El terremoto y sus réplicas que se produjeron en Turquía han dejado más de 11.000 muertos en las zonas más afectadas del país y de su vecino, Siria, por la cercanía del epicentro a la frontera entre ambas naciones. 

La necesidad de ayuda humanitaria ha hecho que multitud de organizaciones no gubernamentales y Gobiernos hayan mandado apoyo, que se está encontrando con problemas para poder llegar a la zona más afectada por el seísmo.

El problema es el combustible

Borja González, vicepresidente de la Fundación SAMU en su viaje hacia la provincia de Kahramanmaraş destaca la "marea humanitaria" que se dirige a la zona. Esta no es solo internacional, sino que multitud de personas turcas también se han movilizado para auxiliar a sus compatriotas. Se encuentran en un ambiente que González ha definido como "positivo" y con "mucho entusiasmo" para poder ayudar.

Hacia la zona se desplaza no solo ayuda humanitaria en forma de vehículos llenos de productos básicos como agua embotellada, sino también maquinaria pesada para poder desplazar los cascotes y casas prefabricadas para los supervivientes del seísmo. Sin embargo el mayor problema al que se enfrentan las personas que quieren poder llegar a la provincia afectada es la escasez de combustible.

"Cualquier cosa susceptible de tener combustible dentro se ha agotado", según confirma Borja González, que además señala que en la zona se están usando todo tipo de recipientes para poder recoger tan preciado material y garantizar, lo más que se pueda, la movilidad para llegar a la zona.

La ayuda de SAMU

Esta misión humanitaria ha sido organizada por la Fundación SAMU junto a la ONG norteamericana Project Hope y el apoyo de Médicos Sin Fronteras para atender a las víctimas del seísmo en Turquía. La organización con base en Sevilla ha mandado ya un primer grupo compuesto por cuatro efectivos y dos perros para participar en las tareas de rescate en la zona del desastre.

El grupo está compuesto por un mando de la Fundación SAMU, un jefe de búsqueda y rescate y dos guías caninos, junto con los perros Fuli y Homero. Como destaca el vicepresidente de la organización, Borja González, que se dirige a la zona para ayudar a organizar la llegada de especialistas desde Andalucía, las autoridades han ayudado a agilizar los trámites burocráticos para que la ayuda internacional pueda llegar lo antes posible, como se ha visto en los aeropuertos de Turquía, inundados por personas y organizaciones que acudían a ayudar a las víctimas.

Se suman al apoyo de la Unidad Militar de Emergencias que activó el Gobierno español y a los 35 bomberos enviados por la Comunidad de Madrid, así como todas las organizaciones voluntarias y la ayuda procedente de otros países.