Carlos Rojas. Candidato del Partido Popular al Parlamento de Andalucía por Granada

"Nuestro programa se resume en algo muy claro: decir la verdad"

  • El cabeza de lista popular enfatiza que "todo lo que no sea cambio será un retroceso histórico y un parón para Andalucía".

-Sé que es complicado, pero... ¿podría enviar un mensaje o una propuesta que todavía no haya mandado a estas alturas de la campaña?

-Una propuesta que no haya hecho... Pues fundamentalmente hemos hecho las propuestas durante todos estos años. Francamente, todo lo que está en nuestro programa es el fruto de años y eso quiere decir que hemos hecho nuestros deberes en base al trabajo concienzudo de elaborar propuestas que pueden servir para el Gobierno y que van a servir para el futuro, así que creo que hemos tocado todas las claves, porque detrás del programa hay un trabajo parlamentario y de partido, de conexión con la sociedad muy fuerte e intenso, muy trabajado. Son propuestas sacadas de ahí.

-Es un programa de gobierno, como lo definió Javier Arenas, y entiende por tanto que está suficientemente explicado.

-Siempre hay que explicarlo todo con mucha intensidad y probablemente si siguiéramos más días en campaña podríamos seguir explicando más cosas, porque el programa es amplio, pero se resume en una cosa muy clara: decir la verdad al ciudadano. Esa es su primera premisa. Es el trabajo en equipo de muchos años, fruto del análisis de la realidad andaluza, del conocimiento muy profundo de esta tierra... Todo se plasma en el programa. Lo hemos trabajado todo, la preparación que hay para gobernar en Andalucía por parte del PP es muy importante, no deja resquicios ni dudas. Se han tocado todos los temas que conciernen al gobierno del cambio. Está muy bien hormado, no hay resquicios ni improvisación, es bastante previsible porque todo está con propuestas muy concretas, muy bien elaboradas y pensadas y de acuerdo con la realidad en Andalucía. Por eso cuando me pregunta que diga algo nuevo, francamente no sé qué decir, porque todos los mensajes que llevamos dando tanto tiempo son muy elaborados y preparados. Un gobierno de cambio no es improvisado, es un trabajo concienzudo. Por eso va a ser un muy buen gobierno, un gobierno previsible, honrado, trabajador.

-En todas las campañas se dice que la gente vota sin leerse los programas. ¿A usted le gustaría que todos los votantes del PP lo tuvieran en su casa y que en los cuatro años de gobierno les pudieran decir qué están cumpliendo y qué no, reprochar tal cosa o alabar tal otra?

-Es un ejercicio muy positivo y me parece que sería lo ideal, exigir a los gobiernos que cumplan con lo que han plasmado en sus programas.  Se lo deberíamos exigir a todos los partidos que se presentan. Por eso el PP tiene un programa hecho con la premisa de no mentir, de decirle siempre la verdad al ciudadano, y cuando algo no se pueda hacer, pues hay que salir a decir que ese punto no lo hemos podido cumplir porque no ha sido posible. Nosotros, por ejemplo, somos muy conscientes de que en la Junta nos podemos encontrar no ya una caja vacía, sino una caja llena de facturas. Y desconocemos el déficit que puede haber, porque la Junta no ha sido transparente. Nos preocupa muchísimo esa situación y, con la que nos encontremos, habrá que rehacer la economía y crear empleo.

-Eso me recuerda un poco a lo que argumentó Rajoy para justificar la subida de impuestos.  ¿Aquí también podría haber medidas imprevistas, el PP podría variar su guión en función de lo que se encuentre?

- Bueno, pero dentro de esa variación de guión hay un compromiso muy claro de que los pilares del Estado del bienestar son la sanidad, la educación y los servicios sociales, y eso tendrá siempre una prioridad absoluta. Habría que redistribuir los ingresos, pero eso sería durante el primer ejercicio, luego se podrá manejar la economía. Contaremos con un gobierno que podrá equilibrar sus cuentas y se decidirán las partidas de inversión según las prioridades, pero las básicas siempre serán las que he nombrado.

