Crítica 'Three'

Terapia de pareja

Three. Drama, Alemania, 2010, 120 min. Dirección y guión: Tom Tykwer. Fotografía: Frank Griebe. Música: Tykwer, Mounsey, Heil y Klimek. Intérpretes: Sophie Rois, Sebastian Schipper, Devid Striesow.

Puntal más visible del joven cine alemán en su versión más acomodada, Tom Tykwer aprovechó el tirón de su vistosa Lola, corre Lola para hacerse una carrera por las autopistas de ese cine europeo transnacional en el que se puede pasar fácilmente del remedo kieslowskiano (Heaven) a la qualité de prestigio literario (El perfume) o el thriller conspiratorio (The International) sin perder la etiqueta de autor en el trayecto.

Three (3) supone un regreso a la patria (Berlín, imponiendo su fisonomía urbana y su catálogo de tendencias) con una nueva historia generacional de pareja burguesa en crisis que encontrará en un nuevo vértice la escapatoria para su estancamiento, argumento en clave de fábula didáctica que generará fáciles identificaciones entre el público cuarentón del circuito de versión original, destino inevitable de un cine que ha pasado de moderno a modernete dejándose por el camino buena parte de su pegada y radicalidad.

Así, lo nuevo de Tykwer apuesta, siempre desde la barrera protectora del azar que mueve los hilos de su trama, por la transgresión (sic) sobre los modelos de pareja con ese irresistible atractivo de la imagen brillante, las narrativas juguetonas y autoconscientes, las pantallas partidas, las frases-eslogan y las músicas electrónicas que convierten su prefabricado paisaje de crisis en un largo y sofisticado anuncio en el que también caben asuntos como la muerte, la trascendencia, la enfermedad, la incomunicación, la liberación sexual o, en el colmo del cinismo, el destino de Alemania.

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