trabajadores de una planta de desarrollo de medicamentos. / M. G.

Las incidencias que las oficinas de farmacia registran por desabastecimiento de fármacos apenas se han visto afectadas por el inicio de la finalización del sistema andaluz de subastas. Es más, han aumentado. Los establecimientos afectados por escasez de medicamentos en los primeros dos meses de 2020 han sido, como promedio, de 9.829 a la semana. Este número, producido con un contrato de las subastas ya sin vigencia, es sensiblemente mayor que los 6.878 percances semanales por desabastecimiento contabilizados en 2018, año en que el sistema de subastas estaba activo por completo.

Son los datos aportados por el Centro de Información sobre el Suministro de Medicamentos (Cismed) de la Organización Farmacéutica Colegial, que hace un mes remitió una información en el sentido contrario. Según esta entidad, que aglutina a los colegios farmacéuticos de España, "desde la caducidad el 29 de septiembre de la primera de las cuatro convocatorias de subastas en Andalucía, las faltas de los medicamentos afectados se han visto disminuidas en un 50%".

Midiendo, sin embargo, el número de oficinas de farmacia que sufrieron desabastecimiento durante las primeras ocho semanas de 2018, en comparación con ese mismo periodo de 2020, se observa que la semana que registró un mayor número de incidencias durante ese lapso de 2018 fue de 5.564 (tercera semana de enero), mientras que en 2020, sin esa licitación de las subastas andaluzas, cinco de las ocho semanas analizadas contabilizaron más de 10.000 faltas de medicamentos.

Cabe concluir por tanto que el sistema andaluz de selección de fármacos puesto en marcha en 2012 no está resultando un factor decisivo para el correcto abastecimiento en las oficinas de farmacia de España.

Fin del sistema de subastas

Este dato no es insignificante. Fue ése uno de los principales argumentos con el que la Consejería de Salud justificó la finalización del sistema de subastas implantado cuando María Jesús Montero, actual ministra de Hacienda, ejercía como consejera de Salud de la Junta, una medida incluida en el programa electoral con el que el PP concurrió a las elecciones andaluzas del 2 de diciembre.

Durante 2020 concluirán los tres contratos pendientes (en julio, septiembre y diciembre). Sin un modelo organizado de compra de fármacos dirigidas a las oficinas de farmacia, el departamento de Jesús Aguirre está pendiente aún de lo que decida el Gobierno central para tomar una decisión inequívoca.

Fuentes del Ministerio de Sanidad señalaron a este periódico que el gabinete de Salvador Illa se encuentra aún estudiando el modo de establecimiento de un sistema que procure unos ahorros similares a los que el sistema andaluz de subastas procuró a la Junta de Andalucía. Entre 2012 y 2018, según un informe elaborado por Forest Partners, el Sistema Andaluz de la Salud obtuvo unos ingresos económicos derivados de la implantación del sistema de selección de medicamentos de unos 775 millones de euros.

Sanidad planea un sistema similar al andaluz

El Gobierno central, que dispone de los datos del estudio de Spending Review de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef), espera poner en marcha un sistema mixto de selección de medicamentos que aplique varios de las estrategias de ahorro de la subasta andaluza. Pero no ha habido novedades hasta el momento.

Es en este escenario en el que deben ubicarse los posicionamientos de los diferentes grupos de presión, cuyos intereses se verán afectados en función de la decisión final que adopte el Gobierno central, que también tendrá pronto en sus manos otro capítulo del estudio de la Airef sobre el Spending Review –revisión del gasto público–, en esta ocasión centrado precisamente en cifras de desabastecimiento de medicamentos en la oficinas de farmacia y cuyas conclusiones confirman lo apuntado anteriormente por este organismo: que el llamado sistema de subasta no ha provocado unos índices significativos de faltas de fármacos.

El gasto farmacéutico público es una de las grandes obsesiones de los estados europeos. La sostenibilidad del Estado del bienestar en una sociedad cada vez más envejecida depende de que los recursos dedicados a la sanidad pública no se disparen al ritmo que lo hacía en la primera década del siglo.

Muchas son las voces que critican el dispendio en medicamentos, que en los países europeos están en mayor o menor parte financiados por los Presupuestos Generales. De ahí que sistemas de ahorro como las subastas estén tan apreciados.

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