Cine

Imprima la leyenda

Che: un hombre nuevo. Documental, Argentina-Cuba-España, 2010. 130 min. Dirección: Tristán Bauer. Guión: T. Bauer y Carolina Scaglione. Fotografía: Javier Juliá. Música: Federico Jusid. Cine: Avenida.

El cine se ha interesado por la figura del Ché en numerosas ocasiones, tanto desde el documental como desde la ficción (Che!, Diarios de motocicleta), cuyo último exponente, Ché, de Steven Soderbergh, aspiraba a ser el retrato definitivo con sus cuatro horas de metraje y su supuesta fidelidad a una de las fuentes más rigurosas, la biografía de Jon Lee Anderson, y a los propios Diarios bolivianos del popular guerrillero.

El trabajo documental que ahora nos llega, firmado por el argentino Tristán Bauer (Iluminados por el fuego) y avalado por el Centro de Estudios Ché Guevara de Cuba, tiene la particularidad de presentar nuevos documentos inéditos: las cartas y cuadernos escritos por el Ché en sus días de guerrilla en Bolivia (1966-1967), junto a fotografías tomadas por él mismo e imágenes de archivo procedentes de sus viajes internacionales, documentos que nos confirman un inquebrantable idealismo revolucionario y una lúcida y serena capacidad para analizar las circunstancias políticas y personales a partir de la reflexión teórica y una intensa vocación lírica.

Nada que no supiésemos ya, nada que profundice un poco más en el personaje para desterrar su condición de icono del siglo XX y acercarnos, como promete el título, al verdadero hombre detrás de las camisetas y los pósters. Bauer dialoga con la voz del Ché en una primera parte que se nos antoja empalagosa y poética, impostada y autocomplaciente, punteada por valiosas imágenes de archivo a las que se pone siempre un exceso de retórica que juega en su contra. Poco a poco, el documental cede protagonismo a un montaje algo más fluido e invisible que desgrana esos grandes momentos de la vida del personaje, especialmente aquellos relacionados con el triunfo de la Revolución Cubana junto a Fidel Castro, pero no por ello se evita la tendencia hagiográfica. Sin otros testimonios ni puntos de vista que los del propio Ché, este documental de excesivo metraje e indudable vocación proselitista sortea territorios conflictivos (véase su desencuentro con Castro o sus relaciones íntimas) para acabar desvelando no precisamente al hombre nuevo sino al mismo mito de siempre.

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