Cuentan que fue en la prórroga de la final de la Copa del Rey. El Real Madrid acababa de meter el gol que le valió la victoria, y ellos a punto estuvieron de saltar por los aires. Las llamas comenzaron a devorar el techo de una de las chabolas del asentamiento de Pozo Montano, en Barbate, donde habitan una docena de familias, extendiéndose rápidamente a otras.
Por fortuna, sólo cuatro personas resultaron heridas, una mujer y tres hombres, uno de ellos, un bombero, pero de carácter leve. El fuego también obligó a desalojar a tres familias.
La rápida intervención de los Bomberos fue providencial para evitar que la zona se transformara en un polvorín. Y es que cuando los efectivos del Consorcio llegaron, había un generador en llamas, que acabó estallando. También estaban aparcadas dentro de las chabolas tres motos y dos ciclomotores, que quedaron completamente calcinados, según los vecinos, junto a varias bombonas de gas butano y de camping gas, una de las cuales llegó a explotar.
Según informó el Servicio Coordinado de Emergencias 112 de Andalucía, fue a las 23:53 del miércoles cuando se recibió la alarma del incendio. Rápidamente dieron aviso a los Bomberos, a la Guardia Civil y a los Servicios Sanitarios del 061, que atendieron a los heridos en el lugar de los hechos. En primer lugar fueron atendidos dos hombres, de 21 y 34 años de edad, y una mujer de 40 años. Posteriormente los bomberos atendieron a otro hombre, que presentaba zumbido de oídos debido a la explosión de una bombona de camping gas, y que resultó ser uno de los bomberos voluntarios de Barbate que se personaron en el asentamiento para ayudas en las tareas de extinción de las llamas.
Según informaron desde el Consorcio Provincial de Bomberos, el fuego afectó a unos 500 metros cuadrados de superficie, ardiendo chabolas de madera sin instalación eléctrica, enseres varios, pasto, plásticos y basura. La combustión produjo una gran cantidad de humo que obligó a desalojar a tres familias, que fueron realojadas en un hotel de la localidad.
Hasta allí también se desplazaron agentes de la Guardia Civil, que, según pudo confirmar esta redacción, han abierto una investigación al existir sospechas más que fundadas de que el incendio fue provocado. Las familias desalojadas mientras tanto volvían ayer a las chabolas para constatar que quedaba poco por rescatar, que prácticamente lo habían perdido todo.
Tanto Luisa, una mujer de 40 años residente en el asentamiento desde hace diez años, junto a su marido, sus tres hijos y sus dos nietos, señalaron su indignación por la falta de respaldo recibido desde el Ayuntamiento. "Esto es una vergüenza. El alcalde no ha venido, así como tampoco otros políticos", lamentaba uno de los perjudicados.
Luisa, por su parte, se quejaba de que en principio sólo les han garantizado el alojamiento en el hotel por tres días, hasta el lunes. Fue hace ya más de una década cuando las primeras chabolas se asentaron en Pozo Montano. Hoy son ya una docena de familias las que viven en esta poblado, buscándose la vida, aseguran, vendiendo chatarra o pescando cangrejos en un cercano río.
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