Parece oportuno relacionar esta Martin Eden con Lázaro feliz de Alice Rohrwacher. Ambas se abren paso entre el mejor cine italiano y europeo recientes con una apuesta indisimulada por la fábula y por personajes con inclinación a la pureza, a contracorriente del cinismo predominante, dos personajes que arrastran sendas películas hacia un viaje de descubrimiento del mundo desde la bondad (con o sin connotaciones religiosas) y el tesón, desde la solidaridad desinteresada o el hambre de saber y contar para trascender la condición de clase.
Basada libremente en la novela homónima y autobiográfica de Jack London, la ganadora del Giraldillo de Oro en el SEFF 2019 asume, como en anteriores filmes de Pietro Marcello (La bocca de lupo, Bella e perduta), ese territorio híbrido en el que el archivo irrumpe y se integra en la ficción como fogonazo poético de la memoria colectiva, como resonancia en la que la peripecia individual de un marino decidido a convertirse en escritor por el amor de una joven de la alta burguesía napolitana, encuentra su eco en las historias de otros marinos y gentes humildes que se curtieron la piel en el trabajo duro y enjuagaron las lágrimas en cada despedida.
Marcello borra así las fronteras del tiempo concreto de su relato (la música anacrónica, visible, también contribuye a este efecto de suspensión y extrañamiento), y lo hace en unas texturas analógicas que disuelven el presente en un poderoso aire de fábula por la que desfilan también el cuestionamiento del socialismo, la eterna lucha de clases y la forja tozuda de una identidad individual y artística que Luca Marinelli esculpe desde el cuerpo, la determinación y el asombro al desencanto, la rabia y la desesperación.
El 1909 prebélico atisbado por London encuentra así en un tiempo futuro y una Italia fracturada unas mismas claves sobre la decadencia del siglo XX y el presente, un mismo relato de lucha por los ideales y el individuo, un mismo retrato del doble deseo de contar historias y trascender como camino hacia el amor idealizado cuyo destino final se fragua en la figura trágica de un hombre que se adentra en el mar.