Crítica 'Una segunda oportunidad'

Bier no se anda con sutilezas

Una segunda oportunidad. Drama, Dinamarca, 2014, 100 min. Dirección: Susanne Bier. Guión: Anders Thomas Jensen. Fotografía: Michael Snyman. Música: Johan Söderqvist. Intérpretes: Nikolaj Coster-Waldau, Ulrich Thomsen, Maria Bonnevie, Nikolaj Lie Kaas, Lykke May Andersen.

La sutileza y la sobriedad no son precisamente los puntos fuertes de Susanne Bier, cineasta querida por las academias europeas y también de cuando en cuando por el orbe independiente norteamericano (Cosas que perdimos en el fuego, Serena), donde su pasaporte danés le da un plus de prestigio autorial a historias por lo demás casi siempre melodramáticas y tremendistas.

Lo hemos podido comprobar ya en títulos como Hermanos, Después de la boda o En un mundo mejor, aunque esta Una segunda oportunidad parece ser la quintaesencia de su estilo sensacionalista y aseadito, un ejercicio que somete a su espectador a una verdadera tortura de sucesos truculentos, ambigüedad moral y giros dramáticos que, por otro lado, y como no podía ser de otra manera contando con un guión del reputado trilero Anders Thomas Jensen, se ven venir de lejos a los diez minutos de metraje.

La cosa aquí va de la crisis de maternidad, bebés maltratados, historias paralelas, policías y delincuentes, clase media y clase lumpen en una trama con apuntes de suspense que Bier rueda con la habitual tendencia al subrayado y a las salidas de tono. Un reparto all-star del último cine danés (Coster-Waldau, Thomsen, Lie Kaas) ayuda a garantizar ese modo falsamente compungido que se le requiere a la propuesta.

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