El director filipino Lav Diaz se hizo con el León de Oro de la 73 edición del Festival de Cine de Venecia por su película The Woman Who Left y dedicó el galardón "al pueblo filipino, a su lucha y a la lucha de la Humanidad". El León de Plata al mejor director fue compartido por el mexicano Amat Scalante, autor de La región Salvaje, y por el veterano regidor ruso por Andrei Konchalovsky por Rai (Paraíso).

El Gran Premio del Jurado fue a parar al diseñador estadounidense Tom Ford, gracias a su segundo metraje Noctural Animals, después de su debut con Un hombre soltero en 2010.

La Copa Volpi a la mejor actriz recayó en la estadounidense Emma Stone por su participación en La La Land, una comedia romántica en clave de musical, mientras que el mejor actor fue el argentino Oscar Martínez, protagonista en la aplaudida El Ciudadano Ilustre, de Mariano Cohn y Gastón Duprat.

El Premio Marcello Mastroianni al mejor actor emergente fue para la alemana Paula Beer, por su papel en Frantz, el trabajo con el que François Ozon competía en esta Mostra. El galardón al mejor guion fue a parar a Noah Oppenheim, autor del texto de "Jackie", sobre la viuda de John F. Kennedy, dirigida por el chileno Pablo Larraín y protagonizada por Natalie Portman.

Además, el Premio Especial del Jurado fue para The Bad Batch, de Ana Lily Amirpour, mientras que el Premio Luigi di Laurentiis a la mejor ópera prima recayó en "Akher wahed Fine" (The last of us) de Ala Eddine Slim.

En la sección Horizontes, la segunda en importancia del certamen y dedicada a las nuevas corrientes expresivas, el Premio al mejor filme fue para Liberami, con el que la italiana Federica di Giacomo se adentra en el mundo de los exorcismos. Como mejor director se reconoció a la belga Fien Troch, por Home, y el Premio especial del jurado de Horizontes fue a parar a Koca Dünya, dirigida por Reha Erdem.

La española Ruth Díaz fue la mejor interpretación femenina por Tarde para la ira, del español Raúl Arévalo, mientras que el mejor actor de esta sección fue el portugués Nuno Lopes por su rol en Sao Jorge. El Premio al mejor cortometraje fue para el paraguayo Ricardo Martinessi por su obra La voz perdida mientras que el mejor guion fue para Wang Bing, por Koca Dünya.

Ruth Díaz: "Espero que el premio en Venecia me consiga un hueco en la profesión"

Emocionada y desbordada, la actriz Ruth Díaz recogió hoy entre lágrimas el premio a la mejor interpretación de la sección Horizontes de Venecia por su papel en Tarde para la ira y espera que este reconocimiento le consiga "de una vez, un hueco en la profesión". "Ojalá me suponga sobre todo trabajo", afirmó la actriz en Venecia a un reducido grupo de medios de comunicación. La película, ópera primera de Raúl Arévalo, "es un peliculón" y, por tanto, "un escaparate", que ya le ha valido el premio de la Mostra y que espera que sirva para que le lleguen buenos proyectos. Porque recuerda que cuando empezaba a despegar como actriz, llegó la crisis y un embarazo, lo que paralizó un poco su carrera y le llevó a meterse en la escritura de guiones, porque lo que quería era crear.

Conoció a Asier Etxeandía en el rodaje de Los días no vividos y el actor le aseguró que podía contar con él si ponía en marcha algún proyecto como directora. Se puso a trabajar y salió el guion de Porsiemprejamón, un cortometraje protagonizado por ella, Etxeandía y Charo López, que no solo recibió muchos premios, sino que fue donde una amiga de Raúl Arévalo la vio y le dijo que ella era la adecuada para interpretar a Ana en Tarde para la ira.

Díaz (Ana) es la mujer en una película de hombres, la que aporta una visión femenina frente a Antonio de la Torre y Luis Callejo, sus compañeros en "Tarde para la ira", el debut en la dirección de Arévalo, el sueño de siempre de este actor. Y el hecho de que Arévalo sea actor supone que "usa el mismo lenguaje que un actor y confía en lo que el actor es capaz de crear. Sabe desde donde trabajamos", explicó Díaz (Reinosa, 1975).

Un rodaje maravilloso y una gran película, aunque la actriz asegura ser muy cautelosa y se muestra reticente a decir que es el filme del año o el que va a suponer el empujón definitivo para su carrera. "He tenido papeles importantes en el cine", con muy buenas críticas, y que se suponía iban a ser un impulso para ella, pero eso nunca ocurrió. Y participó en series televisivas, como "MIR", que tuvieron buena acogida, pero fueron arrinconadas en la programación.

Por eso, no quiere hacerse ilusiones y ni siquiera se le había pasado por la cabeza que le dieran un premio en Venecia, por lo que su primera reacción fueron sido las lágrimas. Pero confiaba y confía mucho en la película de Arévalo, que le emocionó al leer el guion y porque fue consciente ya en el rodaje de que estaban "haciendo algo que estaba muy bien", con mucho talento alrededor.

Aunque insiste en que la recepción de una película no depende solo de la cinta. "Depende de que se vea, del boca a boca, de la distribución, hay muchos factores". En Tarde para la ira hay sin embargo muchos elementos para que funcione. Es un "thriller", pero también un drama, cuenta una historia íntima pero universal y cuenta con un gran plantel de actores. Antonio de la Torre, que interpreta a Jose, un hombre solitario y silencioso que observa a todos y todo esperando algo. Luis Callejo, Curro, que sale de prisión tras ocho años por el atraco a una joyería, una condena que aceptó para proteger a su familia. Y Díaz como Ana, su mujer.

Una mujer que, como a todos nos ha pasado alguna vez, tiene la sensación de querer una vida nueva y mejor, empezar de cero, explica la actriz. A través de su personaje, Arévalo reflexiona sobre el amor y el desamor, sobre el momento en que se te cae la venda de los ojos y te das cuenta de que las cosas no son como las habías imaginado.

Una historia que gustó mucho cuando fue proyectada en Venecia dentro de la sección Horizontes, dedicada a las nuevas tendencias cinematográficas. Y el debut en la dirección de Arévalo, algo que a Díaz también le gustaría lograr algún día, aunque asegura que no tiene ninguna prisa. "Me encantaría pero voy tranquila", afirma sonriente.