Málaga

La lluvia pone freno a las medusas

  • El Aula del Mar ultima el primer borrador de un estudio que permitirá esclarecer por qué estos pelágicos aparecen unos años y otros no

El por qué unos veranos las medusas ocupan playas y atemorizan a bañistas y otros no ha sido siempre un misterio. Había pocos estudios científicos hasta ahora que explicaran este curioso fenómeno y los que había no arrojaban demasiada luz. Y menos aún si se trataba esclarecer ese enigma en el ámbito del mar de Alborán. Pero poco a poco se va descifrando y empieza a encontrarse una relación entre la aparición de estos pequeños pelágicos y la lluvia y nieve que caen durante el invierno.

Expertos del Aula del Mar de Málaga, en colaboración con el Centro Oceanográfico, creen estar ante la solución de uno de los misterios mejor guardados de las medusas gracias a la comparación de los estudios científicos existentes con los datos in situ obtenidos. Es decir, con la observación de lo ocurrido en los últimos veranos. La clave, según explicó Juan Antonio López, miembro del Aula del Mar y coordinador del proyecto Infomedusas financiado por la Diputación provincial, ha sido este año, ya que aseguró que no se ha detectado la presencia de ningún enjambre de medusas en Málaga, salvo varios reductos localizados puntualmente en la costa de Nerja entre agosto y septiembre, y curiosamente ha coincidido con un verano al que le precedían unos de los meses más lluviosos.

Lo que anima a pensar que se está ante la respuesta del misterio sobre las medusas es que lo ocurrido este año coincide con las conclusiones de un estudio llevado a cabo por el Centro Oceanográfico de Málaga, en el que también han participado científicos del CSIC y las universidades de Málaga y Vigo.

Según ese estudio, el agua del mar de Alborán está más caliente y más dulce los años que más llueve y nieva, ya que cuando se derrite esa nieve supone un aporte extra de agua dulce que hace que la barrera salina que separa el agua costera de la de alta de mar quedé más alejada de la costa. Eso implica que las medusas y su escasa capacidad de natación quedan limitadas a acercarse hasta la orilla dado que cuanta más agua dulce haya más lejos queda la barrera salina. Es la conclusión más interesante del estudio emprendido por José Carlos Báez, un biólogo que trabaja como técnico para el grupo de túnidos en el Centro Oceanográfico de Málaga y que se dio cuenta de que las variables de temperatura superficial del mar de Alborán y la oscilación del Atlántico Norte (NAO) y del Ártico (AO), que juegan un papel esencial en las fluctuaciones de las condiciones climáticas del hemisferio norte, interactuan de tal forma que comprobó que el aumento de la temperatura del mar de esta zona no tiene que ver con el cambio climático sino con estas oscilaciones.

La razón es que cuando la oscilación del Ártico predomina provoca un ambiente más frío en las regiones polares, lo que favorece ocasionales olas de frío sobre la Península Ibérica que, si se combinan con precipitaciones provocadas por la oscilación del Atlántico Norte, puede dar lugar a la precipitación de nieve.

El Aula del Mar está recopilando, además, todos aquellos datos y estudios científicos complementarios que "puedan contribuir a establecer una interrelación científica entre la aparición de las medusas en la costa y las condiciones climáticas", señaló el coordinador del programa Infomedusas. A finales de este mes, estará listo un borrador sobre las primeras conclusiones de este estudio que será entregado a la Diputación provincial y que, según López, habrá que realizar un seguimiento año a año para poder despejar sin lugar a dudas el por qué de la visita o ausencia de las no tan bien recibidas medusas.

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