Elecciones Andalucía

Ciudadanos y PP pugnarán por la presidencia de la Junta

  • El cambio político se impondrá tras una ardua negociación entre los dirigentes de la derecha

  • Ferraz desea la dimisión de Susana Díaz como secretaria general tras la debacle

Juanma Moreno y Pablo Casado, este lunes en Madrid.

Juanma Moreno y Pablo Casado, este lunes en Madrid. / Ángel Díaz/EFE

El día después de las elecciones en Andalucía ha dejado dos frentes bien distintos. De un lado, los dos partidos del cambio, Ciudadanos y PP, pugnarán por conseguir la Presidencia de la Junta: o Juanma Moreno, con más escaños, o Juan Marín, con mayor crecimiento. Una discusión que se prolongará en el tiempo, aunque resultará muy arriesgado para las expectativas futuras del partido naranja que se alce con la presidencia mediante un acuerdo con Adelante Andalucía y PSOE, estrategia en la que la coalición de izquierdas no va a participar.

Y de otro, el campo socialista. La dirección federal de Pedro Sánchez desea la dimisión de Susana Díaz como secretaria general del PSOE andaluz, aunque la actual presidenta en funciones quiere resistir tal como hizo en su día el extremeño Guillermo Fernández Vara. Sin embargo, Susana Díaz acumula la derrota de las primarias y su nulo interés en integrar a los pedristas en el partido, que obtuvieron un 30% de apoyos en las primarias. Este lunes se ha recordado cómo Pedro Sánchez propuso a Susana Díaz que celebrasen las elecciones autonómicas y generales en marzo.

Este lunes se recuerda en Ferraz cómo Susana Díaz no quiso convocar elecciones en marzo junto a Pedro Sánchez

Susana Díaz no quiso, optó por una campaña "con acento andaluz", de escasa movilización, por la que ha terminado perdiendo 400.000 votos y un total de 14 escaños.

La presidencia andaluza

La dirección nacional de Ciudadanos se ha reunido este lunes en Sevilla, y al término del encuentro, sólo intervino su número dos, José Manuel Villegas, una escenificación definitoria de dónde se encuentra el núcleo de la decisión de los naranjas respecto a Andalucía. Será Albert Rivera, en colaboración con Marín, quien marque la estrategia. Y ésta pasa por que Marín intente ser el presidente de la Junta. 

Villegas ha dicho que no puede descartar ningún escenario, y que estaría dispuesto tanto a apoyarse en el PP como en el PSOE. Si al inicio de la mañana Juan Marín sostuvo que el PP era su interlocutor para el cambio, la dirección nacional matizó un poco esta postura. ¿Hasta qué punto esto obedece a una medida de fuerza de los naranjas antes de iniciar la negociación?

El PP no cree que Ciudadanos lleve su pugna al extremo de gobernar gracias al PSOE

Eso se irá viendo con los días, pero sus potenciales aliados del PP opinan que Ciudadanos tiene escaso margen, ya que sería incomprensible que le diese aire al PSOE de Susana Díaz, aunque lo suyo fuese un Gobierno monocolor (naranja) con los socialistas de aliados en la Cámara de las Cinco Llagas.

Tampoco tienen dudas ninguno de los dos partidos que aceptarán los votos de Vox. Los tres suman 59 escaños, cuatro por encima de la mayoría absoluta. A Vox le ha sorprendido tanto el resultado que deben diseñar ahora su estrategia. Su candidato, Francisco Serrano, ha declarado que no dificultará el cambio.

Por tanto, las mayores probabilidades están del lado de Juanma Moreno. El candidato del PP andaluz se ha reunido en la sede de Génova, en Madrid, con la dirección de Pablo Casado. Tanto al malagueño como al presidente nacional este resultado le salvan del cuestionamiento interno. Todo el partido respaldará a Moreno para conseguir la presidencia.

La variable de las generales

El Parlamento andaluz se constituye el 27 de diciembre, por lo que Pablo Casado ha expresado su voluntad de llegar a un acuerdo para ese día. Es complicado que en tan pocas semanas se cierre la alianza definitiva entre los dos partidos, pero el PP puede dejar que un parlamentario de Ciudadanos presida la Cámara como gesto de buena voluntad.

La figura de este presidente es esencial con una Cámara tan fragmentada. Será esta persona quien designe al candidato que se presente a la sesión de investidura, de acuerdo con los apoyos que sea capaz de reunir. Las conversaciones no tendrán lugar en el palacio de San Telmo, con en 2015, ni será la presidenta en funciones la que la articule, sino en el Parlamento.

Los partidos cuentan hasta marzo para llegar a un acuerdo, y en este plazo no hay otras elecciones previstas en el ámbito nacional. De no ser que Pedro Sánchez decida adelantar las generales. Todo lo que sea contar con otras elecciones, llevará a PP y a Ciudadanos a esperar, si pueden, en Andalucía para meterla dentro de una negociación general.

Pero Sánchez debe resolver, antes o a la vez, la crisis abierta en el PSOE andaluz. Susana Díaz niega su dimisión porque entiende que los datos del 2 de diciembre le respaldan, al liderar la lista más votada. En Ferraz no son de esa opinión, y no descartan ningún tipo de medida que entre dentro de sus competencias para forzar un cambio en Andalucía.

La ejecutiva federal del PSOE se reúne este martes, y es posible que sea allí donde se oigan las primeras voces de cambio. En esta dirección hay varios andaluces, todos ellos muy críticos con Susana Díaz.

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