Cultura

El SEFF arranca desde 'Tierra firme'

  • Carlos Marques-Marcet abre la programación con una película sobre el deseo de (o el miedo a) tener hijos

  • Una inspirada Silvia Abril presenta la gala de inauguración del festival

Tras la magnífica recepción que tuvo su primer largometraje, 10.000 Km., con el que triunfó en el Festival de Málaga y conquistó el Goya a la mejor dirección novel, Carlos Marques-Marcet (Barcelona, 1983) podría haberse bloqueado, consciente de que su segunda película era largamente esperada. Pero el cineasta no sintió ese vértigo, y fue armando un nuevo proyecto junto a sus cómplices Natalia Tena y David Verdaguer, los actores que habían protagonizado su anterior filme, "de una manera muy mecánica, muy sencilla. Es como cuando estás casado y sigues, pues aquí ocurrió igual. Natalia, David y yo terminamos la promoción de 10.000 Km. y nos dijimos: Bueno, pues ahora nos veremos menos. Pero luego fue saliendo esta historia. Salió de una manera visceral, orgánica, no como el fruto de una carrera que estás diseñando y en la que sabes qué paso debes dar", sostiene el realizador, que inauguró ayer una nueva edición -la número 14- del Festival de Cine Europeo de Sevilla (SEFF) con su segundo trabajo, Tierra firme.

Si en su debut Marques-Marcet narraba la desintegración de una pareja por culpa de la distancia geográfica, ahora el director retrata esa edad en la que asoma, ya como una incómoda pregunta difícil de esquivar, la cuestión de si alguien quiere tener o no descendencia. Eva (una estupenda Oona Chaplin que se incorpora al equipo) desea ser madre, pero su novia Kat (Tena) no contempla en un principio esa posibilidad. La llegada de Roger (Verdaguer) a sus vidas plantea una alternativa a la cuestión: él podría ser el donante de semen. Tierra firme indaga, entre otros asuntos, en cómo puede perdurar una pareja cuando sus integrantes no comparten el mismo criterio sobre tener o no hijos, pero Marques-Marcet se decanta esta vez por un humor más marcado y aborda esas cuestiones trascendentes en un tono distendido no exento de hondura. "Intento no tomar muchas decisiones cuando empiezo a preparar una película, pero lo del humor sí lo tuve claro desde el principio", comenta el barcelonés, para quien resultó complicado otorgar en el libreto la misma importancia a los tres protagonistas. "Cada versión que hacía se decantaba por un personaje. Fue complicado montar el rompecabezas. Al principio, cuando montamos, salía una película de cuatro horas, que editamos hasta reducir a tres. Pero el problema es que nadie sabía decirme qué sobraba", recuerda sobre un metraje que finalmente ha dejado en poco menos de dos horas.

El rodaje tampoco fue fácil, ya que la historia se ambienta en Londres y los protagonistas residen en un barco. "Una película es espacio y gente, al fin y al cabo, y fue bonito encontrar un lugar como esos canales", apunta Marques-Marcet, que se inspiró en la embarcación en la que en realidad vive Natalia Tena. "El barco nos servía desde el punto de vista dramático. ¿Van a ser madres esas dos mujeres que tienen esa existencia nómada, que cada dos semanas están obligadas por ley a mover el barco de sitio?", se pregunta el director. "Elegir una localización así nos ayudó. Dos de las escenas que más me gustan no estaban escritas, surgieron porque en el barco que alquilamos había un piano, y el director de arte dijo que era muy grande y que aquello no se movía. Con él salieron momentos muy bonitos", rememora el cineasta, que quiso jugar con la química entre viejos conocidos como Tena y Verdaguer y les permitió improvisar, lo que generó con ello cierto pánico en el actor de Verano 1993. "Yo iba con el guión estudiadísimo, nunca me he aprendido tanto un guión, pero en el set Carlos nos permitía jugar. Pero, claro, la mayor parte de los diálogos son en inglés, y yo en inglés puedo improvisar poco más que my table is brown", bromea el intérprete, que afirma en tono irónico que Tierra firme es "mi primera película en inglés, y será la última. Aunque con Carlos ruedo yo en albanokosovar si hace falta", declara.

El respeto que hubo entre todos se advierte en la huella que Marques-Marcet dejó en Geraldine Chaplin, que en Tierra firme tiene un papel secundario como madre de su hija en la realidad, Oona. "Mi madre dice que Carlos es como Robert Altman, que sabe capturar la idiosincrasia de cada personaje como hacía él", desvela la actriz de Juego de Tronos y Proyecto Lázaro, que apuntó una anécdota muy jugosa sobre una de las primeras visitas de Geraldine al rodaje. "Tenía que grabar al día siguiente y decidió pasarse para vernos junto a su marido. Y estábamos grabando precisamente una secuencia en la que David se está masturbando como un mono [cuando su personaje va a donar el esperma]. Fue un momento muy loco, la verdad", evoca Oona, que no oculta la "admiración" por su progenitora. "¡Es una diosa! Cuando hablo de ella tienen que pararme porque la venero. Una de las escenas más divertidas que he hecho nunca es una cena que filmamos con ella".

La proyección de Tierra firme cerró una gala de inauguración en la que una Silvia Abril de humor afilado adelantó los contenidos del nuevo SEFF y se reveló como una perfecta maestra de ceremonias. La actriz, que estuvo acompañada por la (siempre fabulosa) traductora Concha Ortiz, trató el conflicto catalán -"cuando me pidieron presentar esto, me fui a pensar a Bruselas", dijo, antes de recrear una delirante conversación en una frutería de Cannes en la que Haneke le decía: "Silvia, parlem [hablemos]"-, coló los conceptos de apropiacionismo y resignificación, cargó contra la manipulación de TVE -"hay cosas que cuestan mucho en la vida: levantarse por las mañanas, ver las noticias en La 1, montar un festival"- y defendió la cultura, que "deja tersa la piel y nutre bien el cabello". También se despistó con el nombre del director del festival, José Luis Cienfuegos, al que rebautizó como "Cifuentes" en varias ocasiones. Después explicó su lapsus a los espectadores: "¿Sabéis lo que pasa? Que cuando me imploran suele ser Buenafuente [su pareja] y aquí en el SEFF me suplicaron que presentara la gala, por eso he confundido el apellido. Además, si todo el mundo lo llama Hundredfires, ¡cómo iba a saber yo que se llama Cienfuegos!".

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