Juanma Moreno sólo irá al superdomingo si Pedro Sánchez adelanta las elecciones

Los errores en el cribado provocan una crisis política en el asunto que el Gobierno andaluz no termina de dominar: la sanidad pública

¿Cuál es el problema de los cribados?

Juanma Moreno, Alfonso Rueda y Núñez Feijóo, el pasado viernes en La Toja. / Europa Press

Juanma Moreno ya ha colgado el cartel del lema de su campaña: Manual de convivencia, el título del libro que publicará este mes de octubre. Se presentará en Sevilla y en Madrid, a petición de la editorial Espasa. En San Telmo ha sonado el zafarrancho electoral, el propio presidente anuncia sus planes: inaugurará 22 centros sanitarios, 22 placas con su nombre, a las que añadirá la primera piedra de un nuevo hospital de Málaga. No hay prisas, la hoja de ruta electoral está escrita, Andalucía no concurrirá a las elecciones el mismo día en el que pueden coincidir las de Castilla y León, Extremadura y Aragón si en estas dos últimas comunidades Vox rechaza los presupuestos. Sólo en el caso de que Pedro Sánchez adelantase los comicios al primer semestre de 2026, habrá un superdomingo con elecciones en Andalucía y el resto de comunidades cuyos presidentes tienen el poder estatutario de disolver los parlamentos.

Alberto Núñez Feijóo quiere ir a sus segundas generales junto a sus baronías, pero eso no depende de él, sino del presidente socialista. Y Sánchez baraja muchos elementos para convocar, sin Presupuestos Generales de nuevo, el calendario judicial va a marcar el electoral. ¿Antes o después de las sentencias de su hermano y su esposa? Sólo si Moncloa disuelve el Parlamento antes de junio de 2026, Moreno iría a la par, como desea Génova, aunque eso suponga la negación de su autónoma vía andaluza.

No es casual que Moreno quiera centrarse en inaugurar centros de salud. La sanidad pública sigue siendo su principal problema, la verdadera piedra en la gestión del PP andaluz. El presidente ha tenido ya tres consejeros en sus dos legislaturas, dos de ellos, Jesús Aguirre y Catalina García, muy políticos, puro PP, y la tercera, una técnica, Rocío Hernández, una profesional con amplia experiencia en el SAS que ha tenido que reconocer esta semana un error en el programa de cribado de cáncer de mama. Después de que tanto el presidente como la consejera asegurasen que el fallo afectaba "a tres o cuatro" mujeres, el SAS ha tenido que llamar a 2.000 usuarias para aclarar el diagnóstico. Hernández lleva poco más de un año al frente de la Consejería, no va a dimitir a seis meses de las elecciones, aunque es probable que se produzcan ceses en otros niveles.

El cribado ha desatado una crisis política cuando menos se lo esperaba, unos errores de gestión que convierten en una frivolidad las deducciones fiscales a los propietarios de mascotas y a los socios del gimnasio. Si hay pocos radiólogos, contrate. La oposición socialista, que está debilitada, vuelve a ver la luz, cree muy posible que Moreno pierda la mayoría absoluta, aunque corre el riesgo de externalizar su objetivo a un tercero, Vox. Cuando María Jesús Montero le advierte al PP que de tanto acercarse "a la bestia, la bestia los puede engullir", habría que recordar que fue esa misma "bestia" la que desalojó del poder al PSOE en 2018.

Vox torea de salón

En el partido de Santiago Abascal, sin embargo, torean de salón. Vox es bueno en los entrenamientos, pero se ha dado de baja en los gobiernos autonómicos, gestionar es complicado y cada día esconde una bomba. Moreno es el ejemplo, ha levitado durante meses, pero la ley de la gravedad ha venido a sacarlo de ese estado de plenitud. Vox aún debe pasar por unas elecciones para comprobar si sus crecimientos demoscópicos son reales. El presidente de la Junta tiene monotorizadas dos provincias, Huelva y Málaga, con colaboradores sobre el terreno que están encargados de detectar problemas con la inmigración que puedan convertirse en casos políticos.

El PSOE de María Jesús Montero sólo puede crecer por su izquierda, donde Podemos ha desautorizado el intento de algunos de los suyos de negociar una lista conjunta para reeditar Por Andalucía. Si los morados concurren por separado en las andaluzas, habrá tres listas a la izquierda de los socialistas: Por Andalucía, Podemos y Adelante Andalucía, el partido de Teresa Rodríguez que lleva por cabeza de lista a Ignacio García.

Y se anuncia un nuevo partido, Andalucía 100x100, del alcalde de La Línea, Juan Franco. Este funcionario de Hacienda, el alcalde más votado de España, no se presentará como cabeza de lista a las elecciones, pero está preparando nóminas en varias provincias andaluzas, no sólo Cádiz. Con el apoyo de antiguos andalucistas, la lista puede distorsionar el reparto de escaños, al menos en el fragmentado mapa gaditano.

Las elecciones andaluzas sólo tienen dos fechas, o son el marzo, poco antes de la Semana Santa, o a finales de mayo, muy cerca de junio y del plazo que marca el Estatuto para convocarlas. El presidente de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, debe celebrar sus comicios en marzo, hubiera querido coincidir ese día con Juanma Moreno, pero el presidente andaluz desea una campaña propia, personal, que deje fuera en la medida de lo posible las influencias del PP nacional. La vía andaluza. Excepto si Sánchez se adelanta.

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