Orígenes secretos | Estreno en Netflix

El rincón del friki

Brays Efe, Verónica Echegui y Javier Rey en 'Orígenes secretos' (Netflix).

Brays Efe, Verónica Echegui y Javier Rey en 'Orígenes secretos' (Netflix).

Rememorando el espíritu de las dos primeras y celebradas películas de Álex de la Iglesia, Acción mutante y El día de la bestia, aunque ahora en clave formateada al gusto de los tiempos y de la estética uniforme marca Netflix, Orígenes secretos combina con no poco acierto y ligereza las claves paródicas en torno al universo de los frikis de la cultura popular y el mundo de los superhéroes con ese casticismo nacional rico en personajes, situaciones y rostros singulares.

Autor también de la novela de origen, David Galán Galindo construye un astuto artefacto comercial a la medida de sus consumidores potenciales, plagado de citas y guiños para fans e iniciados, en el que el nacimiento de un nuevo superhéroe y su correspondiente villano pasan por todas y cada una de las etapas y rituales canónicos deformados por la sátira, el chiste o la réplica siempre a punto y una autoconciencia del género que no duda en reírse de sí misma, incluidos los peajes romántico-sentimentales, como parte de la estrategia de seducción cómica.

Orígenes secretos funciona así en una doble dimensión genérica y paródica que se contiene en sus excesos (salvo en el que respecta al metraje) y alterna con cierta inteligencia y sentido lúdico lo local y lo global en un producto bien diseñado que debería funcionar por igual aquí o en cualquier otro mercado, que es al fin y al cabo de lo que se trata en Netflix. Los espectadores extranjeros podrán descubrir así no sólo nuestra capacidad imitativa y cierta idiosincrasia celtibérica, sino el potencial cómico de algunos actores que, como Brays Efe y, sobre todo, Ernesto Alterio, han conseguido dominar el arte de la caricatura, el esperpento y el histrión de la mejor de las maneras.