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Vettel, tricampeón del mundo

  • El alemán acaba sexto tras sufrir un accidente en la salida y hace inútil la segunda posición de Alonso. Con 25 años, se convierte en el tricampeón más joven

El alemán Sebastian Vettel (Red Bull) se convirtió en el tricampeón más joven de la historia de la Fórmula 1al acabar sexto el Gran Premio de Brasil, en el que el español Fernando Alonso (Ferrari) fue segundo -por detrás del inglés Jenson Button (McLaren)- y se quedó a tres puntos del éxito.

Vettel, que sigue sumando récords en F1, pulverizó, con 25 años y 145 días, el de tricampeón, que detentaba hasta el brasileño Ayrton Senna, fallecido en accidente en Imola durante el Gran Premio de San Marino de 1994 y que tres años antes había festejado su tercer Mundial a los 31 años y 213 días. Al alemán le bastaba ser cuarto para encadenar su tercer título, siempre y cuando Alonso ganase en Interlagos, donde Button -que logró en esta pista el título de 2009- logró su decimocuarta victoria en F1.

El inglés se impuso por delante del doble campeón mundial asturiano, que hubiese festejado por tercera vez en la pista de sus dos títulos (2005 y 2006, con Renault) si, acabando en esa posición, Vettel no hubiese mejorado el octavo, en una carrera en la que el otro piloto de Ferrari, el brasileño Felipe Massa, fue tercero. Vettel fue sexto y se proclamó campeón con 281 puntos, sólo tres más que Alonso, para muchos, ganador moral de un campeonato en el que optimizó los recursos de un monoplaza inferior al del germano y en el que sólo firmó sus dos ceros al ser embestido por el francés Romain Grosjean (Lotus) en la salida de Spa (Bélgica) y por el compañero de éste, el finés Kimi Raikkonen, en la de Suzuka (Japón).

Alonso -que ganó en Malasia, en Valencia y en Hockenheim- puso una vez más todo de su parte, pero no pudo evitar que Vettel -que le arrebató el título en la última carrera de 2010 y que el año pasado le quitó el récord de bicampeón más joven- se interpusiera una vez más en su camino. Fernando, que arrancó séptimo -tres puestos detrás de Vettel, ganador este año en Bahrein, Singapur, Japón, Corea e India-, casi necesitaba un milagro para recortar los trece puntos que le sacaba el alemán. Por eso, tras la calificación del sábado, había abogado por una carrera caótica, en espera de pescar en río revuelto.

Los dos Ferrari salieron bien, al contrario que los Red Bull. Massa -que había arrancado quinto- ascendió al segundo y Alonso al cuarto, mientras que por delante Hamilton -que finalizó su relación con McLaren con una retirada- mantenía el primer puesto desde el que arrancó. Cuatro curvas más adelante, el brasileño Bruno Senna (Williams) -que junto a Sergio Pérez (Sauber) acabó ahí su intervención en la carrera- se tocó con Vettel, que hizo un trompo y acabó la primera vuelta en último lugar, en unos primeros compases alocados en los que Alonso siguió escalando y llegó a ser campeón provisional en el segundo giro, cuando era tercero y el de Heppenheim estaba fuera de los puntos, mientras por delante se destacaban ambos McLaren.

Pero las gotas de lluvia comenzaban a poner resbaladizo el asfalto y mientras Vettel remontaba velozmente y Alonso se iba largo en la primera curva, cuando la lluvia se intensificó, en la undécima -de las 71 vueltas- Hamilton paró a cambiar al neumático intermedio. Alonso hizo lo mismo. Y Vettel le copió la estrategia al asturiano. Algo que se repitió cuando dejó de llover y en la 18 Lewis, Fernando y Vettel regresaron al compuesto duro de seco. Los accidentes habían dejado residuos en pista y el alemán Nico Rosberg (Mercedes) sufrió un pinchazo que invitó a los comisarios a ordenar la entrada del coche de seguridad, que permaneció en pista entre las vueltas 25 y 29.

Tras la retirada del coche de seguridad lideraba el alemán Nico Huelkenberg (Force India), por delante de Button -ambos llevaban una sola parada- y Hamilton; con Alonso, cuarto; y Vettel, quinto, poco antes de que el japonés Kamui Kobayashi le relegara a la sexta posición. Kobayashi también pasó a Alonso, que le devolvió la maniobra una vuelta después, a la salida de la S de Senna, en unos momentos de incertidumbre en los que la pista se secaba al mismo tiempo que las previsiones indicaban que podía volver a llover. Y en los que, por detrás, un Massa magistral daba cuenta del nipón y de Vettel.

A 30 vueltas para el final, el inesperado Huelkenberg, que acabó quinto, lideraba la carrera de su vida, Alonso era cuarto -detrás de los McLaren- y Vettel, séptimo. Siete giros más adelante, Huelkenberg perdió el liderato al dar un trompo que permitió a Hamilton tomar el liderato. El alemán intentó adelantarle de nuevo en la 55, provocando un toque entre ambos que dejó fuera de carrera al inglés.

Button pasó a ser líder y Huelkenberg fue sancionado con una parada en línea de garaje -drive through- que le hizo perder tres puestos, en favor de Massa, Alonso y del australiano Mark Webber (Red Bull) -que hoy acabó cuarto-, con Vettel séptimo, detrás de su compatriota Michael Schumacher. En esos momentos, si Fernando avanzaba un puesto y el alemán lo perdía, el de Oviedo hubiese sido el ganador del Mundial.

Alonso pasó sin problemas a Massa y era segundo a falta de ocho, pero Schumacher -a quien Hamilton sustituirá el año que viene en Mercedes- no sólo no opuso excesiva resistencia cuando Vettel avanzó al sexto con el que acabaría la carrera, sino que fue uno de los primeros en felicitar a su delfín cuando éste salió del monoplaza. Los puestos no variaron a partir de entonces y la carrera no se pudo alterar a partir de la penúltima vuelta, cuando el accidente del escocés Paul di Resta (Force India) obligó la nueva entrada en pista del coche de seguridad que cerró el Mundial 2012. Schumacher, el hombre récord de la F1 -con siete Mundiales y 91 victorias-, firmó el séptimo puesto, antes de unirse a los festejos del pequeño Kaiser de Heppenheim, en su última carrera en la categoría reina. En la que, por tercera vez en su trayectoria, a Alonso se le escapó un Mundial en el último suspiro del campeonato.

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