Juicio Caso Marta del Castillo

La psicóloga y un preso confirman que el intento de suicidio de Carcaño fue real

  • La psicóloga que analizó a Miguel piensa que el intento de suicidio "fue real" porque dice que éste "estaba muy estable" y tras cambiar su declaración "empezó a desestabilizarse".

El intento de suicidio de Miguel Carcaño en la cárcel de Morón de la Frontera fue real. La psicóloga que atendía al asesino confeso en el centro penitenciario y un interno que lo vigilaba dentro del Protocolo de Prevención de Suicidios (PPS) al que estaba sometido desde su encarcelamiento confirmaron ayer en la undécima sesión del juicio que ese intento del joven de quitarse la vida, ahorcándose en un servicio de la cárcel, no fue en ningún caso fingido. 

La declaración de la psicóloga de la cárcel, Carolina Carvajal García, y del interno Juan R. G., fue propuesta por la acusación particular que ejercen los padres de Marta, que sostiene que el intento de suicidio avala que Miguel Carcaño dijo la verdad cuando confesó la supuesta violación de Marta e incriminó a Francisco Javier García Marín, el Cuco, tanto en la muerte como en la agresión sexual. 

La funcionaria de Instituciones Penitenciarias, que declaró también en calidad de perito judicial, corroboró que esa tentativa de suicidio de Carcaño, que ocurrió el 26 de marzo de 2009, coincidió con el cambio de versión de los hechos, que había realizado en su declaración en el juzgado tan sólo nueve días antes, el 17 de marzo. La psicóloga explicó que cuando Miguel Carcaño ingresó en prisión, en febrero de ese año, se le aplicó el Protocolo de Prevención de Suicidios (PPS) no tanto porque presentara una sintomatología depresiva sino por el propio protocolo en estos casos, puesto que se trataba de un primer ingreso en prisión, así como por el tipo de delito y la "resonancia social" que tenía el caso. 

La funcionaria destacó que Carcaño estaba en prisión "bastante calmado, estable y con autocontrol" y el intento de autolisis coincidió con ese cambio de declaración. "Pensamos que el intento de suicidio fue real, porque se desestabilizó en los días previos" y estaba "más intranquilo, nervioso y algo le preocupaba", añadió. 

La psicóloga apuntó, a preguntas de los abogados defensores, que aunque desconoce la relación causa-efecto que provocó que quisiera acabar con su vida, esa reacción también pudo deberse a haber imputado falsamente unos hechos tan graves a otra persona, en alusión a la implicación del menor. 

Por su parte, el recluso que lo vigilaba en marzo de 2009, Juan R. G., explicó al tribunal cómo sucedieron los hechos en la prisión de Morón. Según el testigo, que venía de otra cárcel, Miguel les dijo que tenía que ir al servicio, lo que aprovechó para coger una cuerda que anudó de un extremo a otro y se la colocó al cuello. Escucharon "un sonido gutural de su garganta" y fue cuando abrieron la puerta y le vieron colgado con el cuello "un poco rojo", dijo el testigo, quien no obstante señaló que Carcaño llegaba a "tocar el suelo" con las piernas. El interno añadió que el asesino confeso no le había dicho en los días previos que estaba agobiado, pero precisó que cuando le preguntaba algo siempre le "engañaba". 

En la sesión de ayer también prestaron declaración el resto de la familia de Camas con la que Miguel había estado conviviendo hasta unos días antes de su detención y que negaron que le hayan ayudado o encubierto y que estuvieran en el piso de León XIII la noche del crimen. El padrastro de Rocío, la ex novia de Miguel, Juan Manzorro, aseguró que cuando le preguntaban sobre las noticias que aparecían de la desaparición de Marta, el asesino confeso siempre "agachaba la cabeza" y no daba ninguna explicación, y añadió que decidieron echarle de casa por la "presión" que tenían. 

Juan Manzorro también había sido propuesto por el abogado de la acusación particular, quien no obstante no le preguntó durante su interrogatorio sobre la supuesta teoría que apuntaba a que el cuerpo de Marta podía haber acabado en una incineradora que podría estar relacionada con el padrastro de Rocío. Lo cierto es que nadie planteó ninguna cuestión sobre esta teoría, que no obstante ya fue descartada con rotundidad por los policías que han declarado en el juicio. 

El padrastro aseguró que en una ocasión vio cómo Rocío tiraba el móvil tras contestar una llamada y decía "me cago en sus muertos". Cuando le preguntó qué había ocurrido, la menor le dijo que era "la voz de Miguel" y que le había insultado y amenazado, si bien Rocío había afirmado en sus declaraciones judiciales que esas amenazas se las profirió en realidad el hermano de Miguel, Javier Delgado, quien llegó a querellarse sin éxito contra la menor. El testigo añadió que metió a Miguel en su casa "por lástima" y añadió que por la ventana del dormitorio de su hija podía salir una persona, a pesar de que la persiana estaba rota puesto que habían colocado unos palos para que permaneciera abierta. 

En la sesión de ayer también declaró el conductor de la empresa Casal que cubría la ruta entre Montequinto y el Prado de San Sebastián, que confirmó que la noche del crimen uno de los trayectos se inició a las 2:20, coincidiendo con las horas facilitadas por Samuel Benítez, aunque el testigo no lo recuerda como uno de los seis pasajeros de aquel trayecto. 

Otro testigo confirmó que el Cuco llegó a una de las botellonas sobre las nueve de la noche y que se marcharon sobre las once de la noche del 24 de enero de 2009.

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