Centauro | Estreno en Netflix

'Motopapi'

Begoña Vargas y Álex Monner en una imagen del filme de Calparsoro.

Begoña Vargas y Álex Monner en una imagen del filme de Calparsoro.

Daniel Calparsoro se postula ya como el más firme candidato español a dirigir una nueva entrega de la exitosa saga Fast & Furious. Así lo confirma, tras títulos como Combustión y Hasta el cielo, esta Centauro de diseño globalizado para Netflix, su innegable oficio probado a la hora de dirigir secuencias de acción y asimilarse pasmosamente a los modos y la estética de neón, plástico, metal y humo de ese cine de género que cautiva al público adolescente devolviéndole una suerte de espejo de proyecciones sobre sus anhelos macarras de escalada social a golpe de acelerador, cuero y brilli-brilli de vídeoclip de Rosalía.  

Remake del blockbuster francés Burn out, Centauro asume esquemas primarios del cine criminal de salida del gueto y redención por los márgenes de la ley con un despliegue de adrenalina y velocidad tan bien formateado como envasado al vacío y salpicado de product placement. Todo destila aquí las trazas de la escritura de manual y los estereotipos de palo al servicio de una puesta en escena de lujo y ambientes de periferia urbana donde nada respira fuera del agua filtrada de la pecera. El camino del barrio duro al servicio de la ley atraviesa paternidades postizas, chantajes, compadreo interracial, persecuciones por la frontera, sexo ochentero de mesa de taller, testosterona con casco y aspiraciones de desclasamiento que ponen la percha perfecta al trayecto hacia esa carretera infinita en la que seguir quemando rueda y tirando millas. Que el mismísimo procès y las revueltas indepes se hayan colado por aquí sólo puede ser un gran chiste privado.      

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