Fútbol

El dedo acusador señala a Pepe y Mourinho

  • El técnico madridista volvió a fracasar por enésima vez ante Guardiola y el jugador salió de nuevo señalado como violento.

No hubo que buscar demasiado para encontrar a las figuras del Real Madrid más damnificadas tras la última (y ya recurrente) derrota ante el Barcelona. El dedo acusador señala directamente a dos protagonistas: José Mourinho y Pepe.

Como suele suceder en los últimos años cada vez que hay un clásico, es tiempo para el Real Madrid de buscar culpables y de pedir explicaciones. El Barcelona ganó por 2-1 en la ida de los cuartos de la Copa del Rey y el conjunto blanco se hizo más pequeño que nunca. El técnico del Real Madrid, Mourinho, volvió a fracasar en su enésimo intento por derrotar al Barcelona de Guardiola en el estadio Santiago Bernabéu, que acumula siete partidos seguidos sin ver un éxito de su equipo ante el gran rival, un récord en la historia del club.

Existía mucha curiosidad por ver cómo planteaba el encuentro Mourinho después de su dominio en la Liga española, donde tiene cinco puntos de ventaja sobre el Barcelona a pesar de su derrota por 3-1 ante los azulgranas en diciembre, también en casa. Y Mourinho realizó su enésima vuelta de tuerca y propuso el partido más defensivo posible, con el defensa Pepe como centrocampista, lo que le había dado resultado en la final de Copa del año pasado, única sonrisa blanca ante los azulgranas. Hasta los atacantes Cristiano Ronaldo y Karim Benzena actuaron en muchas fases del partido como laterales.

Un dato es suficiente para ilustrar cómo jugó el Real Madrid ante el Barcelona: el argentino Gonzalo Higuaín, su jugador más adelantado, sólo tocó el balón siete veces. Por eso la prensa se llena este jueves mayoritariamente de reproches hacia Mourinho, entendiendo que la naturaleza de un equipo grande como el Real Madrid no es replegarse con nueve jugadores cerca de su área durante todo el encuentro.  "El partido no podía acabar más que como acabó, con otra victoria del Barça, con otra desilusión del Bernabéu, que se quedó con la peor de las sensaciones: traición al juego, equipo duro, juego defensivo en el que aparecían rendijas, la evidencia de que por este camino tampoco...", opinó As. "Mourinho plantó las trincheras pero el Barça, sin su mejor versión, ganó de nuevo a un rival más rancio que nunca", agregó El País.

El técnico del Real Madrid, el mejor pagado del mundo, todavía no encontró la forma de doblegar a su némesis, el Barcelona de Josep Guardiola. Lo ha intentado de muchas formas -menos intentar ganar la posesión de balón-, y casi siempre con rotundo fracaso. De tal forma que muchos se preguntan si Mourinho es la persona que necesita el Real Madrid para acometer un cambio de ciclo en el fútbol, actualmente dominado por el Barcelona sin discusión.

Nada más encajar la derrota, Mourinho ya sabía que iba a ser golpeado por su planteamiento: "La victoria tiene varios padres y la derrota sólo uno, que soy yo". Pero hoy se encuentra un segundo padre del fracaso. Se llama Pepe y es reincidente. Las imágenes de televisión mostraron dos sucesos que provocaron el rechazo general: el primero fue el teatro realizado ante el leve contacto con Cesc Fábregas; y el segundo fue todavía peor, cuando pisó intencionadamente la mano de Lionel Messi cuando éste estaba en el suelo. Esta acción provocó reacciones en todo el mundo. Por ejemplo, el delantero del Manchester United Wayne Rooney escribió en twitter: "Pepe, qué idiota".

Y la prensa, tanto madrileña como catalana, cargó sin piedad contra el portugués. "¡Pepe, fuera de fútbol!", pidió Mundo Deportivo. Mientras, numerosos comentaristas debaten sobre si debe existir una sanción ejemplar para el jugador, que no es la primera vez que agrede a un contrario. Y hasta se pide que sea el propio Real Madrid quien actúe.

En realidad, todo parece un déjà vu, algo ya vivido antes, con sucesos que recuerdan al partido de Liga de Campeones del pasado abril, que acabó con triunfo del Barcelona por 2-0 y con fuertes críticas al planteamiento defensivo de Mourinho y al juego duro de Pepe, entonces expulsado. Da la impresión de que casi nada ha cambiado en un año, ni en el Barcelona ni en el Real Madrid, por más que los blancos estén cinco puntos por encima de los azulgranas en la Liga española. El dedo señala a Mourinho y a Pepe.

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