Sevilla

El toxicómano acusado de matar a su hermano de una puñalada alega defensa propia y "mala suerte"

  • "Era su vida o la mía. Mi hermano me increpó y yo tenía que defenderme", aseguró el inculpado, que se declaró inocente y relató que los hechos se iniciaron tras pedir "tres euros a mi madre para comprar droga"

El hombre acusado de matar a su hermano de una puñalada en el cuello durante el transcurso de una discusión, en la barriada sevillana de Torreblanca, se ha declarado "inocente" en el juicio celebrado en la Audiencia Provincial de Sevilla y dijo que "aquello fue un accidente de mala suerte".

En su declaración, el procesado, R.V.C., sostuvo que la discusión se originó por pedirle "tres euros a mi madre para comprar droga", hecho que el ahora fallecido le recriminó. "Era su vida o la mía. Mi hermano me increpó y yo tenía que defenderme", aseguró el inculpado.

El acusado, sobre quien pesaba una orden judicial pero que a pesar de ello vivía en el domicilio familiar en el momento del fatal desenlace, aseveró que aunque lleva consumiendo cocaína "casi toda la vida" y a pesar de que tiene diagnosticada esquizofrenia –hecho no certificado por los forenses que han testificado como peritos– "no quería matarlo".

De otro lado, los médicos forenses que practicaron la autopsia al cadáver determinaron que la víctima murió "desangrada" ya que la puñalada provocó una lesión "mortal de necesidad", pues al encontrarse en una zona "tan complicada" el herido "hubiera necesitado un hospital en su casa para poder salvarse".

Por su parte, la madre del procesado y el compañero sentimental de ésta, que reconocieron que el acusado y el fallecido vivían con ellos, comentaron que el inculpado "siempre estaba pidiendo dinero" y que aquel día los escucharon discutir, aunque, según concluyeron, no vieron nada.

Los hechos tuvieron lugar según el escrito de acusación provisional del fiscal, al que tuvo acceso Europa Press, sobre las 2.00 horas de 2 de febrero de 2007, cuando el inculpado se personó en el domicilio de su madre ubicado en la calle Timbu de la capital hispalense, a pesar de tenerlo prohibido por resolución judicial de enero de ese mismo año.

De esta manera, el procesado comenzó a pegar patadas en la puerta del dormitorio de su progenitora exigiéndole que entregase dinero. En ese momento, se acercó su hermano y entablaron una discusión, en el curso de la cual el imputado, empuñando un cuchillo de 20 centímetros, le asestó una puñalada a su familiar, que le provocó la muerte escasos minutos después por un shock hemorrágico.

Para el Ministerio Público los hechos narrados constituyen un delito de homicidio y un delito de quebrantamiento de medida cautelar, por lo que reclama 16 años de cárcel para el acusado y una indemnización de 100.000 euros.

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