audiovisual

El desiderátum y la vuelta al cine

  • El fin de semana de vuelta al público, las salas españolas hicieron un 95% menos de taquilla que la misma fecha del año pasado

  • Los profesionales del sector confían en el inicio de 2021 para regresar a parámetros conocidos

La Aventura, los distribuidores de 'Parásitos', estrenaron el fin de semana pasado 'Un blanco, blanco día'.

La Aventura, los distribuidores de 'Parásitos', estrenaron el fin de semana pasado 'Un blanco, blanco día'. / D.C.

La apertura de las salas de cine era, en el imaginario de muchos, una de esas señas de vuelta a una cierta –el término está sobadísimo– normalidad. Aquí no ha pasado nada, tenga sus palomitas. Viaje con nosotros a mil y un lugar. Y disfrute. El ansia por semejante caricia estaría en el imaginario porque, desde luego, en la realidad no estaba. El fin de semana pasado, el primero en el que los exhibidores decidieron al fin abrir al público, los datos en taquilla han sido tenebrosos. O lo han sido, al menos, si lo comparamos con el taquillaje del mismo fin de semana del año anterior: un 95% menos de recaudación.

Hay quien, como Gervasio Iglesias, productor ejecutivo de películas como La isla mínima o 7 Vírgenes, encuentra el dato comprensible, dentro de lo que cabe: lo normal es que, después de tanto tiempo encerrados, y en verano, y con el miedo aún latente, a la gente no le apetezca en principio encerrarse en un sala. Pero en el sector del cine (en el tramo, digamos, “normal” del sector del cine) la sensación general es de temerosa expectación. Para Ferran Herranz, de La Aventura, el panorama es “absolutamente preocupante”.

En el caso de esta pequeña distribuidora barcelonesa, el golpe del Covid-19 llegó tras el mayor subidón posible: fueron ellos los que tuvieron el buen ojo de pillar Parásitos sobre el papel. La cinta acababa de barrer en los Oscar (mejor película, mejor película internacional, mejor director y mejor guión), tras una florida trayectoria, cuando llegó el confinamiento. Parásitos ha hecho que todo esto nos haya pillado con más recursos y más tranquilidad que a la mayoría de compañeros, no nos hemos echado las manos a la cabeza –comenta su responsable–, pero el escenario no es precisamente halagüeño”.

“El que Estados Unidos siga sumido en el caos respecto al Covid-19 tampoco ayuda –prosigue Herranz–. Los principales títulos que estaban programados para estrenarse en verano, por ejemplo, no dejan de retrasarse”.

Y eso influye también en la dinámica, digamos, alternativa del mercado. Quienes se mueven en los márgenes intentan buscar oxígeno entre un espacio copado por los grandes nombres pero, también, dependen de la tracción de los grandes estrenos y los grandes estudios para aprovechar el efecto llamada. “Nosotros venimos de una semana de estar reuniéndonos con agentes de ventas, porque la semana pasada tuvo lugar el mercado virtual que sustituía a Cannes –comentan desde La Aventura–. La mayor parte de las ofertas están congeladas, no hay mercado para sala a corto plazo y estamos mirando producto para el año que viene. Todos los distribuidores teníamos películas y podemos ir lanzando cosas, pero antes era normal en mayo encontrar una peli para estrenar en septiembre, y ahora ese no es el escenario”.

“Realmente, ahora tenemos más espacio porque hay menos oferta, pero nuestros títulos son también más pequeños. Las distribuidoras pequeñas estamos luchando siempre por espacio en los cines, y ahora es al revés: pero perdemos el gran efecto de atracción de los grandes títulos”, comenta Stefanía Piras, responsable de prensa de Festival Films, una distribuidora con sede en Bilbao que se ha animado a tener presencia en sala durante todo el verano. De Festival Films fue otra de las películas que se estrenaron el pasado fin de semana, Divino amor, y para julio prevén estrenar Sólo las bestias, un thriller bajo el parámetro clásico de una desaparición y varios sospechosos aislados en un rincón remoto. Para agosto, la francesa Divorce Club: “¿Qué querrá ver la gente, un thriller, una comedia romántica? No lo sabemos, pero no podemos quedarnos parados: nuestro último estreno fue a finales de febrero, así que tuvo dos semanas justas de vida”.

