la venganza de jane. Western, EEUU, 2016, 98 min. Dirección: Gavin O'Connor. Guión: Brian Duffield. Fotografía: Mandy Walker. Música: Marcello De Francisci, Lisa Gerrard. Intérpretes: Natalie Portman, Joel Edgerton, Ewan McGregor, Rodrigo Santoro, Noah Emmerich.

Me tengo que remontar a Las petroleras de Bardot y Cardinale, a Rápida y mortal de Sharon Stone o a Bandidas de Penélope Cruz y Salma Hayek para encontrar un equivalente a este western femenino (he exagerado un poco, la verdad, sobre todo en los que se refiere a la última). Natalie Portman no tiene ni un desmesurado talento interpretativo ni una grandísima filmografía pero -¡hombre!- al menos ha trabajado con Woody Allen, Tim Burton, Amos Gitai, George Lucas y Kar-Wai entre otros (bueno, sus trabajos con estos dos y en la sobrevalorada Cisne negro no se los tendremos en cuenta). Y hasta se ha atrevido a debutar en la dirección -con resultados discretos, la verdad, pero se le agradece el valor- con una adaptación del extraordinario y complejo Una historia de amor y oscuridad de Amos Oz. Y para colmo ha interpretado los dos últimos Malick, para un servidor el mejor director americano actual, junto a James Gray y Paul Thomas Anderson. Talento no le falta, aunque tampoco le sobre como para regalarlo.

Por eso cabe preguntarse: ¿qué se le ha perdido a la Portman en este western falsamente oscuro y duro que, la verdad, no le llega a la suela de las botas a The Homesman de Tommy Lee Jones (director e intérprete) e Hilary Swank, por confrontar dos historias de mujeres ambientadas en el Oeste. Casada con un forajido que regresa medio muerto a su granja, la Portman debe convertirse en un pistolero para defender su vida, la de su hija, la de su maltrecho esposo y su casa cuando un banda acuda a rematar su obra. Le ayudará, que para eso están, un viejo amor. No es fácil decir por qué esta correcta película falla. Tal vez porque es sabido que el rodaje fue una calamidad. Tal vez porque la Portman no da para el personaje de dura. Tal vez sea el trajecito negro, el sombrero vaquero y hasta los guantes de pistolero que los diseñadores de vestuario le endosan, y lo mal que la pobre Portman se cala el sombrero. Tal vez sea la horrorosa banda sonora de Marcello de Francisci y Lisa Gerrard. Tal vez sea el fallido feísmo, se supone que muy realista. Tal vez -es lo más probable- porque Gavin O'Connor, su director, no tiene el pulso dramático y el sentido de la épica trágica -lo que incluye el tratamiento del paisaje- necesarios para dirigir un western de estas características. Esto último es lo más probable. Además de la Portman pasan ante la cámara, sin hacer mucho más que eso, Joel Edgerton, Ewan McGregor y Rodrigo Santoro.