Argentina por fin podrá medir su potencial. Será en cuartos contra Alemania, después de ganar 3-1 a México con una claridad engañosa. Y es que no se pueden sacar conclusiones nuevas de la victoria albiceleste sobre los aztecas porque su partido deja lo mismo que en la primera fase: poco juego y una pegada descomunal ante un rival menor. Porque si los de Aguirre eran un oponente peligroso, a partir de que vieron en el videomarcador que el primer gol argentino era por un metro fuera de juego, pasó a ser un enemigo del montón. Perturbado por el hecho de que el linier, que también había echado un ojo a la repetición, no quisiera echarse atrás. A partir de ahí, Argentina tuvo una alfombra hacia los cuartos.

Empaña mucho el fútbol que en dos de los partidos de octavos de final haya en un solo día dos errores clamorosos. La tarde comenzó con el gol fantasma de Lampard y echó el broche con el primer tanto argentino -curiosamente fue el línea que cubría la misma banda el que falló-. Tampoco se explica que no se permita el uso de tecnología para mejorar el arbitraje y se deje que las repeticiones se vean a lo grande.

Desde el minutos 26 -el del gol de Tévez- México dejó de ser México. Antes se había dejado ver por el área de Romero y hasta Salcido estrelló un balón en el larguero de tiro lejano. Pero fue encajar el dichoso gol, ojear la pantalla y echar por tierra la concentración. Y a Argentina, con lo que tiene arriba, sólo hace falta que encima le regales. Y Osorio lo hizo.

Una pelota sin complicación al borde del área mexicana no fue controlada por el central, que se la dio a Higuaín. Encima al ya pichichi del Mundial, que encaró al Conejo Pérez, pisó la pelota con clase con la derecha para evitar al meta y empujó a placer.

Los verdes estaban a merced y les podía caer un carro de goles de la artillería pesada de Maradona. Pero se recompusieron, aunque ya estaban en clara desventaja y Argentina cómoda, como a ella le gusta. Era el minuto 33 y el partido estaba casi finiquitado ante el derrumbe mexicano.

Argentina más de lo mismo. Messi, Tévez, Higuaín y Di María al tanto; centro del campo lento sin generar juego y defensa ligeramente mejorada por la entrada de Otamendi y Burdisso por Jonás y Samuel. Alemania juzgará si las expectativas que genera son justificadas.

La segunda mitad serviría por lo menos de escusa para alegrar el gusto con dos buenos goles. El primero, el de la sentencia definitiva, un disparo de Tévez con la derecha desde fuera del área que se clavaba en la escuadra izquierda del Conejo Pérez.

La cosa podía acabar en goleada, pero el Chicharito Hernández también tenía algo que decir. Recibió al borde del área grande, se dio la vuelta con una espectacular maniobra y no perdonó a Romero poniendo el balón en la escuadra derecha de fuerte zurdazo. Quedaban 20 minutos y otro gol podía avivar el partido. Pudo llegar pero no llegó.

3 - Argentina: Sergio Romero; Nicolás Otamendi, Martín Demichelis, Nicolás Burdisso, Gabriel Heinze; Maxi Rodríguez (Javier Pastore, m.87), Javier Mascherano, Ángel di María (Jonás Gutiérrez, m.79); Carlos Tévez (Sebastián Verón, m.69), Lionel Messi, Gonzalo Higuaín

1- México: Óscar Pérez; Efraín Juárez, Ricardo Osorio, Francisco Rodríguez, Carlos Salcido; Giovani dos Santos, Gerardo Torrado, Rafael Márquez, Andrés Guardado (Guillermo Franco, m.61); Adolfo Bautista (Pablo Barrera, m.46); Javier Hernández

Goles: 1-0, m.26: Tévez; 2-0, m.33: Higuain; 3-0, m.52: Tévez; 3-1, m.71: Hernández

Árbitro: Roberto Rosetti (ITA), amonestó al mexicano Márquez

Incidencias: Encuentro de octavos de final del Mundial de Sudáfrica disputado en el Soccer City de Johannesburgo ante unos 85.000 espectadores.