“Yo creo que la gente querrá ver cualquier cosa que no tenga que ver con el virus –comenta al respecto Gervasio Iglesias–. El tipo de película que nosotros hacemos desde luego no es factible ahora, por eso tenemos la voluntad de activarlo todo cuanto antes”.

La Aventura: "La mayor parte de la oferta está congelada, no hay mercado para sala a corto plazo"

El rodaje de documentales, apunta, que necesitan un equipo mucho menor, ya se ha puesto en marcha. “Y respecto a la asistencia, creo que el retorno va a ser muy lento y paulatino, pero en el momento en el que empiecen a aterrizar los grandes títulos, y la gente vea que no pasa nada, aumentará la capacidad de convocatoria”.

Muchos de los proyectos que se están retomando son los que quedaron parados en primavera o que ya tenían su financiación aprobada. Respecto a los proyectos de los próximos meses, hay bastante incertidumbre: “Hemos visto que lo primero que ha empezado a arrancar han sido las series –comenta a título personal Paco Almazo, presidente de la Asociación de Técnicos de Sevilla–. Por un lado, es lo que más se consume al estar en casa y, por otro, las plataformas tienen cierto poder para movilizar recursos que productoras más pequeñas no tienen”. Además, señala, “a las productoras les preocupa la seguridad y la responsabilidad, y en un rodaje de ficción es muy difícil mantener los protocolos de seguridad”. Aun así, todos coinciden en el medio plazo como límite: confían en que el escenario de principios de 2021 pueda tener un engranaje cercano al que se ha conocido.

La cinta que mejores ingresos ha tenido por copia en este primer fin de semana, Un blanco, blanco día, es precisamente de La Aventura: una película que también tenían previsto estrenar en junio. Los lanzamientos calculados para marzo y abril fueron directos a plataforma (Bacurau, Mi vida con Amanda): “Aunque el cine de autor –afirma Herranz– aún no tiene tirón suficiente en plataforma para decir que el formato sea una opción”. En general, comentan desde la distribuidora, el cine de autor con el que trabajan se concibe como un producto de salas; el de género, de plataforma y el crossover o tendente a mainstream, también va para salas: “Lo que hemos hecho es alargar el plazo de todo”.

Entre los principales temores de esta vuelta ortopédica, Ferran Herranz apunta el de la edad del público: “Los independientes dependen de un público con más inquietudes culturales y de más edad. La gente de más de 50 años, más sensible al virus, puede coger miedo a estar encerrada dos horas en una sala viendo una película. Y no podemos comprar películas para veinteañeros porque ya están compradas.”

“En esta crisis –continúa– está por ver hasta dónde tiene que llegar incluso el debilitamiento del consumo en casa, por menos ingresos de publicidad, aunque rebajen los precios de compra. Además, habrá más gente que se quede sin trabajo, se quedarán con una o dos plataformas y el consumo en casa irá menguando”.

“Lo bueno de los que nos movemos en los márgenes, en la escena independiente, es que llevamos en crisis desde siempre y sabemos lo que es pelear en el barro, pero la situación de los mercados es realmente difícil”, concluye.

Como en el resto de la economía, el principal fantasma es la vuelta a algo parecido a un confinamiento. Gervasio Iglesias recuerda que el sector de la cultura ha sido “el más afectado en estos meses, con una caída del PIB por encima de la del turismo. Ni la sociedad ni el país soportarían otra vez unas medidas como las que se han tomado. Ahora, probablemente podamos remontar. En otra similar, lo dudo mucho”. Por eso, afirma Iglesias, es de especial urgencia que las inversiones se activen, “especialmente desde Canal Sur y la Junta de Andalucía; todos hemos de poner otra vez la velocidad de crucero. No hay que olvidar que la cultura, esas creaciones que tanto nos han ayudado en el encierro, genera el 3,4 del PIB nacional”.

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