-Tras las municipales hubo un vuelco importante y se sucedieron las denuncias del PP sobre lo mal que se habían encontrado las arcas en ayuntamientos que estaban gobernados por los socialistas. Eso llevó a no pocas personas a pensar que se estaba anteponiendo el tirar de la manta a gestionar lo que se encontrara.  ¿En la Junta también va a ser esa la prioridad?

-La prioridad del PP va a ser crear las condiciones para generar empleo, porque hay más de 1.200.000 parados. A partir de ahí no se trata de tirar de la manta, sino de que los ciudadanos sepan la verdad. Cuando se llega a un gobierno y se ven las cuentas, la democracia tiene un principio fundamental que es la transparencia. Si  no existe, lo lógico es que el cambio la traiga. Todos tienen derecho a saber cómo están las arcas y en qué se ha gastado el dinero, y eso se va a decir. Pero no para ir en contra de nadie.

-Quiere decir que no habrá revanchismo.

-No, no, no. De hecho, Javier Arenas lo dice muchísimo. En el gobierno del PP no habrá revancha ni resentimiento. Hay que mirar hacia delante pero sin dejar de decirle la verdad a los ciudadanos, porque es nuestra obligación.

-¿Qué cree que va a restar más votos: el caso de los ERE al PSOE o la reforma laboral al PP?

-No tiene nada que ver una cosa con otra. El asunto de los ERE le va a hacer mucho daño al PSOE y es lógico que así sea, porque no se puede defraudar de esa manera 1.400 millones de euros de los parados de Andalucía, amparados en una administración paralela y repartiendo ese dinero entre altos cargos. Eso no se puede consentir y le pesará como una losa al PSOE porque los dirigentes son los mismos que estaban en los consejos de gobierno donde se autorizaban esas prácticas, e incluso la Intervención General de la Junta de Andalucía sacó la tarjeta roja y dijo que ese procedimiento se estaba haciendo mal. Griñán miró hacia otro lado, Chaves también y los consejeros que ahora se presentan también. El asunto de la reforma laboral es un logro importante porque se hace para dar oportunidad al crecimiento del empleo, a las nuevas contrataciones. Decir que la reforma es para despedir es demagógico. Persigue nuevas contrataciones, con la oportunidad de desgravaciones cuando  se contrate a jóvenes o mujeres, manteniendo los derechos adquiridos de los que estaban trabajando antes de la reforma y flexibilizando los convenios, que me parece lo más importante porque permitirá que los empresarios y los trabajadores estén juntos para intentar salvar a las empresas en crisis y cierren negociaciones que permitan que sigan funcionando para, cuando lleguen tiempos mejores, se negocien otras condiciones. Los trabajadores son los primeros que quieren llegar a esa negociación rápida y eficaz. Hasta ahora, la autoridad laboral tenía mucha implicación en la toma de decisión sobre los convenios y al final,  si el convenio no se cerraba, la empresa se moría. Y había veces en que las negociaciones duraban años y la empresa se cerraba. Esa flexibilización va a mantener empleo y va a generarlo. Todo eso no está teniendo desgaste en el PP, según los datos que nos llegan por las encuestas. No está calando el mensaje del miedo del PSOE. 

-¿Tampoco desgasta que cuatro días después de las elecciones haya una huelga general?

-Pues yo pienso que no, porque los ciudadanos tienen bastante claro que hay que tomar medidas y parar esa sangría de desempleo, de despidos y de gente que se va al paro. Hay que respetar las manifestaciones y las posiciones sindicales, eso siempre, pero creo que en un futuro no muy lejano se va a abrir un espacio para el diálogo y la concertación, que habrá mucho diálogo con los sindicatos. También es verdad que ahora mismo, ante esas reformas, los sindicatos hacen movimientos y están en contra sistemáticamente, pero no es descartable que rectifiquen su opinión.

-¿Se sigue bañando todos los días en humildad o ahora que las encuestas son tan favorables hay mañanas que se le olvida?

-(Sonríe). Todos los días. Desde el PP la ventaja que tenemos es que somos muy humildes, muchos nacieron bañados en humildad.

