Crítica 'Killers'

Me casé con un espía

Killers. Comedia de acción, EEUU, 2010, 95 min. Dirección: Robert Luketic. Guión: Bob de Rosa, Ted Griffin. Fotografía: Russell Carpenter. Música: Rolfe Kent. Intérpretes: Ashton Kutcher, Katherine Heigl, Tom Selleck, Catherine O'Hara.

Killers es, para entendernos, la versión barata y hogareña de Knight and Day, estrenada apenas hace unas semanas a mayor gloria de los sanfermines gaditanos. Cambien a Tom Cruise y Cameron Diaz por Ashton Kutcher (Algo pasa en Las Vegas, American Playboy) y Katherine Heigl (Lío embarazoso, 27 vestidos), al todoterreno Mangold por el especialista Luketic (Una rubia muy legal, La madre del novio, La cruda realidad), la dinámica viajera por el confort de la casa de los suburbios, y manténganse como premisas la batalla de los sexos, el coñazo de los suegros y una trama de espionaje de vuelo corto, y compruébese cómo los guionistas están cada día más escasos de ideas o se copian los unos a los otros con muy poca vergüenza.

Lo cierto es que, salvando las diferencias y el presupuesto, siendo ambas películas cine imbécil y de rápida digestión, me atrevería a decir, ya ven qué locura la mía, que esta Killers tiene más gracia y está más conseguida (sic) en su desarrollo y en el funcionamiento de la consabida química entre sus protagonistas, por más que Kutcher, a la sazón productor de la cinta, se empeñe en lucir palmito desde el minuto uno y ensombrecer el encanto patoso de una Katherine Heigl que tiene el futuro de la comedia a sus pies. Y bueno, aquí está también la estupenda Catherine O'Hara (Very important perros, A mighty wind) como gloriosa suegra tirada a la bebida, pasatiempo del todo comprensible si tu marido tiene la cara y el bigote de Tom Selleck.

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