Crítica de Cine

'El dolor': Finkiel adapta una de las grandes obras de Duras

Mélanie Thierry interpreta a la escritora Marguerite Duras en este filme.

Mélanie Thierry interpreta a la escritora Marguerite Duras en este filme. / d. s.

El 1 de junio de 1944 el escritor Robert Antelme, miembro de la Resistencia perteneciente a un grupo del que formaban parte su mujer, la también escritora Marguerite Duras, y François Mitterand, es detenido y deportado a Buchenwald por los nazis. Habían caído en una emboscada de la que Duras y Miterrand pudieron salvarse. En abril de 1945 es encontrado en pésimas condiciones en Dachau y repatriado. En 1947 publicó sus experiencias en los campos de exterminio en el fundamental libro de memorias del horror y hondo ensayo sobre la dignidad humana La especie humana (edición en castellano en Arena Libros). "No hay lugar para la ambigüedad -escribía-, seguimos siendo hombres, no acabaremos más que como hombres. La distancia que nos separa de otras especies sigue intacta… Es un sueño de los SS creer que nuestra misión histórica es cambiar de especie… No hay especies humanas, sólo hay una especie humana. Porque somos hombres como ellos los SS serán en definitiva impotentes ante nosotros".

Mientras Antelme estaba preso Marguerite Duras, que desde 1942 mantenía una relación triangular con el ensayista Dionys Mascolo, escribió un diario sobre el dolor de su separación. Muchos años más tarde, tal vez porque Antelme -de quien se había divorciado en 1946 pero con el que siempre mantuvo amistad- sufrió en 1983 un accidente vascular del que nunca se recuperó, escribió a partir de ese diario El dolor publicándolo en 1985. Mucho se ha debatido sobre lo que de realidad y de invención autojustificativa tiene. En cualquier caso es una potente y hermosamente desolada obra de una gran escritora.

Sobre el hallazgo de los diarios a partir de los que escribirá su obra trata esta película que reconstruye la agonía de Duras luchando por recuperar a su marido en el París ocupado, no dudando en recurrir a colaboracionistas que no ignoran que ella forma parte de la Resistencia, sufriendo tras la guerra por el destino de su marido y, en el caso de que viva, por lo que el tiempo, el dolor y su relación con otros hombres puedan haber hecho con su amor. El estimable realizador que es Emmanuel Finkiel -formado como documentalista y ayudante de Godard y Kiewslowki- intenta adoptar el tono de Duras balanceándose entre la memoria y la realidad, el pasado y el presente, la ficción y la historia, lo vivido y lo imaginado sin lograrlo del todo. Las partes más narrativas de la obra de Duras reciben un tratamiento académico preciosista muy característico del actual cine europeo de qualité, pero afortunadamente las introspectivas -casi siempre llevadas por el vuelo de un muy buen uso de la voz en off- están resueltas con un mayor atrevimiento formal y una intensidad emocional que hacen justicia al libro en que se basa (¿por qué le habrán quitado en España el título original, que es el de la obra?).

Al complejo universo de Duras -ella misma directora de cine con obras de tono experimental como India Song o Des journées entières dans les arbres- sólo le han hecho justicia Resnais (Hiroshima mon amour), Peter Brook (Moderato cantábile) y Colpi (Une aussi longue abscense). Ni Tony Richardson con El marino de Gibraltar y mucho menos Jean Jacques Annaud con El amante lo lograron. Finkiel se queda en un correcto término medio con apuntes interesantes y un gran trabajo interpretativo de Mélanie Thierry.

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