Cine

A la caza del romano

Centurión. Aventuras, Reino Unido-Francia, 2010, 95 min. Dirección y guión: Neil Marshall. Fotografía: Sam McCurdy. Música: Ilan Eskheri. Intérpretes: Michael Fassbender, Dominic West, Olga Kurylenko, Noel Clarke, David Morrissey.

Pocas películas de romanos habremos visto con tanto derramamiento de sangre, tanto degüello y tanta decapitación hiperrealista. Ese parece ser el principal reclamo y novedad de esta ligera cinta de aventuras que mira a la tradición del género de sandalias con una necesaria actualización que pasa por referentes más cercanos como Gladiator, 300 o El señor de los anillos (no hay quien nos libre ya de los planos en helicóptero sobre las montañas nevadas) y también por la inevitable dinámica del videojuego, en su poco consistente esencia narrativa más cercana a las etapas y niveles superados que a una progresión dramática propiamente dicha.

En cualquier caso, Centurión nos acerca a un rincón del Imperio Romano poco visitado por el cine. Año 117 de nuestra era: estamos en los límites de la Bretaña más fría, húmeda y boscosa. Allí se enfrentan un pequeño escuadrón de soldados de la Novena Legión, arrasada tras una cruenta batalla, y la sangrienta tribu local de los Picts, bárbaros pobladores de un territorio hostil y resistente que se lanzarán a la caza del romano como el que busca una cerveza fría en una tarde de agosto.

Neil Marshall (Dog soldiers, Doomsday, The descent) coordina numerosas secuencias de acción cuerpo a cuerpo con querencia gore y no se detiene más de la cuenta en perfilar a unos personajes que vienen prefabricados en su diseño funcional para ofrecer el pertinente juego de opuestos y la huída desesperada.

No se podrá negar que la dinámica resulta tan embarrada y sucia como ligera y entretenida, por más que a los quince minutos uno haya dejado de pensar en los avatares y detalles de la Historia Antigua para entregarse al frenesí de la supervivencia con el contador de cadáveres y el depósito de sangre subiendo como la espuma.

Si nos cuesta mucho creernos a Dominic West, nuestro querido McNulty de The Wire, en la piel y el vestuario de latón del general romano Titus Virilus, Michael Fassbender (Malditos bastardos, Hunger, Fish Tank) se confirma aquí como el nuevo icono todoterreno del cine británico.

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