La autopsia que un equipo de forenses del Instituto de Medicina legal practicó ayer al niño de 3 años cuyo cadáver fue encontrado en una balsa del paraje de los Montes de Málaga confirmó que había fallecido como consecuencia de una asfixia por sumersión, es decir, ahogamiento, según señalaron fuentes de la investigación, que también precisaron que el cuerpo no presentaba signos de violencia.

La alberca, de grandes dimensiones, en la que los agentes hallaron al pequeño sin vida pasada la 1:00 del martes, se encuentra en un recinto vallado, en el kilómetro 15 de la carretera de los Montes, cerca de un hotel y en un área de difícil acceso. Habitualmente, se usa para la lucha contra incendios, por lo que los investigadores entienden que la persona vinculada con los hechos conocía bien la zona.

Desde el lunes por la noche, los agentes buscaban al niño, natural del Rincón de la Victoria, después de que el compañero sentimental de la madre había dado diferentes versiones de la desaparición del pequeño: primero que se perdió en un centro comercial y después que se había perdido en la playa.

El joven de 24 años, que al parecer tiene antecedentes por pirotecnia y agresión, permanece detenido en el cuartel de la Guardia Civil de Torre de Benagalbón como supuesto autor de su muerte. Hoy está previsto que pase a disposición judicial. La investigación sigue abierta para esclarecer los motivos y la persona o personas que participaron en la muerte del niño. Fuentes próximas al caso indicaron que la madre declaró que, desde hace unos días, venía observando que su pareja mostraba celos por el pequeño. También fue interrogado un vigilante de seguridad al que el hombre había avisado, según dijo, de lo ocurrido.

El hombre fue quien, tras recoger al niño de la guardería como cada día, en la barriada de El Palo, en la capital, denunció la desaparición en la Policía Local. Ofreció hasta cuatro versiones diferentes "durante seis horas de repetidas contradicciones". La primera de ellas centraba la búsqueda del pequeño en el centro comercial de la Cala del Moral. De hecho, telefoneó a su propia madre para alertarla de que el niño se había perdido y que fuera hasta allí en su busca. La mujer perdió la pista a su hijo en ese momento.

Los agentes comprobaron que en las imágenes que recogieron las cámaras de seguridad del centro aparecía el denunciante, pero, en ningún caso, el niño. El hombre se contradijo después y relató que había llevado al menor a la playa porque quería ver el mar. Pronto, numerosos vecinos ofrecieron su ayuda para participar en la búsqueda, que tras la tercera versión del individuo llevó a los investigadores a establecer un dispositivo en un acantilado de Rincón de la Victoria conocido como El Cantal, una zona de rocas. Bomberos, Policía Local y Guardia Civil participaron en las labores, dificultadas por el temporal y la oscuridad propia de la noche. El padrastro, según los investigadores, mentía constantemente.

Uno de los voluntarios, Óscar, que desde que tuvo conocimiento de la desaparición -hacia las 20:00- salió a buscar al niño durante varias horas acompañado de sus dos perros adiestrados, relató: "Había mucha gente haciendo batidas con linternas, así que nos coordinamos: unos íbamos por el arroyo Totalán y otros por la playa más próxima. Tengo dos hijas y otro más viene de camino, no esperábamos este final".

Más tarde, la pareja de la madre del niño, ya derrumbado, condujo a los investigadores a la balsa en la que fue hallado el cadáver sobre la una de la madrugada de ayer. No confesó que acabara con la vida del menor, pero sí dejó entrever que podría haberse ahogado. Otros aseguraron que incluso habían acompañado al individuo que denunció la desaparición para localizar a su hijo.

El subdelegado del Gobierno en Málaga, Jorge Hernández Mollar, defendió que la justicia "tiene que funcionar para quien ha cometido este horrible crimen".