-Se cayeron en la marmita, como Obélix...

-Se cayeron en la marmita, sí (ríe). Hemos ganado unas elecciones generales y unas municipales, pero sabemos que éstas las tenemos que ganar con una mayoría suficiente, siempre desde la humildad y trabajando todos juntos para sacar adelante Andalucía y Granada, y eso significa contar con muchas ideas y mucha gente que antes nunca votó al PP pero ahora puede hacerlo porque ve una puerta hacia la esperanza. A todos les daremos la mano para trabajar juntos.

-¿No ganar por mayoría absoluta significa resignarse a la oposición o aquí puede pasar lo mismo que en Extremadura? Dicho de otro modo: ¿Debe darse por hecho que PSOE e IU pactarían o no lo tiene tan claro?

-Es algo que desconocemos. Sí sabemos que el día 25 nos jugamos el futuro de Andalucía y tenemos que ir todos a votar y que ese voto sea para el cambio. Lo que pase después es algo que los ciudadanos decidirán.

-Otra posibilidad sería la reedición de la famosa 'pinza' de 1994. El PSOE no tuvo mayoría absoluta y tanto PP como IU recuerdan que al menos entonces hubo más claridad, de control. ¿Sería un mal menor?

-Todo lo que no sea cambio sería un retroceso histórico y un parón político para Andalucía. Ya sabemos cómo gobierna el PSOE, tanto en solitario como cuando tuvo socios. Lo conocemos todos los andaluces y sabemos que eso no fue bueno para Andalucía.

-¿Y les interesa llevarse bien con UPyD, por lo que pueda pasar?

-Tenemos las cosas muy claras. Lo que nos interesa es atacar el paro en Andalucía, vencer a la crisis. No entramos ni en el enfrentamiento, ni en los insultos, ni en hacer hipótesis. La única que manejamos es el cambio con una mayoría suficiente.

-¿Le presiona que se hable tanto de usted como futuro consejero?

-No tengo ninguna presión. Me presento para ayudar, con mucha humildad. Cuando veo a los compañeros que tengo en Granada veo que son personas igual o mejor preparadas que yo y podrían ser consejeros y ayudar a Javier Arenas. Será una decisión que tome él. Mientras tanto, yo hago mi trabajo, expreso mis ideas y confío en el cambio, en que van a mejorar mucho las cosas.

-¿Le apenaría, aunque fuera a título personal, alejarse de la Costa?

-No hay cosa que más me pueda alegrar que se produzca el cambio. Antes que ninguna pena me planteo la alegría, la esperanza. Lo demás es secundario.

-Lo que nadie le va a quitar es lo de hacer miles de kilómetros. Hace días me contaba que vivía prácticamente en la A-44 y en la A-92.

-Hacemos muchos kilómetros, es verdad.

-De consejero haría más...

-Eso no lo sé, repito que no sé si seré consejero. Lo de la carretera lo llevo bien porque me gusta el trabajo con la gente y siempre aprendo de los sitios donde voy. Esta provincia tiene unos rincones maravillosos y creemos en esta provincia porque sabemos de sus fortalezas, por eso queremos estar en todos sus rincones y tener un alto conocimiento de su realidad. Son muchos kilómetros, es cansado, pero estamos aquí por vocación, porque queremos estar. No me puedo quejar, porque tengo mucha ilusión en lo que hago.

-¿Llegó a pensar que el partido no le incluiría en las listas por esa incompatibilidad entre diputado y alcalde que ustedes rechazan?

-Nunca me lo planteé. Si tuviera que ser así, pues así sería. Lo aceptaría sin problemas porque en nuestro partido hay muchísima gente preparada y tienes que estar dispuesto a lo que te diga. Estoy aquí para trabajar y, a partir de ahí, los retos que puedan venir hay que asumirlos con ganas, ilusión, firmeza y lealtad al partido.

 -Es de suponer que su sustituta al frente del Ayuntamiento de Motril será Luisa García Chamorro...

 -Eso todavía no se ha producido. No soy partidario de hacer hipótesis sobre cosas que no han ocurrido porque a lo mejor luego no ocurren.

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