Cuatro meses después, el Metro de Málaga vuelve a tener rostro y voz. El hueco dejado tras la marcha de Enrique Urkijo a la Dirección General de Desarrollo Estratégico de Renfe es ocupado desde hoy por quien fuera portavoz del PSOE en el Ayuntamiento de la capital Enrique Salvo Tierra. El puesto como máximo responsable del suburbano supone la cuarta responsabilidad de relevancia que asume en los últimos dos años, periodo en el que abandonó la Casona del Parque para convertirse en director general del Gabinete del Ministerio de Fomento, tarea que dejó a principios de 2009, para, en abril, ser designado secretario general técnico de la Consejería de Obras Públicas.

Y de esta ocupación, al Metro. La determinación fue comunicada en la mañana de ayer por la consejera de Obras Públicas, Rosa Aguilar, al Consejo de Gobierno de la Junta de Andalucía. No obstante, la ratificación corresponde al Consejo Rector de Ferrocarriles Andaluces. En sus primeras declaraciones tras anunciarse su designación, confesó que se trata de "un gran desafío" y destacó la confianza mostrada tanto por el presidente de la Junta, José Antonio Griñán, como por la consejera de Obras Públicas para que haga "un buen trabajo, en la idea de buscar el mayor consenso con las administraciones y que haya un clima de colaboración total". Además, subrayó la necesidad de que dicho consenso "se extienda a la ciudadanía". "Es necesario que haya mucha participación y una información permanente de lo que se está haciendo", expuso.

La duda que se cierne ahora sobre esta elección es el modo en que la valorará el equipo de gobierno del PP en la Casona del Parque, con el que Salvo ha protagonizado numerosos enfrentamientos. Sobre esta cuestión, el nuevo director del Metro estimó que lo sucedido en el pasado "no tiene que condicionar las relaciones con el Ayuntamiento". "Son etapas distintas y donde nos tocan papeles distintos. Estoy convencido de que el alcalde es el primero en entenderlo", comentó, al tiempo que apuntó que la primera felicitación la recibió del edil de Movilidad, Juan Ramón Casero.

Por su parte, el alcalde, Francisco de la Torre, le deseó "la mejor de las suertes, porque se acerca a este tema sin la experiencia de Urkijo, que cuando vino a Málaga tenía un bagaje de experiencia en el Metro de Bilbao". "Hemos dado siempre nuestra colaboración y lealtad con Enrique Urkijo, durante la etapa en que no ha habido director del Metro y espero que en esta nueva etapa sigamos en la misma dirección y confío en que tenga la misma colaboración, porque ya no es componente de la oposición", precisó.

El ex portavoz socialista en el Consistorio, cargo que tuvo durante apenas dos semanas, llegó a ser condenado por un juzgado, junto a Marisa Bustinduy, por dañar el honor de De la Torre. La decisión judicial se produjo en respuesta a una querella formulada por el regidor del PP ante la denuncia pública realizada sobre un supuesto trato de favor hacia la madre de De la Torre. En concreto, se aludió a que la progenitora del alcalde, como copropietaria de una parcela conocida como la Dehesa del Garabato, era objeto de una reclasificación de suelo que le otorgaba un aprovechamiento traducible en unos 90 millones de euros.

Pero De la Torre no es el único con el que ha tenido episodios de fricción. También durante su etapa municipal se vio obligado a retractarse de las acusaciones vertidas contra Teresa Porras, concejala del distrito de Cruz de Humilladero, en relación con la revista Tu Barrio. Y precisamente, en el momento actual de la obra del Metro, cuando las zanjas están abiertas en calle La Unión y las máquinas toman ya la Avenida Juan XXIII, ella será una de las ediles con la que más estrechamente tendrá que trabajar. A este reto se suma el que el proyecto afronta los pasos finales para entrar en el corazón de la urbe, primero en Callejones del Perchel y la Avenida de Andalucía y después en la Alameda Principal y el Paseo del Parque.