La carrera a la casa blanca

Palin trae más morbo a la campaña

  • Las especulaciones sobre el pasado de la número dos de McCain centran la atención de los medios

La campaña electoral estadounidense había tenido de todo hasta ahora. Un candidato negro, joven y elocuente, otro casi anciano con credenciales de héroe de guerra, un proceso de primarias digno del mejor thriller y miles de horas de comentarios, ataques y contraataques. Pero no había tenido el morbo despertado por la gobernadora de Alaska, Sarah Palin.

El interés es evidente: Yahoo! reveló que el nombre de Palin fue lo más reclamado en los últimos días en su buscador de Internet.

En el ámbito público, la candidata a vicepresidenta por el Partido Republicano desató la más cruenta batalla hasta la fecha entre republicanos y demócratas, con los medios, especialmente las grandes cadenas de televisión, claramente tomando partido por uno u otro bando.

Los comentarios cruzados en los últimos días sobre la candidata a vicepresidenta fueron más allá del análisis político. Los asuntos más hablados no fueron sus ultraconservadoras posturas sobre el aborto o la posesión de armas, sino el embarazo de su hija de 17 años.

La gobernadora hizo público el lunes que su hija Bristol está embarazada de cinco meses para demostrar que su último hijo, Trig, nacido en abril con síndrome de Down, es efectivamente suyo, algo que dudaron algunas webs relacionadas con el Partido Demócrata.

Las dudas no se quedaron ahí: "¿Será capaz de congeniar la Vicepresidencia con la maternidad de cinco hijos, uno de ellos con síndrome de Down?", se preguntó, por ejemplo, la cadena de televisión CNN el pasado fin de semana.

Oficialmente, los demócratas guardan las distancias y se limitan a reclamar que Palin no tiene la experiencia necesaria para ser vicepresidenta. Su candidato, Barack Obama, aseguró que los hijos deben quedar fuera de la campaña. Extraoficialmente, sin embargo, el partido alimenta algunos rumores.

Los republicanos, por su parte, cerraron filas ante lo que consideran "feroces" ataques a su vicepresidenta. El martes, todos los principales oradores en la convención del partido en Saint Paul defendieron a Palin. "Una excepcional ejecutiva", dijo el presidente George W. Bush. "¡Qué soplo de aire fresco supone!", exclamó el ex senador Fred Thompson.

Todo empezó cuando la semana pasada el aspirante republicano, John McCain, designó como su inesperada candidata a vicepresidente a Palin, una desconocida para el público general estadounidense, los medios nacionales e incluso los principales políticos de ambos partidos. A casi todos los efectos, Alaska resulta tan ajeno en Washington como Mongolia.

De inmediato, los medios y la oposición demócrata se pusieron a investigar y, en muchos casos, a especular e incluso inventar. Si la campaña de McCain esperaba que se conformasen con el relato de una joven y prometedora gobernadora que hizo carrera luchando contra la corrupción, se equivocó de pleno.

Las preguntas volaron por internet: ¿Quién es realmente Sarah Palin? ¿Cuál es su pasado?. Steve Schmidt, un asesor de McCain, aseguró en una entrevista con The Washington Post que la campaña recibió llamadas pidiendo ver el certificado de nacimiento de Trig o preguntando si su primogénito, Track, es drogadicto.

Entre las averiguaciones destacaron tres que no pintan una imagen de Palin como la que McCain presentó. La gobernadora está acusada de presionar al jefe de la Policía de Alaska para que despidiese al ex marido de su hermana; de gastar 27 millones de dólares en contratar a un grupo de lobby cuando era alcaldesa de la pequeña localidad de Wasilla o de pertenecer durante un tiempo a un partido que busca la independencia de Alaska.

En el análisis más sosegado los medios consideran cuando menos que la elección republicana es arriesgada. "Palin podría demostrar ser formidable en campaña, pero McCain no dejó margen para el error", escribió en un editorial el diario The Boston Globe.

"McCain y sus ayudantes no hicieron casi ningún estudio antes de elegir a Palin, lo que despierta serias preguntas sobre sus habilidades como gestores", ha asegurado, por su parte, The New York Times.

Pero no todo fueron malas noticias para el bando de McCain: el efecto mediático de Palin provocó una lluvia de donaciones de entusiasmados republicanos. En las primeras 24 horas después del anuncio, la campaña recaudó cuatro millones de dólares. Una buena inyección para seguir contrarrestando los ataques a su flamante candidata a la Vicepresidencia.

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