Historias de nuestro cine | Crítica

Una profesión de cínicos

Decía el maestro Kapuściński que los cínicos no servían para el oficio del periodismo. Yo añadiría que en el del cine se esconden y mueven demasiados, y este documental supuestamente conmemorativo del cine español saca a muchos de ellos a la palestra y es además una buena muestra de cinismo en sí mismo.

Conducido por Antonio Resines y avalado por Enrique Cerezo, propietario de buena parte del catálogo histórico de nuestro cine en una operación tan escandalosa como triste, Historias de nuestro cine hace desfilar por sillones y sofás a una serie de amigos y conocidas personalidades del cine español (ver ficha), actores, cineastas, productores, historiadores y críticos (entre ellos a un Boyero sin nada que decir, como de costumbre), todos de unas mismas familias y con un mismo ánimo celebratorio de lo popular y lo industrial como única forma de entender y hacer entender su oficio, a saber, desde la gratitud a esos patrones que, como el propio Cerezo, siguen alimentando los peores tics, modos, géneros y costumbres de un cine que, a pesar de los pesares y de ellos mismos, ha dejado tantas buenas muestras de calidad y excelencia (de Buñuel a Erice) como cualquier otro.

El falso pie de los orígenes sirve para trazar un recorrido cronológico tan desigual y errático como amnésico por los hitos y, sobre todo, anécdotas (sabidas y mil veces escuchadas) y chascarrillos de una cinematografía auscultada siempre con la estrecha mirada del lugar común, la flagrante ausencia de (auto)crítica y una más que sospechosa tendencia a citar y destacar películas y autores de la cuerda, la familia o el copyright de los responsables del producto. Parcial, tendenciosa e incompleta más allá de su título falsamente exculpatorio, tal vez amena para seguidores de Cine de Barrio y simpatizantes del gracejo de Resines, Historias de nuestro cine apunta además maneras de nominación al Goya en su formato esclerotizado tan al gusto de los votantes de la categoría. Por fortuna, el cine español es mucho más que esto.